lunes, 31 de diciembre de 2012

Balance Final


Llegó el final del año, otra vez.  Este año (como los últimos) se ha pasado muy rápido.  Pensar que anteayer empezamos el 2012 y sólo ayer estaba de vacaciones en la playa y ahora estamos terminando ya el 2012.
Ahora que ya pasó la Navidad toca planificar cómo vamos a despedir este año y empezar el nuevo con mucha alegría e ilusión.  Estoy segura que ya tienen planes para este fin de año.  Algunos tendrán todo preparado, otros ya estarán en ese lugar donde pasarán esta noche especial y otros, como yo, todavía tienen planes por definir.  Sea como sea, estoy segura que será genial.  Finalmente todo es cuestión de actitud y de querer y desear pasarlo bien.
Estos días entre Navidad y Noche Vieja o Año Nuevo es un tiempo especial que podemos aprovechar para reservar un momento para nosotros, para pensar y analizar nuestro año anterior.  Creo que es importante y saludable hacer esto.  Simplemente porque los días, semanas, meses se nos pasan tan rápido que a veces no tenemos tiempo para detenernos y ver cómo van las cosas.  Vamos viviendo cada día de la mejor manera posible, pero a toda velocidad y cuando tenemos la oportunidad de parar o aunque sea bajar la velocidad de la vida, miramos atrás y nos damos cuenta que han pasado muchas cosas en nuestra vida y en la de las personas que nos interesan y no hemos tenido de darles el tiempo que hubiéramos querido.
Como les decía, podemos aprovechar estas últimas horas que nos quedan del 2012 para hacer un balance final del año.  Revisar cuáles fueron las metas que nos planteamos hace un año, ver que logramos conseguir, cuáles se nos han quedado a la mitad y cuáles ni las empezamos.  Analicemos las actitudes y acciones que nos ayudaron a conseguir nuestras metas.  Veamos los factores que impidieron que podamos alcanzar alguna otra meta. No tenemos que dar cuentas a nadie, sólo a nosotros mismos, por lo tanto tenemos que ser más sinceros que nunca.  Tomemos un tiempo para agradecer a Dios y a la vida las cosas buenas que nos pasaron, la fuerza para seguir luchando cada día, el haber tenido salud y tantas otras cosas más que cada uno sabe.
Cuando ya tengamos claro el año que termina, empecemos con los nuevos propósitos para el 2013.  Uy! Ahí es cuando empieza la imaginación e ilusión, tantas cosas que queremos, deseamos para nosotros y para todos los que nos rodean.  Cuántas cosas quisiéramos cambiar.  Finalmente soñar no cuesta nada y este es el mejor momento para soñar, desear, reorganizar, planificar y todo con mucha ilusión.  Luego cuando ya hemos soñado lo suficiente, tenemos que organizar nuestras nuevas metas para el 2013.  Las metas reales, las que, el hecho de conseguirlas o no, están en gran parte en nuestras manos, producto de nuestro esfuerzo, trabajo personal, fuerza interior.  No siempre los propósitos de año nuevo tienen que ser cosas materiales, hay tantas otras cosas que podemos establecer como metas de año nuevo que son tan personales, tan íntimas, yo que sé, repaso alguna mía anterior, bajar de peso por ejemplo o el año que me propuse empezar este blog.  Hay tantas cosas que deseamos conseguir en la vida.  Siempre en año nuevo (y cada uno en su cumpleaños, que es su año nuevo personal) es una muy buena oportunidad para hacerlo.
Yo lo único que sé es que tenemos que tener metas que sean posibles de conseguir en corto y largo plazo, para que durante todo el año vayamos viendo cómo vamos avanzando y logrando nuestras metas, poco a poco y pasito a paso.
Última publicación del año 2012.  Muchas gracias por seguirme estos meses.  Ya saben que para mí es muy importante saber que me leen, que se siguen, que dejan sus comentarios y en algunos casos me comparten con su familia y amigos.  MUCHAS GRACIAS por acompañarme este año.
Espero que el balance final de cada uno sea positivo y nos deje ver con claridad y valorar lo que realmente vale la pena en la vida y nos ayude a mejorar en lo que necesitamos para ser mejores personas.
Deseo para cada uno un nuevo año 2013 lleno de amor, paz, salud y trabajo.  Que Dios y la vida les conceda lo que realmente necesitan para ser feliz y puedan seguir logrando sus metas.
FELIZ AÑO 2013!!!!!

