martes, 20 de noviembre de 2012

De los sueños y rollos de ayer



Hace unos días leí el blog de una amiga, quién me viene dando empujoncitos para seguir escribiendo y siempre tiene palabras de apoyo para no dejar de insistir en este deseo personal.  Además fue ella, con su tiempo y paciencia que me ayudó a mejorar la imagen del blog.
El título de su publicación es “deja de preocuparte”.  Aquí comparto el link para que puedan leerlo también http://yabajalos.blogspot.com.es/2012/11/deja-de-preocuparte.html.  Al ver el título me llamó la atención.  Sentí que iba dirigido a mí, que me lo estaba diciendo a mí.  Así que como esa tarde estaba sola y tranquila lo empecé a leer.
Cuando tengo la oportunidad de leer algo que va sobre la vida misma, sobre las cosas normales, de esas que pasan en realidad a la gente normal, a la gente “de a pie” como dicen por aquí, aprovecho de pensar un poco y hacer una equivalencia en mi vida y en mi momento actual para aprovechar la experiencia de la persona que escribe y ver como la puedo aplicar en mi vida.  Siempre hay algo que aprender, repetir o evitar.
Leí la publicación y la disfruté, luego me quedé pensando cuántas cosas hemos visto de pequeños en nuestras casas como que son “normales”, costumbres que nos han inculcado, casi sin darnos cuenta, en nuestras familias y que a lo largo de nuestras vidas hemos ido repitiendo sin ser conscientes del todo que lo hacemos, sólo porque es así.  Otras, sin mayor problema las hemos olvidado completamente.  Hemos seguido nuestro camino sin tenerlas en cuenta y casi ni nos acordamos tampoco.  Y hay otras, unas pocas quizá, que queremos olvidar, evitar, dejar atrás pero no podemos.  La vida se nos ha planteado de una manera diferente a lo que estaba planeado cuando éramos pequeños y ahora tenemos que hacer las cosas de otra manera.  No me refiero a temas de valores y moral, que eso es otro nivel y ya lo dejaremos para alguna otra publicación.  Me refiero simplemente a costumbres o ideas básicas de cada familia que ahora no podemos seguir manteniendo.
Tenemos que luchar contra nosotros mismos y nuestros pensamientos y contra todo eso que llevamos dentro para hacer lo que ahora tenemos que hacer.  A veces, como dice la publicación que les comento, uno siente como que va traicionando a su familia y sus ideas, pero es que no es así.  Es otra vida, es otra época, es otra forma de vivir la vida. Son otras cosas por las que hay que luchar y no tenemos que rompernos la cabeza y menos el corazón pensando que traicionamos o que faltamos al esfuerzo de nuestros abuelos o padres.
Ahora nos toca recuperar otros valores ni más ni menos importantes que los de antes, pero más adaptados a esta época y nuestra realidad.  Quizá en la época de nuestras abuelas, la lucha era más por los derechos e independencia de las mujeres, por demostrar que somos tan válidas como los hombres y que tenemos los mismos derechos y oportunidades.  Hoy, después de tantos años, cuando aún hay que seguir demostrando aptitudes y valías, ya hemos alcanzado un nivel de igualdad y tanta que tenemos que meter muchas horas trabajando y nos hemos visto obligadas a tener que dejar la vida doméstica a cambio de un trabajo, desarrollo profesional y una nómina.  Ahora y depende de lo que cada una queremos y buscamos para nuestra vida y si la situación lo permite, queremos disfrutar más de la vida doméstica y de nuestra familia.  Entonces vamos cambiando los parámetros y luchando por lo que ahora es importante.  Los tiempos cambian y lo importante es que tengamos la flexibilidad para adaptarnos a estos nuevos tiempos y sus sorpresas.
Lo del peso, pues que les puedo decir.  Ahora mismo estoy en la lucha diaria de controlar lo que como y como lo como para intentar seguir bajando de peso.  Es un tema complicado y recurrente en mi vida, así que seguiremos insistiendo pero sin que me quite más el sueño.
El otro punto es cuando tenemos que aceptar que nuestra vida hoy no es como la imaginamos cuando soñábamos con una vida de fantasía a los 20 años o antes.  Hoy tenemos una vida real, que es súper diferente a esa foto de color rosa que imaginamos.  Pero que tampoco que se entienda que es una mala vida o peor.  Simplemente ahora es una vida real.  Con momentos y etapas súper felices, llevas de satisfacciones y otras etapas un poco más duras y complicadas.  Normalmente son etapas en las que, si las aprovechamos bien a pesar de las dificultades podemos aprender muchísimo para ser mejores personas.
Disfrutemos de la vida que tenemos tal cual es, a pesar que no sea como lo imaginamos hace muchos años.  También tenemos que ser conscientes que hace muchos años nos faltaba mucha experiencia para valorar lo que realmente es bueno y lo que es adecuado para nosotros.  Hemos tenido que vivir muchas experiencias, anécdotas, hemos tenido que reír mucho y llorar también para ser lo que somos hoy.  No vivamos pensando en que lo que nuestra vida pudo ser, pensamos en lo que nuestra vida es ahora, en que tenemos que hacer para que nuestros sueños se cumplan en realidad.  ¡Sí! Sí es posible que se hagan realidad, pero con mucho esfuerzo, pero siempre que nuestros sueños sean reales.