domingo, 17 de abril de 2011

Resultados electorales

El Domingo 10 de abril del 2011 se realizaron las elecciones Presidenciales, del Congreso de la República y de los representantes a la Comunidad Andina en Perú y para todos los peruanos.

Según la ley peruana votar es derecho y un deber.  Es el derecho y deber que tenemos todos los peruanos de elegir a nuestros gobernantes y de tomar parte en otras decisiones importantes para el país.  Este es un deber de carácter obligatorio.

Para estas elecciones me ha tocado ser presidenta de mi mesa de votación.  A pesar que eso significaba estar todo el domingo en el lugar de votación, con el stress y agotamiento propio de un día tan especial, me gustaba mucho la idea y esperaba ese día con mucha ilusión.  De toda experiencia siempre tenemos algo que aprender, conocer y disfrutar.
Una semana antes tuvimos un cursillo de formación.  Estuvo bastante bien.  Hay cosas que uno las sabe o asume como votante, pero para ser miembro de mesa era mejor tener las cosas claras.  Era una responsabilidad que realmente quería cumplir de la mejor manera posible.
Vi con mucha alegría que en Aragón hay muchos peruanos, somos casi unos 1500 inscritos.  De pronto te sientes un poco más cerca del Perú, de su gente, de sus costumbres, de su idiosincrasia.  Aunque como decía en la publicación anterior, con la distancia idealizas los recuerdos de las personas, de tu país porque les tienes cariño, pero al verlo otra vez a los ojos recuerdas que todos tenemos defectos y virtudes, claro.

La jornada electoral transcurrió bastante bien y tranquila, algunos momentos mejores, otros un poco aburridos y otros que te volvías un poco (más) loca.  No faltaron los miembros de mesa que no llegaron oportunamente, pero pretendían librarse de la multa.  Una, la miembro de mesa titular que faltaba, diciendo de malas maneras que no le interesaba pagar la multa “yo siempre pago multa” por no quedarse y cumplir con su deber cívico.  Y el otro suplente, que llegó a su hora (a la de él personal) pretendiendo con una sonrisa simpática que le diéramos los papeles para firmar, al mejor estilo “apurao” y para no tener problemas.  ¡No señores!  No aceptamos más al criollazo.  Todos estamos aquí por sorteo.  Ninguno hemos elegido la opción de ser miembro de mesa y de disfrutar o perder, según sea el caso, un domingo así.  Pero nos ha tocado y es lo que hay.  Además como decía una amiga G.A. “Para hacer patria hay que sufrir un poquito y si los niños ven que te quejas, aprenden y hay que enseñarles a que hay que hacer pequeños sacrificios en pro de la comunidad”.  Ella, G.A., no fue miembro de mesa, ella sí eligió pasar su domingo así.  Ella era personera o representante de un partido y tenía que estar todo el día hasta que se cierren todas las mesas que tenía a su cargo, controlando que las elecciones se realicen de manera justa.

Luego de ver pasar muchas caras, situaciones, experiencias, llegaron por fin las cuatro de la tarde.  Hora de cerrar las mesas de votación y empezar el conteo de votos y ver los resultados.  ¡Qué curiosidad!  ¡Qué nervios!
En mi mesa estábamos bastante bien organizados.  Teníamos todo muy preparado.  Rápidamente pusimos las reglas de los votos que consideraríamos como válidos y como nulos, según el cursillo que habíamos llevado y que se aplicaría a todos los candidatos de igual manera.  Es obvio, claro!

Pero de pronto aparece una mujer, apurada ella, diciéndonos que le tocaba votar en nuestra mesa y que había escuchado que era hasta las cinco de la tarde y que venía a votar.  “Ya es muy tarde señora, era sólo hasta las cuatro, la mesa está cerrada, esa información no es correcta”.  ¡Otra criollaza!

Nos tomó poco más de dos horas tener todo organizado, votos contados, actas llenas, rellenas, selladas y firmadas.  Todo listo para entregar al representante consular y poder irnos a casa, satisfechos.

Los resultados podríamos decir que bien.  En mi mesa no ganó el candidato por el que yo voté, pero bueno, podemos decir que estuvo bien.
Sin importar mucho los resultados, estaba claro que habría una segunda vuelta y que tendríamos que repetir mesa en unas semanas, aunque entendemos será más fácil con sólo dos candidatos.

En los días previos a las elecciones todos hemos estado bombardeados de propaganda electoral, a favor de… en contra de… Esta información no sólo venía directamente de los propios partidos políticos y candidatos, o quizá sí.  La propaganda venía a través del Facebook y demás redes sociales por las cuales recibíamos muchísima información y opiniones sobre los candidatos, planes de gobierno, alianzas, etc.  Muchas personas han opinado abiertamente por quien habría que votar y además por quien sería mejor no votar, dando claramente su opinión personal por uno u otro candidato.
Ahora y luego de saber quienes son los candidatos que pasaron a la segunda vuelta, considero que los resultados electorales son peor de lo que podrían ser.  Y no lo digo por los dos candidatos que han quedado aún en carrera.  Tengo que reconocer que estos resultados son un claro reflejo de la opinión de la mayoría de peruanos y como tal hay que respetarlo.  También que los peruanos olvidamos rápido a los antiguos gobernantes, pero si te convenció algún discurso, seguramente votaste por ese candidato y lo hemos visto en los resultados de esta primera vuelta.