domingo, 23 de diciembre de 2012

Actitud Navideña


Esta época del año es muy especial.  Es tan especial que todos tenemos una forma muy especial de ser, de actuar, diferente a la habitual.  A veces hasta terminamos siendo mejores personas de lo que somos normalmente.  Somos más tolerantes, generosos, menos belicosos y hasta más sonrientes.
¿Qué tiene esta época del año de nos hace ser mejores?
Hace unos días Alberto nos comentó que según alguna estadística que había escuchado, la tasa más alta de suicidios es en esta época del año.  El nos preguntaba por qué pasaba esto.  ¿Qué hacía a la gente hacer esto?  Fue muy interesante su pregunta.  La verdad no tenía una respuesta clara.  Por un lado mi mami le respondió que quizá tenía que ver con el año terminaba y que hacemos un balance de fin de año y si quizá no hemos logrado lo que planeamos el año anterior, pues podemos caer en una tristeza profunda que a algunas personas más sensibles las lleve a tomar esta decisión.
Yo por otro lado, pensaba que quizá tiene que ver con el deseo que tenemos todos de tener la foto perfecta en la mejor temporada del año.  Una gran familia feliz, donde todos se quieren, ama y respetan.  Familias donde no existen los problemas, ni las carencias, ni las dificultades, ni nada negativo.  Quizá hacemos un recuento de lo que tenemos y de lo que queremos y bueno al final no vemos lo que queremos ver y nos pone triste.
Pero ahora que estamos ya en la víspera de Noche Buena pienso que, a pesar de todo lo que llevamos dentro, es tan fácil tener una actitud positiva que podríamos intentar mantener esta buena actitud cada día del año.
Ya sé que como somos así, así como somos, será difícil y quizá algún día perdamos esa buena actitud y caigamos en esa otra forma de llevar la vida que no es tan positiva.  Pero no importa, mientras seamos conscientes y mantengamos la fuerza y las ganas de ser feliz, vamos a por ser felices cada día del año sin esperar hasta el próximo año, la época de Navidad.
Bueno, como sé que todos estamos estos días más liadillos de lo habitual, con todo lo que hay que hacer y el poco tiempo que queda, no haré más larga esta publicación.  Más bien, la voy a aprovechar para desear a cada uno de mis lectores una muy Feliz Navidad.  Recordar que el Milagro de la Navidad existe.  Sólo tenemos que creer y pasará.  Si no pasa lo que queremos es porque lo que nos pasa es mejor para nosotros ahora.
Aunque, como la actitud, los milagros ocurren a diario, sólo tenemos que estar dispuestos a verlos y a creer en ellos.
No olvidar sentar en su mesa, sin importar cuánta gente esté sentada ya, al Espíritu de la Navidad que es realmente quien nos hará pasarla de la manera más especial posible.  Disfrutar del día con la familia, amigos o con quien nos toqué celebrarlo.  Seamos felices y recordemos lo que realmente celebramos, el nacimiento de Jesús.
¡FELIZ NAVIDAD!

sábado, 8 de diciembre de 2012

Mi vida es un musical - 2



Ya, desde hace tiempo, tengo una publicación empezada, que sería la continuación de “Mi vida es un musical 1.0”, publicada hace varios meses, pero ahora sobre Aitana, pero aún está en el tintero.  Será que todavía nos faltan algunas canciones para completar la publicación.
Hace unas semanas, cuando íbamos rumbo a Teruel, Jorge me sugirió escribir también sobre cosas menos personales o que aunque sean personales las personas que me leen también se puedan identificar y les toque directamente.  Nosotros íbamos en el coche escuchando viejos CD´s y comentando con Alberto las canciones.  Me sugirió una publicación sobre canciones especiales, que así como a mí me traen recuerdos, a otras personas le traerán sus propios recuerdos y las harán viajar en recuerdo.  Así que ahí mismo llegó la inspiración, cogí mi libreta y bolígrafo y aproveché al máximo el asiento de copiloto para ir anotando algunas canciones, frases, recuerdos.
Los días siguientes, todavía tenía la idea en la cabeza y llevo varios días pensando en esas canciones, las que me traen recuerdos y sensaciones positivas, que de eso se trata, transmitir sentimientos y pasar un buen rato recordando.
Me fui anotando algunos títulos que han ido viniendo a mi mente para poder transmitir los recuerdos y cómo he empezado a recordar.  Y como dicen, recordar es volver a vivir.
Con la ayuda de youtube voy buscando las canciones que voy recordando para que todos puedan recordar conmigo.  Algunas de las canciones, antes del propio video de la canción, llevan unos segundos de publicidad, así funciona esto.

Empiezo mi recorrido musical yendo para atrás unos 25 años o quizá alguno más.  No tengo claro el año, aunque en realidad no es de un año determinado, podría decir que es más de una etapa.  En mi casa, la de mis padres, a mi madre le gusta(ba) mucho Julio Iglesias así que sus canciones las hemos escuchado mucho y cantado más.  De tanto escucharlas uno se aprende las letras, claro.  Recuerdo que teníamos un cassette de Julio Iglesias y un toca-cassette que tenía truco para funcionar.  De todas estas canciones había una en especial que cantaba mi papi, que me cantaba mi papi.  Hoy que la he escuchado después de tantísimos años, he cerrado los ojos y me he trasladado a esa época inexacta en mi mente, la piel se me ha puesto de gallina o de pollo al recordar esos momentos, he entendido la letra y la he cantado a todo pulmón.  Es la canción “De niña a mujer” de Julio Iglesias que dicen se la cantaba a su hija Chabeli.

Fueron pasando los años y los recuerdos ahora son diferentes.  Aún no me había hecho “mujer” como la canción anterior, pero ya no era una niña y mis recuerdos ya son otros.  La verdad es que esta canción no la había escuchado en los últimos 20 años más o menos, pero por algún motivo en estos días la escucho mucho más, la pasan por la radio.  En su momento la letra tenía un sentido especial y exacto, ahora es un linda canción de Bryan Adams “Wherever you go, whatever you do”.

Y siguen pasando los años, ahora sólo retrocedo unos 12 ó 13 años.  Esta canción tuvo un significado muy especial para mí.  La letra es un claro mensaje.  No había que pensar mucho más.  Me dijeron que me la dedicaron en un karaoke, sólo que cuando me lo contaron ya fue muy tarde y no pude agradecer al aficionado cantante.  Esta es “La Canción de Amor” de Gianmarco, que es un gran cantante peruano.

