miércoles, 10 de junio de 2015

Simplemente… Aitana

Mi compañera de aventuras

Fuente: de mis fotos del día de la madre
Fuente: de mis fotos
Los hijos te cambian la vida, no hay duda, y cada hijo, además, te la cambia de una manera diferente.  Tiene que ver con muchas cosas, depende de tu momento personal y familiar y el carácter que cada uno tiene y que te obliga dulcemente a reinventarte para ser una mejor madre o padre de una manera especial, única.
Muchas otras veces les he hablado de Alberto, mi hijo mayor, de todas las experiencias que he vivido con él y de la manera como han enriquecido mi vida.  Él me convirtió en madre y con su carácter y forma de ser me enseñó a serlo.  Pero esta vez les hablaré de la pequeña de la casa, Aitana.

Fuente: de mis fotos: semana 39
Fuente: de mis fotos: recién nacida
Mi pequeña Aitana nació en Zaragoza y llegó a este mundo justamente en la “FPP” (fecha probable de parto).  ¡Sí, sí!  Esa fecha que te dan como referencia de parto cuando vas al primer control de embarazo.  No se adelantó ni se retrasó.  Era su día.  Y ese día es justamente hoy, el 10 de junio del 2009 llegó mi pequeña Aitana para alegrar nuestras vidas y ponernos a todos de cabeza.  Hoy cumple seis años y me parece que el tiempo está pasando demasiado rápido.  Está a punto de terminar sus años de educación infantil y en septiembre empieza primaria.  Una nueva etapa en su vida y en la nuestra como padres.  ¡La vemos crecer muy a prisa!

Desde sus primeros días captó la atención de todos con sus ocurrencias que han ido cambiando según su edad.  Ahora con seis años intenta ser siempre el centro de nuestro universo.

Fuente: de mis fotos: 1era. semana

Fuente: de mis fotos: mis hijos
Fuente: de mis fotos: 1er. cumpleaños

Fuente. de mis fotos: 2º cumpleaños

Fuente: de mis fotos: 3º cumpleaños

Fuente: de mis fotos: 4º cumpleaños

Fuente: Foto de Diego: 5º cumpleaños
Como decía líneas más arriba, queremos a nuestros hijos por igual, intentamos darle lo mejor, pero todo depende del momento en el que llegan a nuestras vidas, los obstáculos que se presentan y cómo vamos avanzando.  No nos gusta comparar y menos a nuestros hijos, pero queriendo o no, hacemos cosas diferentes por la experiencia adquirida, si trabajamos más o menos horas, si nos organizamos de una manera y todo alrededor afecta.
Ahora con Aitana tengo la oportunidad de disfrutar de esta linda etapa con ella, llevarla al colegio, estar presente y con un poco más de tiempo y disponibilidad que antes para ayudarla con sus necesidades, acompañarla en su crecimiento y descubrimiento del mundo.  La vida me está ofreciendo esta oportunidad y mientras dure la seguiré aprovechando y disfrutando.

Fuente: de mis fotos
Mi pequeña es la compañía perfecta para ir a cualquier parte.  Sólo tengo que adelantarle un poco los planes, los escucha con atención y siempre me propone alguna idea adicional para mejorar el plan y termina diciéndome que al final podemos ir a algún bar y tomar algo porque estaremos cansadas.  ¡No pierde la oportunidad!  Es la mejor compañera para salir de compras (aunque no compres nada), para pasear.  Siempre va opinando y saludando porque no sé como hace pero conoce a mucha gente.  Es muy dulce, aunque sé que también tiene un carácter fuerte y lo que toca en esta situación es moldearlo.  Paso muy buenos ratos con ella abrazadas viendo televisión, hablando de lo que sea, sobre todo de Frozen, con canciones incluidas.  Es mi “drama queen”, especialista en puesta en escena improvisada y espontánea.

Por mi humilde experiencia de casi 15 años de madre y con dos hijos tan diferentes en su forma de ser, pero tan parecidos en su forma de expresar su amor y cariño, sólo puedo recomendar que a cada hijo le demos su espacio de desarrollo, valorando sus virtudes y acompañándolo en su crecimiento y desarrollo personal según su edad.  Necesitamos mucha paciencia, mucha, mucha.  Tenemos que ir reinventándonos con cada hijo y con cada edad o etapa de sus vidas.  A veces pienso que ellos nos pueden ver como bipolar, en un momento llenas de amor y comprensión y en poco tiempo, cambiamos a dar estrictas indicaciones (u órdenes, seamos sinceras) y parecemos otra persona.

Fuente: de mis fotos: excursión a la nieve - marzo 2015
Doy gracias a Dios y a mi vida por mis hijos, por como son y por todo lo que ellos me enseñan cada día.  Una de las cosas que me han enseñado es que la vida puede ser dura o no ser como la habíamos imaginado, pero ellos son un apoyo leal y desinteresado y en su forma particular dicen lo que su corazón siente y nos expresan sus necesidades para poder ayudarlos.  Sólo tenemos que dejar nuestras orejas abiertas, el corazón dispuesto y en algunos casos, olvidarnos del orgullo para escucharlos claramente.

Y comparto una recopilación (más) de fotos: