miércoles, 18 de junio de 2014

Catorce años

Un día como hoy, hace catorce años, mi vida dio un giro inesperado y radical.  El corazón de aquella persona, con la que había decidido compartir mi vida y formar una familia, se paró y dejó de funcionar.  Y es que la vida tiene estas situaciones tan duras, que nos da la oportunidad de ver todo desde otro punto de vista.

Me quedé sin mi compañero, mientras esperaba al que sería mi nuevo y joven compañero para el resto de mi vida.

Los siguientes días fueron una etapa como entre paréntesis.  Quiero decir que, viví sin vivir y los días pasaron sin apenas darme cuenta.

Si hoy me pasara lo mismo, no sé qué haría realmente.  No existe un manual de instrucciones ni consejos generales de cómo llevar esta situación.  Sólo lo fui afrontando cada día de la mejor manera posible, intentando que mi corazón encuentre la paz que necesitaba para seguir adelante y volver a empezar.  Pero no es rápido, no es de un día a otro.  Hay tanto que me quedé sin decir, tanto por pedir perdón, tanto por perdonar, tantas cosas que, todavía, quería escuchar.  Me costó once años aceptar y superar lo que pasó y que mi corazón encuentre la paz.

Mi joven y nuevo compañero ha crecido y hoy tiene casi los mismos catorce años.  Cada día, con sus gestos y forma de ser, me recuerda de quien viene y esa etapa de mi vida.  Lo que es genético, es genético, no lo podemos negar.


Hoy mis pensamientos están contigo.  Te recuerdo con mucho cariño y con la seguridad que siempre nos estás cuidando desde el cielo, porque en los momentos más importantes el 13 está nosotros y sé que tú también.