Luego, años después cuando Alberto ya había nacido, descubrí dos canciones del cantante chileno Alberto Plaza, una canción se llama “Amiga del Dolor” y la secuela se llama “Y ahora es Miguel”.  No hay mucho que decir, sólo escuchar la canción, la letra y así pueden entender porque me gusta tanto y lo que significa para mí.  He encontrado el video ideal, en el que se pueden escuchar las dos canciones seguidas y con comentarios del cantante, pero por algún motivo técnico que no he podido solucionar no puedo incluir este enlace en el blog.  De todas maneras les paso el link por si quieren ponerlo en google y escucharla.  Sólo hay que copiar el enlace completo y pegarlo en la barra de búsqueda y listo:
www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=AI34OMEzuz0   

Cuando empecé a aceptar y a acostumbrarme a mi nueva vida, pude compartir mucho tiempo con buenas amigas.  Ir y venir juntas al trabajo, salir y disfrutar de nuestros momentos y experiencias.  Muchas veces con Alberto en el coche e infaltable la música.  Siempre cantando a todo pulmón porque cada canción tenía un significado en ese momento, era un mensaje adecuado para esa etapa.Esta canción se ha convertido en mi himno.  Hasta ahora la canto a grito pelado.  Alberto aún era pequeño.  Quizá tenía la edad que Aitana tiene ahora.  Íbamos en el carro o en casa, ponía la canción  y yo le cantaba y se la dedicaba esperando que él, aunque pequeño, pueda entender la letra y creerse lo que dice.  Que crea que puede hacer todo lo que quiere en la vida.  Hoy, mientras buscaba la canción para poder conseguir el video, iba escuchando la música.  Ahora cantaba con Aitana.  Hacíamos la misma coreografía de antes, intentando que pueda ir entendiendo el significado de la canción y lo cante con toda su fuerza y corazón.  La canción es “Color Esperanza” de Diego Torres.  Como en un video anterior, tampoco puedo subir el video de la canción y he puesto otro que sí, así que les copio el link por si lo quieren ver directamente www.youtube.com/watch?v=2Hay0xlAEwI


Y estas siguientes canciones me hacen retroceder unos 8 años o así y son de la misma época que la anterior.  Como les contaba líneas arriba, eran canciones que representaban esa etapa de mi vida.  Una de las canciones es de Ricardo Arjona y se llama “El Problema” y la otra canción es de Bacilos y se llama “Caraluna”.  Estoy segura que en especial hay una persona, que iba en el carro cantando conmigo y se acordará de estas canciones.  A que sí, Patty, te acuerdas, no?



Y poco tiempo después conocí a Jorge.  En un momento tuve que hacer un viaje.  El me regaló un par de CD´s para que tenga música durante el viaje y supongo yo, para que no me olvide de él durante las semanas que estaría fuera.  Cuando ya salíamos más formalmente, siempre tenía uno de esos CD´s en el coche y siempre lo íbamos escuchando.  Había una canción que en especial nos gusta mucho de ese disco, habíamos revisado la letra y cada vez que sonaba, la cantábamos con sentimiento.  Una tarde, Alberto que tenía unos 4 a 5 años nos pide que pongamos la canción “fincai”.  Repetía y repetía el nombre de la canción “fincai”.  Nosotros no lográbamos adivinar a que canción se refería.  Según fue sonando cada canción, le íbamos preguntando cuál era “su” canción.  Y por fin, llegamos a esta canción que se llama “Breakfast at Tiffany´s” de Deep Blue Something.  Pero claro, dirán ¿Qué tiene que ver “fincai” con esta canción?  Sólo tienen que escuchar el coro y lo entenderán.

Luego, revisando mis anotaciones, aquellas que les comenté al inicio, recordé una canción que siempre que la escucho me trae a Jorge a la mente.  Tampoco vamos a dar muchas explicaciones que ya la letra de la canción lo dice todo.  La canción es “Con Limón y Sal” de Julieta Venegas.

Y la verdad es que canciones hay muchas y cada que escucho la quisiera incluir porque me gusta mucho escuchar las letras, entender lo que quieren decir e imagino que según el momento de pues la canción me afecta de una u otra manera.  Hoy hay muchas otras canciones que las canto con sentimiento y alegría, pero tengo que terminar ya esta historia, que si no, será infinita.

Ya hoy, hay una canción que, decían en la radio hace unos días que sería la canción de la Navidad.  Así que di el tiempo de escuchar la letra con atención para entender por qué la estaban valorando tan alto o por qué se podría considerar “la canción de la Navidad.  Y es que la letra tiene muchísimo que ver con mi hoy, con mi momento actual.  Todo se trata de sueños, ilusiones y ganas de que las cosas salgan bien.  Otra vez, sugiero escuchar la letra con atención y disfrutar del mensaje.  La canción se llama “Hecho con tus sueños” de Maldita Nerea.

Cuántos recuerdos han pasado por mi mente.  Recordar es volver a vivir y en estos días he revivido muchísimas cosas.  Todos son recuerdos, experiencias que hoy me hacen reflexionar en que soy como soy gracias a éstas y más vivencias.

No puedo imaginar mi vida sin la música.  Es verdad mi vida es un musical.  Es parte importante de mi rutina, me permite vivir cada canción, cada situación.

Ahora te invito a pensar en aquellas canciones que te gustan, en las canciones que te dicen algo, en las canciones que valen algo y ponlas un rato y a disfrutar.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Acción de gracias


