lunes, 18 de agosto de 2014

Estrategia laboral

Busco trabajo, uno que me permita continuar con mi desarrollo profesional y conciliar con mi vida familiar.

Que además que tenga la misma flexibilidad y buena disposición que yo voy a tener con él.  Un trabajo en el que pueda compaginar mi responsabilidad de madre y de esposa, me deje continuar con mi vida laboral y cumplir mis metas personales.

Busco un trabajo que me permita llevar a mi casa un salario justo y adecuado para cubrir las facturas del día a día.  Me comprometo a cumplirlo con la mayor responsabilidad posible y a esforzarme por cumplir con los objetivos que me planteen y, si es posible, superarlos.

Hace varios meses y luego repetí hace unas semanas, fui a una entrevista de trabajo, en la que mi interlocutor me comentaba que prefería saber las necesidades básicas de sus trabajadores para intentar apoyarlos y solucionarlas juntos.  Si todos dan, todos reciben y, con flexibilidad de las dos partes, se pueden organizar y cumplir con las responsabilidades laborales sin problemas.  Y concluyó: así trabajarán más felices, satisfechos y tranquilos con los cual trabajarán mejor, que es lo que se necesita en una organización.  Él busca personas que se involucren en su empresa, en sus planes y proyectos y los hagan suyos también.  Esta es mi filosofía laboral.

Cuando comentaba con mi esposo qué tal había ido la entrevista, me preguntó si yo creía que poniendo tantas pegas o condiciones me iban a llamar, porque había comentado que necesitaba una jornada reducida, indicando la hora de inicio, aunque si era necesario podría trabajar desde casa, que eso no sería ningún problema.  Luego él me aclaró que había visto en un reportaje a una mujer, con un excelente currículum, que había estado fuera del mundo laboral durante un par de años para cuidar a sus hijos pequeños.  Cuando iba a las entrevistas y le preguntaban por qué había dejado de trabajar y lo comentaba, no la volvían a llamar más.  Entonces decidió  no decirlo más y en cambio decir que había dejado de trabajar para continuar con su formación, hacer algún cursillo, pero nada de nada de la familia, como si no existiera, se dio cuenta que los entrevistadores mostraban más interés y hasta la contrataron.  En este caso, no sé si es mentir o simplemente intentar sobrevivir.  No he visto el reportaje, si realmente le dio el tiempo para hacer algo más que criar a sus hijos, pero es verdad que hay algunos representantes de empresas de hoy a los que sólo le interesan personas que no tengan problemas, ni familia, ni nada, sólo lo que vayan a trabajar.  ¡Discrepo!  Somos un pack, venimos con nuestra carga personal, que al decir “carga” no significa que sea negativa, recordemos que existe la carga positiva, y que muchas veces es lo que nos da la ilusión y el entusiasmo para trabajar mejor.  Todo va relacionado.  No podemos decir que una persona que no tiene pareja e hijos no tiene problemas, tendrá otros.

Va pasando el tiempo y sigo mirando mi móvil por si me llaman otra vez, aunque quizá no sea así, no lo sé.  Siendo sincera, en estas situaciones, cuando no tengo noticias y pienso que la respuesta será negativa, lo que más duele es mi orgullo, aunque esta vez estoy tranquila.  Si es para mí, será y si no, no.

Pero seguí pensando en eso de poner pegas o condiciones para encontrar un trabajo.  Y es tampoco es eso.  Yo soy de las personas que cuando me he presentado a alguna plaza laboral, he siempre con la verdad y con lo que realmente podía ofrecer.  No me parecía (ni me parece) correcto mentir, ¿para qué?, si tarde o temprano me iban a pillar.  ¿Cuánto tiempo puedes mantener una mentira?  Cuando me preguntaban si sabía algo que no conocía, respondía “pero puedo aprender, tengo la disposición y ganas de hacerlo”.  Así he ido y con esta filosofía he aprendido muchísimas cosas y lo agradezco muchísimo.

Yo no pongo pegas, pero no me puedo comprometer a jornadas largas, que signifiquen estar fuera de mi casa unas doce horas diarias.  Un día decidí ser madre, tener hijos, y lo asumí con mucha responsabilidad y entrega, más que cualquier otra cosa.  Hoy, mis hijos están ahí y necesitan a sus padres.  Mi esposo tiene un trabajo que lo obliga a estar fuera de casa algunas noches a la semana, entonces tengo que organizar mi familia y mi casa de tal manera que funcionen sin que se quede mi alma y mi salud en el camino entre la casa y el trabajo.
Entiendo que, para que un trabajo funcione, la organización y estructura tiene que ser de buenos cimientos, pero tiene que ser “asísmica”.  Tiene que tener la flexibilidad suficiente para aguantar lo que venga sin caerse.

Ahora mismo no sé qué es lo mejor para mí.  Tengo FE en que, como siempre, que todo saldrá de la mejor manera, en el mejor momento.  Quizá regrese pronto a las filas laborales o aún tengo que esperar un tiempo más o aprovecho el tiempo en dar forma a mis proyectos.  Pienso que tengo la oportunidad de reinventarme y hacer cosas nuevas.  Estoy dispuesta a asumir nuevos retos y cambios.

Una persona con la que trabajé decía que todos trabajamos por necesidad.  Por esa necesidad que tenemos de llevar dinero a casa, pero que era un lujo, que es posible tener, que ese trabajo o actividad nos satisfaga, nos llene de orgullo y sea un placer realizarlo.  Hay días buenos y otros no tantos. Cuando los malos días son la mayoría y ya no te sientes feliz con lo que haces y llegas a perder el respeto a lo que haces, lo tienes que revisar, hay algo que va mal.

Yo no pongo pegas, necesito trabajar.  Es la vida que me toca y disfruto trabajando, cumpliendo metas y esforzándome por ser mejor y realizándome como persona.  Me gusta mucho asumir riesgos y aprender cosas nuevas.  Si otros pueden, ¿por qué yo no?  Ahora mismo no puedo ofrecer la misma disponibilidad que hace unos años, pero sí puedo ofrecer madurez, experiencia, flexibilidad y muchas ganas de trabajar.


Y tú ¿cómo lo llevas?