En principio, tengo que reconocer que no creo en la política ni en los políticos.  Es verdad que muchos se hacen políticos para vivir de una manera diferente.  Tenemos que aceptar que muchos nos ofrecen lo que, como votantes queremos escuchar para ganar nuestro voto, pero una vez que ganan el puesto, sólo se mantienen ahí hasta las siguientes elecciones, disfrutando de lo que este trabajo les ofrece a ellos mismos y a su entorno.  Que no todos se hacen políticos por ideología real, por intentar trabajar por su país, por mejorar, por sacarlo adelante.  Hay excepciones importantes en esta opinión, pero es una opinión personal y general de la clase política.

A lo que iba referente a los resultados, electorales, es por los diferentes comentarios y artículos más basados en el racismo que otra cosa.  Es verdad que nuestra sociedad peruana tiene muy dentro el tema del racismo, el blanco contra el cholo, el cholo contra el chino, el chino contra el negro.  Finalmente unos contra otros.
Pero ahora que leo tantos comentarios, he recordado este defecto de mi sociedad.  Me da pena ver que mi país se esté dividiendo de esa manera y por este motivo.

Yo sigo sin saber por quien votar en la segunda vuelta.
Tengo mis opiniones personales en contra de los dos candidatos.  Ninguno de los dos, hasta ahora me logra convencer ni un poco como para ganar mi voto.  Pero esta decisión no tiene nada que ver por su raza, color.  Es algo que realmente no me importa.  El Perú es un país multiracial, de mestizos.  Muchos peruanos somos mestizos.  Muchos tenemos y disfrutamos de una segunda nacionalidad.  Pero ¿Por qué tendríamos que negar esta oportunidad en nuestra vida?  ¿Por qué la tendríamos que rechazar?  ¿Hacerlo diría de nosotros que somos mejores personas o mejores peruanos?  Yo me considero muy peruana, aunque no tenga un apellido autóctono o mi piel sea más clara que la mayoría.

Me parece que algún candidato quiere ganar votos de los peruanos “olvidados y marginados” por las clases capitalistas a base de recordarle que todos sus males y necesidades son porque los ricos son ricos y no comparten su riqueza con ellos.  Yo no me considero de la clase rica del Perú y tampoco de los peruanos olvidados.  Pero si soy consciente que para tener más de lo que tengo, tengo que formarme, estudiar y trabajar.  Tengo que agradecer las posibilidades que tuve para estudiar y formarme.  Es cierto, pero tampoco me pueden decir que soy mejor o peor persona por haber tenido esta oportunidad y haber llevado mi vida de una u otra manera.  En el Perú la educación es gratuita, es un derecho que tenemos según nuestra Constitución Política.  Es verdad que la calidad de educación puede (o es) mejor o peor según que colegio estudies, pero eso es así, en todas partes del mundo.  Si vas a un colegio público tienes un nivel de educación inferior que si vas a un colegio privado que te enseñan tres idiomas y más.
Por otro lado, para que existan y se creen puestos de trabajo alguien tiene que haber tenido una idea de negocio, tiene que haber invertido su dinero, ilusiones y haber arriesgado para hacer empresa, para que otras personas tengamos un puesto de trabajo.  Un empresario no puede tener empresa si no tiene las personas que trabajen y gestionen su negocio.  Es un círculo de dependencia, todos nos necesitamos para salir adelante.

No siempre el que tiene más dinero abusa.  Gente hay de todo en todas partes.  El que tiene y abusa del que no tiene.  Así como el que no tiene (tanto) y vive buscando que otros se lo den al mínimo esfuerzo posible.
También estamos los que trabajamos cada día por tener las cosas que deseamos y nos cuesta mucho esfuerzo a lo largo de la vida.

Para decidir por quien votaré, me importan más sus valores personales, familiares, sus antecedentes, su ideología política.  Tenemos que votar por un plan de gobierno adecuado para nuestro país.  Por el equipo político que no detendrá todo lo que el Perú y su gente vienen avanzando desde hace unos años.  No podemos detener ese progreso ni menos plantearnos un retroceso.  Pero lo más importante es que no podemos permitir que se divida (más) nuestro país por el color de piel.
Tengo claro que para ser buena persona no tengo que mirar la cara, ni los rasgos faciales ni nada.  Tengo que ver a la persona a los ojos, hablar con ella y conocerla.  Es la única manera que tengo para saber si puedo confiar o no en alguna persona.

No les sugeriré por quien votar o por quien no.  Sólo les puedo decir que piensen bien su voto.  Que sea un voto a consciencia por el bien del Perú, pero no basado en la raza del candidato, si no en su plan de gobierno, que esperamos luego lo cumpla.
Nos vemos otra vez el 5 de junio en la segunda vuelta, que repetiré con mucha ilusión.