Aunque las ideas vienen a mi mente, sigo sin poder organizar mi cabeza del todo y todavía me resulta un poquitín difícil poderlas plasmar en blanco y negro.  Pero ahora que siento que todo va encauzándose otra vez, me puedo dar el tiempo con algo de tranquilidad para seguir escribiendo y retomando temas que tenía ya empezados.
Estos últimos días se celebró el Día de Acción de Gracias en EE.UU.  Hasta este año nunca me había detenido a pensar en lo que celebran, en lo que representa y nada de eso.  He pedido ayuda al señor Wikipedia para contarles un poco de la historia y ahora que lo reviso, me doy cuenta que también se celebra, aunque en otro día, en Canadá.
El día de Acción de Gracias en América del Norte tiene sus orígenes en una mezcla de tradiciones europeas y aborígenes.  En Europa, los festivales se llevaban a cabo antes y después de los ciclos de cosecha para agradecer por una buena cosecha, y para celebrar después del duro trabajo junto con el resto de la comunidad.  En esa época, los nativos americanos también celebraban el final de la cosecha.  Cuando los europeos llegaron a lo que sería América por primera vez, llevaron sus propias tradiciones (fiestas de la cosecha) desde su continente, celebrando el final de su viaje, la paz y la buena cosecha.  Los orígenes del día de Acción de Gracias son similares en Canadá y en los Estados Unidos.
Hace unos meses pensaba que quería celebrar una fiesta enorme.  Quisiera hacer una gran fiesta e invitar a todas las personas que son importantes para mí.  Invitar a aquellas personas que durante mi vida y en especial en este último año siempre están ahí.  Es una fiesta para compartir con todos, en realidad para agradecer el cariño, apoyo, paciencia, palabras de aliento, silencio, amistad y tantas cosas más.
Ya lo ven, que es un deseo que tengo.  Me encantaría que no existieran los problemas de tiempo, ni de distancia y menos de dinero para poder estar todos juntos en el mismo lugar y al mismo tiempo.  Quisiera agradecer a todas aquellas personas que son parte de mi vida y quiero creer que yo soy parte de sus vidas también.
En esta fiesta quisiera agradecer y celebrar cada pequeño detalle que he vivido a lo largo de toda mi vida, cada logro obtenido y cada lágrima derramada.  Y es que hoy soy lo que soy gracias a cada experiencia que he vivido durante estos años.  Todo, por más pequeño que sea, me ha marcado y ha formado mi carácter para ser como soy hoy, con virtudes y defectos.  Tanto, tanto, tantísimo que agradecer.
Pero ahora, bajo de mi nube, regreso al mundo real, al momento actual y pienso que realmente, aunque las cosas no están saliendo como las deseaba, están saliendo.  Tengo que agradecer la familia que tengo, mis padres que siempre están a mi lado.  Mis hermanos, que a nuestro estilo muy particular estamos los unos pendientes de los otros, respetando cada uno de su espacio; mi familia, mi esposo, mis hijos que son lo más grande que tengo.  Y cada persona, los buenos amigos que tengo, los amigos de siempre, de toda la vida, los nuevos amigos, los amigos de antes y los amigos de ahora.  Agradecer por cada día, por cada aliento, por la salud y la de los míos.
A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos y todo lo que podríamos agradecer cada día.  A veces y sin querer, un cambio de actitud, un cambio interior en la forma como vemos las cosas, nos hacen ver las cosas de otra manera.
Así que empiezo por casa, doy gracias por todas las cosas buenas que tengo, por las personas que me quieren, por la salud y por la vida.  Prometo disfrutar lo que tengo y ser feliz.

martes, 20 de noviembre de 2012

De los sueños y rollos de ayer



Hace unos días leí el blog de una amiga, quién me viene dando empujoncitos para seguir escribiendo y siempre tiene palabras de apoyo para no dejar de insistir en este deseo personal.  Además fue ella, con su tiempo y paciencia que me ayudó a mejorar la imagen del blog.
El título de su publicación es “deja de preocuparte”.  Aquí comparto el link para que puedan leerlo también http://yabajalos.blogspot.com.es/2012/11/deja-de-preocuparte.html.  Al ver el título me llamó la atención.  Sentí que iba dirigido a mí, que me lo estaba diciendo a mí.  Así que como esa tarde estaba sola y tranquila lo empecé a leer.
