miércoles, 4 de enero de 2012

Eres importante para mí

Ya van pasando los días festivos y aunque acá todavía nos queda la visita de Los Reyes Magos.  En la víspera iremos a ver la cabalgata, como los Reyes Magos y todo su séquito entran a la ciudad y luego por la mañana estarán los regalos o golosinas que los Reyes dejan a los niños.
No hay que negar que estos días navideños nos ponen siempre más sentimentales y analíticos emocionalmente.  Entonces luego de tanto análisis y más nos vamos dando cuenta de algunas cosas, que nos alegran el espíritu y otras que nos hacen notar que estamos quemando cartuchos en gallinazos.
Como alguna vez he comentado, es importante que todas las relaciones personales sean recíprocas.  No sólo es importante en las relaciones de pareja, es también muy importante en las relaciones familiares y amicales. 
Por regla general se asume que las relaciones familiares tienen que ser buenas, agradables, de lo mejor.  Pero conforme pasan los años nos vamos dando cuenta que no siempre es así.  Ya lo dice el viejo refrán “a los amigos los eliges y la familia te toca”.  Entonces muchas veces terminas tirando hacia tus amigos porque te das cuenta que tanto tu familia como tú mismo tienen diferentes prioridades en la vida y quizá por eso te unas más a los otros y es que pueden tener intereses comunes.  Aunque hay que decir que hay muchas familias que tienen una muy buena organización y hacen que las relaciones funciones a pesar de la diferencia de intereses y prioridades.
Aunque siempre he sido de la idea, de los que les digo líneas arriba, que las relaciones deben ser recíprocas en el cariño e interés, no había profundizado tanto en el tema hasta hace unas cuantas que conversaba con mi amiga Carolina Herrera y Jorge sobre las amistades, sentimientos, reciprocidad y todo eso.  Comentamos que uno tiene en la vida sus personas importantes, indispensables o en una sola y única palabra “prioritarias”.  Son aquellas personas con las que compartes cada cosa de tu vida, las cosas felices, las penas, los dolores y las alegrías, a las que llamas para contarles un proyecto y sobre todo porque quieres escuchar su opinión y comentario porque lo consideras importante para seguir tu camino y tomar tus decisiones.  No confundir con no tener capacidad de decisión o ser dependiente, hablo de esa voz que sabes que es incondicional y sobre todo objetiva, que te dice las cosas como son y así puedes decir lo mejor.
Es inconsciente pero se asume como obvio que así como tú consideras una prioridad a una persona, ya sea familia o amigo, esta persona también te considere alguien importante en su vida, te demuestre su cariño, afecto, te tome en cuenta.  Pero ¿qué pasa si de pronto te das cuenta que esa persona a la que tú consideras prioridad, a ti no te tiene entre sus prioridades?  Está claro que no podemos obligar este sentimiento ni decir a nadie que prioridades tiene que tener.  Pero realmente duele cuando te das cuenta que esos sentimientos que tú tienes por alguien no son recíprocos.
Es duro aceptar que no eres importante en la vida de alguien a quien tú estimas, pero tampoco es el fin del mundo.  Tienes dos alternativas, seguir por el mismo camino, desviviéndote por esa persona, sabiendo que ella no te tiene al mismo nivel o cambiar un poco tú actitud, sin pelear ni nada, pero reconsiderar tus prioridades.
La primera opción se puede considerar, en primera, la más correcta y honorable, pero seamos sinceros, también tenemos sentimientos y duele profundamente darnos cuenta de la no reciprocidad.  Entonces, la segunda alternativa termina siendo la más justa para uno mismo, porque de la otra manera, terminas viviendo para otros, pero no cuidas tus sentimientos y si no te cuidas tú mismo ¿Quién lo hará?
En la publicación anterior les decía que cada año nos da una lección de vida importante, es un curso intensivo de un tema que tenemos que mejorar para ser mejores personas.  OJO! Ser mejores personas no significa ser más caritativo, bueno o parecerlo, es ser uno mismo mejor persona, partiendo desde sí mismo, de nuestro interior, de la búsqueda de nuestro crecimiento y paz interior y luego transmitirlo a las personas de nuestro alrededor.
Entonces pienso que ya sea el último capítulo de mi lección del año pasado o el primero de este año, tengo que aprender a organizar mis personas prioritarias.  Hacer un repaso general a todos e intentar ubicar a cada persona en el lugar que realmente le corresponde, para que la relación sea recíproca.
Tengo que reubicar a muchas personas incondicionales que están ahí siempre para mí, para mis alegrías y mis rollos y sacarles el polvo de encima y darles un lugar importante.  Pero por otro lado, tengo que sacar mi escoba y limpiar mi vida de personas que me han demostrado claramente con sus actos y en algún caso hasta por escrito que en este momento de sus vidas, yo no formo parte de ellas.  Mi vida está pasando al lado de su vida, pero no se cruzan.
Ya le he dado muchas vueltas a este tema y es verdad, es necesario valorar a las personas que tengo cerca, a las que me quieren, lo demuestran y se preocupan por mi y los míos, a aquellas personas que comparten su vida conmigo.
El resto, bien, siguen teniendo un lugar en mi vida, claro, no podemos hacer un “delete” a nadie y tampoco tenemos que pelear, pero si podemos de alguna manera, alejarnos, como dicen acá “hacer que corra el aire”.  Este tiempo y la distancia nos hará ver las cosas de otra manera y quizá esa persona pueda sentir algún cambio y también analice la relación entre los dos.
La vida y las relaciones son muy complicadas.  Hagamos el intento de hacerlas más sencillas, accesibles, transparentes.  No estamos obligados a querer a todos por igual, pero si tenemos la necesidad de sentirnos queridos.  Tenemos que ser sinceros con nuestros sentimientos, tenemos que cuidar de nuestro cuerpo y de nuestra mente para lograr un equilibrio en la vida.
Espero que las personas que son prioridad en mi vida lo tengan claro.
Seamos felices!!! Disfrutemos de la vida y de las personas que nos rodean y quieren de verdad.