miércoles, 18 de julio de 2012

Por fin es Julio!

Uf! Junio!  Por fin ha terminado.  Pero que agotador, arrollador ha sido este mes.  Han pasado tantas cosas que parece que ha durado más de 30 días.  Ha sido una etapa de sentimientos encontrados, de satisfacción y de impotencia, de justicia y de injusticia, de paz y esperanza, vehemencia y deseo que el tiempo se detenga ya…
No he abandonado el blog ni tampoco he encontrado “mejores” cosas que hacer o para dedicar mi tiempo.  Lo que ha pasado, como les decía, Junio ha sido un mes muy duro emocionalmente o quizá podríamos decir muy intenso.
No se ha pasado rápido, al contrario ha pasado cada día lentamente con sus 24 horas, una a una para que no pueda quedar detalle sin ver de todo lo que había y tenía que aprender esta vez.
Durante este mes he intentado escribir alguna publicación más, pero realmente me resultaba imposible expresas mis sentimientos y pensamientos de manera ordenada y organizada si en mi cabeza y en mi corazón tampoco había paz ni equilibrio.
Empezaba redactando unas pocas líneas y luego todo se enredaba y confundía en mi cabeza de tal manera que no sabía cómo seguir.  No me era posible expresar con claridad lo que quería transmitir.  
Lo intenté unas cuatro veces.  Fueron cuatro intentos frustrados, pero finalmente tuve que aceptar que así como en otros momentos todo fluye a una velocidad asombrosa, hay otros momentos que es mejor no forzar más el sistema y tener paciencia a pesar del sentimiento de frustración.  Me ayudó pensar que esta etapa pasaría y que en algún momento volverían a fluir las letras, palabras, sentimientos, pensamientos, experiencias…
Como siempre digo, tenemos que aprovechar las experiencias de otros para ir aprendiendo para nuestra propia vida.
Este mes ha sido como un cursillo intensivo en “vida”.  Aprendí que, sobre todas las cosas, la vida, mi vida tiene que estar basada en la verdad, en la transparencia o como dicen por aquí “lo que ves, es lo que hay”.  No ganamos nada intentando aparentar lo que no somos, intentar montar una imagen para que otras personas tengan una percepción diferente a lo que somos en realidad.  Lo triste es que llega un momento que ya no logramos engañar a nadie.  Sólo nos engañamos a nosotros mismos y hagamos lo que hagamos, la verdad siempre sale a flote, siempre se deja ver.  Finalmente llegará el momento que no podremos controlar más la situación y todos conoceremos la verdad, causando mucho dolor sobre todo a las personas que tenemos más cerca y quizá a esas que justamente hemos venido engañando este tiempo.
Aprendí  que es muy importante demostrar nuestros sentimientos, una sonrisa nos hace compartir tanto, una lágrima no nos hace débiles, nos hace humanos.  Nos permite compartir nuestros sentimientos.  Aprendí a dar un abrazo sin importar quien lo vea, a decir te quiero sin importar quien más lo escuche.  Alegra el corazón, da paz a la mente y la propia ley de la reciprocidad, en algún momento me lo dirán a mí también.
Aprendí que cuando tengo algún problema, pena o dolor, hay personas especiales con las que tengo que compartirlo.  Por un lado demuestro a estas personas que son importantes para mí, que no les guardo secretos y por otro lado estas personas nos podrán ayudar a superar y afrontar los momentos difíciles porque realmente me quieren y se preocupan por mí.  ¿Qué ganaría ocultando cosas y guardando secretos, sólo por creerme autosuficiente y que no necesito de nadie para superar cualquier obstáculo?  Quizá más me dolería aceptar que he dañado a muchas personas con esta forma de pensar que siempre están a mi lado para acompañarme y compartir mi vida.
He aprendido que de nada sirve esperar el mejor momento para hacer las cosas importantes de la vida, anteponiendo lo que alimente mi alma y corazón.  Como decía una frase de Paulo Coelho que leí hace unos días “un día despertarás y descubrirás que no tienes más tiempo para hacer lo que soñabas.  El momento es AHORA.  Actúa”. 
He aprendido a compartir con mi familia lo que hay, lo que tenemos, sea mucho o poco, pero siempre con alegría y disfrutando del momento.  Vivir cada día con Fe sabiendo que estoy cosechando las decisiones que tomé hace un tiempo y seguir sembrando con ilusión y experiencia para que mis próximas cosechas sean mejores.
Por fin terminó Junio, ya casi termina Julio y así sin darnos cuenta estamos a más de la mitad de este año que viene arrasando.  Está siendo muy intenso, con mucho que aprender.  Espero seguir teniendo los ojos bien abiertos para no perder detalle.