Cuando tengo la oportunidad de leer algo que va sobre la vida misma, sobre las cosas normales, de esas que pasan en realidad a la gente normal, a la gente “de a pie” como dicen por aquí, aprovecho de pensar un poco y hacer una equivalencia en mi vida y en mi momento actual para aprovechar la experiencia de la persona que escribe y ver como la puedo aplicar en mi vida.  Siempre hay algo que aprender, repetir o evitar.
Leí la publicación y la disfruté, luego me quedé pensando cuántas cosas hemos visto de pequeños en nuestras casas como que son “normales”, costumbres que nos han inculcado, casi sin darnos cuenta, en nuestras familias y que a lo largo de nuestras vidas hemos ido repitiendo sin ser conscientes del todo que lo hacemos, sólo porque es así.  Otras, sin mayor problema las hemos olvidado completamente.  Hemos seguido nuestro camino sin tenerlas en cuenta y casi ni nos acordamos tampoco.  Y hay otras, unas pocas quizá, que queremos olvidar, evitar, dejar atrás pero no podemos.  La vida se nos ha planteado de una manera diferente a lo que estaba planeado cuando éramos pequeños y ahora tenemos que hacer las cosas de otra manera.  No me refiero a temas de valores y moral, que eso es otro nivel y ya lo dejaremos para alguna otra publicación.  Me refiero simplemente a costumbres o ideas básicas de cada familia que ahora no podemos seguir manteniendo.
Tenemos que luchar contra nosotros mismos y nuestros pensamientos y contra todo eso que llevamos dentro para hacer lo que ahora tenemos que hacer.  A veces, como dice la publicación que les comento, uno siente como que va traicionando a su familia y sus ideas, pero es que no es así.  Es otra vida, es otra época, es otra forma de vivir la vida. Son otras cosas por las que hay que luchar y no tenemos que rompernos la cabeza y menos el corazón pensando que traicionamos o que faltamos al esfuerzo de nuestros abuelos o padres.
Ahora nos toca recuperar otros valores ni más ni menos importantes que los de antes, pero más adaptados a esta época y nuestra realidad.  Quizá en la época de nuestras abuelas, la lucha era más por los derechos e independencia de las mujeres, por demostrar que somos tan válidas como los hombres y que tenemos los mismos derechos y oportunidades.  Hoy, después de tantos años, cuando aún hay que seguir demostrando aptitudes y valías, ya hemos alcanzado un nivel de igualdad y tanta que tenemos que meter muchas horas trabajando y nos hemos visto obligadas a tener que dejar la vida doméstica a cambio de un trabajo, desarrollo profesional y una nómina.  Ahora y depende de lo que cada una queremos y buscamos para nuestra vida y si la situación lo permite, queremos disfrutar más de la vida doméstica y de nuestra familia.  Entonces vamos cambiando los parámetros y luchando por lo que ahora es importante.  Los tiempos cambian y lo importante es que tengamos la flexibilidad para adaptarnos a estos nuevos tiempos y sus sorpresas.
Lo del peso, pues que les puedo decir.  Ahora mismo estoy en la lucha diaria de controlar lo que como y como lo como para intentar seguir bajando de peso.  Es un tema complicado y recurrente en mi vida, así que seguiremos insistiendo pero sin que me quite más el sueño.
El otro punto es cuando tenemos que aceptar que nuestra vida hoy no es como la imaginamos cuando soñábamos con una vida de fantasía a los 20 años o antes.  Hoy tenemos una vida real, que es súper diferente a esa foto de color rosa que imaginamos.  Pero que tampoco que se entienda que es una mala vida o peor.  Simplemente ahora es una vida real.  Con momentos y etapas súper felices, llevas de satisfacciones y otras etapas un poco más duras y complicadas.  Normalmente son etapas en las que, si las aprovechamos bien a pesar de las dificultades podemos aprender muchísimo para ser mejores personas.
Disfrutemos de la vida que tenemos tal cual es, a pesar que no sea como lo imaginamos hace muchos años.  También tenemos que ser conscientes que hace muchos años nos faltaba mucha experiencia para valorar lo que realmente es bueno y lo que es adecuado para nosotros.  Hemos tenido que vivir muchas experiencias, anécdotas, hemos tenido que reír mucho y llorar también para ser lo que somos hoy.  No vivamos pensando en que lo que nuestra vida pudo ser, pensamos en lo que nuestra vida es ahora, en que tenemos que hacer para que nuestros sueños se cumplan en realidad.  ¡Sí! Sí es posible que se hagan realidad, pero con mucho esfuerzo, pero siempre que nuestros sueños sean reales.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Aparentando por la vida voy


Llevo ya varias semanas con la idea de empezar y terminar esta nueva publicación.  La verdad es que tengo varias en el tintero, todas medias empezadas y a medio terminar.  Me decido y elijo una de estas medias publicaciones con la intensión de terminarla y publicarla finalmente, pero como estas últimas semanas he vivido de una manera “espontánea”, según con lo que la vida nos iba sorprendiendo, íbamos viviendo.  No hemos tenido oportunidad de hacer planes, de organizarnos ni nada, hemos vivido, como se dice, a salto de mata, un poco apagando incendios y afrontando la vida, intentando siempre, con la mejor cara.
Entro pues en el tema que les quiero contar esta vez.
Hace unas semanas aprendí o realmente fui consciente que vamos por la vida aparentando.  Unos hacen un esfuerzo real por demostrar ser lo que en realidad no son o demostrar tener lo que no tienen, simplemente por aceptación o presión social o complejos personales o yo que sé tantas cosas que se cocinan en las cabezas.  También me he dado cuenta hay otras personas que hacen ese mismo esfuerzo por aparentar también ser lo que no son pero al revés, es decir personas que aunque tengan cierta posición, estudios y posibilidades, siempre va aparentando una vida especialmente dura y con carencias, como para ir dando pena por el mundo.  Esto de las apariencias planeadas son cosas complicadas.
Y como tercera alternativa, están o estamos las personas que vamos viviendo lo que nos toca cada día según vaya llegando, mejores etapas, otras más duras, pero lo que toca, que aunque tenemos días oscuros y que no vemos la salida a lo que nos agobia vamos intentando seguir sonriendo y seguir viviendo de la mejor manera que la situación puede ofrecernos.
Al parecer vamos aparentando por la vida una vida sin problemas, sin carencias, sin dificultades.  Una vida donde todo es felicidad y digno de tomarse una foto.  Y es que así es a veces.  Vamos disfrutando de las cosas que se nos presentan, de las oportunidades bien aprovechadas, sin querer decir que somos unos aprovechados.
Como canta la frase “Dios aprieta pero no ahorca”.  En las etapas duras, de pronto nos toca alguna alegría para recuperar fuerzas y seguir adelante.  Cuando estamos en una etapa complicada tenemos el defecto de no valorar ni ver las cosas buenas que nos pasan.  Nos sentimos, con todo derecho, dentro de una nube gris, tormentosa, llena de truenos que nos asustan.  Vamos tomando nota de las cosas malas que se nos acumulan y las cosas buenas casi ni las valoramos.
A veces tenemos la mala costumbre de ir comparando nuestra vida con la de otras personas que tenemos alrededor.  Vamos comparando lo que otros han alcanzando en sus vidas, los trabajos, casas, viajes, vacaciones y más y nosotros no lo podemos alcanzar.  Pero, y ¿Por qué otros sí y nosotros no?  Analizamos y nos torturamos más buscando los errores que hemos cometido en las decisiones de nuestra vida para que las cosas nos hayan salido tan mal.  Y claro, como nos está tocando una mala etapa, pues no nos cuesta mucha encontrar más de una mala decisión y en lugar de encontrar sentirnos mejor, seguimos cayendo en el agujero oscuro que nos quita la fuerza y energía para recuperarnos y seguir luchando.
No nos detenemos a pensar que lo que vemos de otras personas, es lo que ellos quieren que veamos.  Los súper viajes que hacen, que tienen los mejores trabajos del mundo, que tienen la familia más linda que uno se puede imaginar y que su vida es maravillosa y sobre todo que la palabra “problema” no existe en su vida ni en su vocabulario.
Pero la verdad es que vemos sólo apariencias y es que muchas veces y sobre todo ahora en este mundo de la globalización y del facebook, sólo vemos lo obvio, lo que se ve a simple vista, pero no vemos lo que hay detrás o por decirlo claramente, la verdad de las cosas.  Quizá vemos un súper viaje, pero no sabemos cuál es el motivo del viaje, cuánto les costó ahorrar el dinero necesario para hacerlo y que sacrificios tuvieron que hacer para conseguirlo o mejor aún, si quizá fue un regalo de alguien y lo han podido disfrutar a costo cero.  Sí, sí! Eso existe.
Esta cara de las fotos me la hizo ver una amiga hacia ya un tiempo.  Me decía que no vea lo que otros tenían porque no sabía la verdad, que quizá ella misma vivía en una casa linda, que uno piensa que es su casa, lo obvio pero no sabes las condiciones en las que vive ahí, quiero decir si es de ella o alquila, condiciones del alquiler y demás que quizá haya sido una buena oportunidad que se le presentó en algún momento y que aprovechó o que, como les contaba en una publicación anterior, a la gente buena le pasan cosas buenas y simplemente la vida le da devolviendo un poco del esfuerzo que va pasando.
O es como mis vacaciones de este año.  Resulta que como muchos saben, este año tuvimos la oportunidad de irnos unos 10 días y alguno más a la playa.  Pudimos disfrutar de una casa linda, con todas las comodidades, cerquísima a la playa.  Pasamos unos días inolvidables.  Esa casa fue una suerte y un regalo divino.  Un gran amigo nuestro nos prestó esa casa, como en alguna otra oportunidad, para que podamos pasar las vacaciones ahí.  Son las buenas oportunidades que vamos aprovechando en la vida para que la dura etapa que nos toca vivir sea un poco más llevadera y nos recargue las energías para seguir adelante.
Y así muchos ejemplos más.  Hace unos meses, recuerdos, cuando empezaron las rebajas de verano nos fuimos a una tienda de oportunidades a ver qué conseguíamos de ropa de verano para los chicos.  Había muchísima gente y la fila era interminable.  En algún momento Jorge tomó una foto e hizo un comentario, algo así como “de compras”.  Y claro, nunca falta la persona que creen tener autoridad y conocimiento para dar su opinión como si fuese la única verdad, y decía “¿Pero, no dicen que están en crisis?  ¿Cómo pueden gastar tanto dinero?” o algo así.  Claro, igual porque no teníamos caras tristes y además estábamos de compras aparentábamos estar “de shopping” gastando y gastando hasta en lo que no necesitamos, pero es verdad, las cosas no son como las fotos lo presentan.  Siempre hay algo más detrás.
Llegué a la conclusión que las apariencias engañan.  Ya! Eso es una teoría antigua, ya lo sé.  Y también tenemos que ver siempre más allá de lo que parece obvio.  Como decían los dibujos animados de hace muchos años “ver más allá de lo evidente”.  Darle una vuelta más a las cosas.  No guiarme sólo de lo que veo a simple vista y menos cuando yo misma no me siento bien o estoy pasando por una etapa más complicada.  Eso no significa que no creeré que las personas podamos ser felices y pasar mejores etapas y desear de corazón querer compartir nuestros buenos momentos.
También me hizo pensar que hay muchas personas que se toman la libertad y el derecho de opinar como si todo lo que vieran sea tan simple como lo que se ve.  Que muchas veces hay gente que tiene envidia y simplemente además de no saber nada opina sin medir si lo que te dice que puede herir o lastimar.  Pero bueno, de todo vamos aprendiendo en la vida y todo nos ayuda a ser mejores.
Así que aparentando por la vida voy, aparentando que no tengo problemas, que las dificultades no existen en mi vida porque siempre voy sonriendo y aprovechando las oportunidades que se presentan en mi camino.
Y ya para terminar, quería compartir una frase, de esas que ruedan por facebook, que hace un tiempo leí y que decía “Una sonrisa en mi rostro no significa la ausencia de problemas, sino la habilidad de ser feliz por encima de ellos”.  Así que me la he tomado muy en serio, así que no me queda más que seguir sonriendo y ser feliz que será lo que verán de mi y sí! Creerlo!

domingo, 23 de septiembre de 2012

Replanteando


Septiembre, este mes está siendo tan intenso, me está costando cada día y que parece que tiene más de 30 días, aunque todavía queda una semana más.  ¡Qué largo es setiembre!
Unos días antes esperaba este mes con mucha ilusión y esperanza, realmente pensaba que sería un mes de cambios positivos.  Tenía algunos temas pendientes de respuesta que se desarrollarían durante septiembre y estaba segura que de una u otra manera los resultados serían positivos, como yo quería o creía que necesitaba.
Pues nada, ninguna de las dos respuestas que yo esperaba fueron como esperaba, sino exactamente, todo lo contrario.
Luego que pasaron los sentimientos de desilusión y frustración, me quedé con una sensación de, no perdí nada, todo sigue igual.  Con lo cual empiezan a aparecer mis miedos y temores por el futuro.  A pesar que sigo recordando que la ACTITUD es la llave del éxito y lo he comprobado en persona.  Tomé las cosas diferentes, asumí que hay que cosas que no puedo cambiar, pero si puedo cambiar yo, en mi interior, para ver las cosas diferentes y afrontar los problemas desde otras perspectivas.
He sentido que ha llegado el momento de hacer cambios.  Tengo miedo.  No sé por dónde empezar, para donde mirar, hacia qué dirección girar y por donde seguir.  Sólo sé que los cambios son buenos para poder seguir avanzando.  Hay momentos en la vida que parece que todo se detiene, que pesa más arrastra la mochila llena de responsabilidades, metas y sueños frustrados.  Para esos momentos, pienso que es momento de valorar lo que tenemos, ver lo que necesitamos, lo que realmente es prioritario  y quedarnos minimalistas.
Es el momento de plantear y replantear el camino y las metas a las que queremos llegar reinventarnos uno mismo, desde lo más profundo de nosotros mismos, de nuestra propia intimidad hasta lo más obvio.  Sólo así podremos tomar el rumbo necesario para seguir adelante.
Sigo creyendo que este año, por duro que se vea, a pesar de la incertidumbre, dolor, stress, contracturas y migrañas será positivo, porque seguiré avanzando con mi familia.  Ahora estoy avanzando más lento de lo que me hubiera gustado o es que quizá siento que el tiempo está pasando más rápido de lo que ahora necesito y por lo tanto puedo controlar.
Es necesario parar para tomar aire cuando sentimos que el cansancio nos va ganando.  Tomar aire para no pensar en nada, aunque seguimos pensando en todo.
Esta semana iba en el coche, rumbo al trabajo, orando pidiendo una señal, pero una señal para tontos, es decir ver con claridad que tengo que hacer.  Cuando termino escucho por la radio “Y ahora los dejamos con la canción RELAX, para que estén tranquilos y disfruten”.  Sólo me podía reir y aceptar que quizá era la respuesta inmediata que esperaba.  Estar tranquila y seguir teniendo FE que vendrá lo adecuado en el mejor momento.
Pero, claro, luego pienso, ¿Y yo qué tengo que hacer?  ¿Sentarme y esperar que las cosas pasen?  O tengo que hacer algo por mi misma para avanzar y ser consciente que mi futuro depende de mí ahora, de lo que haga hoy, de mi esfuerzo de hoy.
No tengo el carácter para sentarme y ver pasar cada día hasta que me caigan las cosas del cielo.  No puedo.  Como canta la frase “a Dios rogando y con el mazo dando”.  Tengo la responsabilidad de luchar cada día para cumplir con mis propias responsabilidades, ante mí misma y mi familia, que tengo que esforzarme cada día por intentar alcanzar mis metas y lograr cumplir algunos de mis sueños.  Ya luego acepto con fe lo que viene.
Hace unos días pensaba que algunas decisiones del pasado no fueron las adecuadas.  Y esa suerte que tengo yo de tener muy buenas amigas con la inspiración divina para decirte justo lo adecuado, me dijo: “Pero recuerda no hay decisiones equivocadas… salir de tu esquema y abrirte,  por lo tanto fue adecuado.  Que ahora tengas que tomar otro camino, eso es vivir.  Espero que todo salga bien. Pero decidas lo que decidas, hagas lo que hagas, suceda lo que suceda, al final todo será como tuvo que ser y va a ser adecuado.  Ahora depende de ti, de aceptarlo”.
Ahora tengo más claro que nunca que mucho influye la actitud con la que tomamos las cosas, acepto también que sólo me tengo que angustiar por lo que yo puedo cambiar.  Pero también me he dado cuenta que si veo el problema desde otra perspectiva, hay otras cosas que sí se pueden hacer.
La vida es un constante mirar hacia adelante, tirar del carro lleno de metas e ilusiones y tener la mejor ante la vida y las dificultades, siempre con la voluntad, responsabilidad y decisión de ser cada día mejor y querer lo mejor para uno mismo y para su familia.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Periodo de adaptación


Este lunes 10 de Septiembre Aitana empezará 1º de infantil.  ¡Sí!  El tiempo pasa muy rápido y ya se acabó la etapa de bebé de guardería y ahora empieza “el cole de grandes”.  Cuantos planes, cuántas ideas, que ilusión, cómo será todo, como se desarrollará en el colegio y cómo nos vamos a organizar y adaptar ahora a la nueva rutina de ella y de la familia.
Aitana va a la guardería desde que cumplió poco más de un año.  Al final ha hecho 2 años seguidos de guardería.  Durante estos dos años ha tenido diferentes jornadas que se han ido variando y adaptando según iban cambiando las rutinas en casa.  Al principio iba sólo unas cuatro horas por la mañana, pero luego fuimos aumentando horas, añadimos comedor y poco a poco hasta que durante una temporada ha estado casi nueve horas al día.  Y es que, seguro más de uno pensará que son demasiadas horas para una niña pequeña, pero finalmente y como dicen por aquí “es lo que hay”.  Eso de compaginar la vida laboral con la familiar no siempre es tan fácil.  Finalmente tenemos que trabajar y aunque a veces nos organizamos y compaginamos de una buena manera, no siempre se puede todo y tenemos que ir buscando otras soluciones.  Finalmente la rutina estaba organizada, lo importante era ir solucionado las eventualidades, una por una, semana por semana y así cada vez.
Y ahora sin darnos cuenta, esa temporada de guardería y flexibilidad ya pasó y empezamos una nueva etapa con más festivos, más vacaciones y un horario más “cerrado”.
Desde abril empezamos la aventura para la esperada escolarización y obtener una plaza en el colegio de nuestra preferencia.  Brevemente les comento como va esto de elegir un colegio.  En los colegios públicos y concertados todo funciona por puntaje.  Por ejemplo, tener hermanos ya en el colegio, vivir en una zona determinada, vivir en el “km cero”, es decir súper cerca, si los padres trabajan en el colegio y más, te van dando puntos y entras por puntaje, pero si hubiera un empate y las plazas no serían suficientes para todos, vas a sorteo.
Así fue como obtuvimos plaza en el colegio que queríamos para Aitana.  Y luego en mayo y junio reuniones para unas cosas y luego para otras.  La última reunión a tuvimos la semana pasada para explicarnos cómo será el inicio de clases.  Yo ya había escuchado antes a muchas personas que hablaban del “periodo de adaptación” pero la verdad es que no lo tenía muy claro como era.  Pues en esta última reunión vi todo con claridad.  No lo podía creer.
La primera semana de clases, el lunes van sólo una hora y de martes a jueves ya van más tiempo para que se adapte poco a poco y ya van una hora y cuarto.  Sí, sólo quince minutos más que sinceramente, yo no veo que haga una diferencia real.  Y el viernes ya van cuatro horas.  Pero eso no es lo más interesante de este periodo de adaptación.  Y es que esta semana tiene que haber un adulto disponible para que esté en el colegio mientras el niño está en el colegio.  ¿Se lo pueden creer?  El adulto tiene que ir y estar en clase sin participar pero como punto de referencia para que el niño haga lo que la profesora diga, pero siempre se sienta acompañado.  Entonces los dos primeros días es estrictamente obligatorio que estén dentro de la clase y para el miércoles y jueves según vaya adaptándose el niño, la profesora ofrecerá al adulto que salga de clase para probar como le va al niño sin tener su punto de referencia.  La idea es que el viernes que ya van cuatro horas el niño ya se pueda quedar solo en el colegio.  Pero claro, sólo si el niño se ha adaptado lo suficiente.
La profesora nos explicaba y repetía lo importante que es el periodo de adaptación para el niño, para los padres y para los profesores.  Que teníamos que pensar que es un cambio para el niño empezar esta nueva etapa y que aunque no lo expresen, les crea cierto grado de ansiedad y que es bueno que vea como es todo poco a poco.  Hizo una comparación, para que entendamos mejor la sensación y decía es como un adulto cambia de trabajo y el primer día no sabe ni cuál será su mesa, ni cómo serán los compañeros, la rutina y normas de la empresa y que como adultos sabemos cómo lidiar y superar este momento, pero que los niños no.  Como ejemplo me pareció válido.  Es cierto, si intentamos recordar nuestro primer día de trabajo en una empresa nueva, tenemos tantas preguntas, curiosidades y pensamientos que nos crean ansiedad y a veces hasta angustia.
Sinceramente y luego de casi 40 minutos de explicación por parte de la profesora (que me cayó muy bien) yo no comparto claramente este periodo de adaptación.  No creo que realmente marque la diferencia si un niño empieza el colegio de esta manera, tan poco tiempo y que sea sólo como una degustación.  Pienso que aunque no tengan noción de la hora y del tiempo, como decía la profesora, en una hora tampoco hay mucho que puedan hacer y acostumbrarse.  Considero que igual les causa más confusión empezar el colegio sólo por un ratito.  Finalmente, tanto los niños como los adultos somos seres de costumbres y a algunas cosas nos acostumbramos mejor y a otras no tanto, pero finalmente nos acostumbramos a todo. 
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que la mayoría de los niños vienen de guarderías y que ya están acostumbrados a pasar jornadas separados de sus padres y por varias horas.
Sé que también hay niños que sí es su primera separación de los padres y que quizá para ellos sí sea más necesario este periodo.  No pretendo que se hagan diferencias entre los niños, pero tampoco pienso que hay que sobre valorar este cambio de rutina en la vida de los niños, quizá simplemente con ser más flexibles los niños a los que les pueda costar más esta nueva etapa. Pero es que si lo pensamos bien, hasta los niños que han estado en guarderías, ni en las guarderías hemos pasado por este periodo.  Los entregas en la puerta y no puedes entrar ni nada para no distraer ni alterar la rutina propia de los niños.
Entonces, yo me pregunto, qué pasa con todas las personas, anteriores a esta generación que analizamos tanto, que empezábamos el colegio de una sola vez, como los valientes.  Nuestros padres nos dejaban en la puerta del colegio y nosotros entrabamos ya solos nuestro nuevo territorio, a nuestra clase, a conocer a nuestros nuevos compañeros y profesora y lo que venga.  Los que eran llorones, pues lloraban, como tenía que ser, otros entrábamos más felices para ver todo lo nuevo que había.  Nunca he escuchado de nadie que tenga algún trauma especial y profundo por el primer día de clases.  Y es que es así.  Es parte del proceso, de crecer, de empezar nuevas etapas.
Por otro lado y cogiendo lo positivo de lo que nos pasa, cuántas veces hemos deseado poder ser invisibles o poder reducirnos tanto como para poder estar en la clase de nuestros hijos sin que ellos nos vean para ver cómo se desarrollan, cómo se comportan, cómo es en su entorno escolar y más.  Y ahora tenemos esta oportunidad, que obviamente (además de ser obligatorio) aprovecharemos y disfrutaremos.  Ya nos hemos organizado para poder pasar esta semana en el colegio y acompañar a Aitana en esta nueva etapa.  Pero luego, saldrá y como la rutina familiar continúa, tendremos que dejarla en la guardería (a la que iba antes) para que coma con ellos y espere las 4.30 de la tarde para que mi padre la pueda recoger.
Será un inicio de “cole de grandes” diferente, pero estoy segura que estará bien y que lo disfrutará mucho y luego en las siguientes semanas, cuando vayamos haciendo una rutina y ampliando las horas en el colegio será cada vez mejor.
Ya les contaré en alguna otra publicación como fue el famoso periodo de adaptación y como nos ha ido en esta nueva etapa.

viernes, 31 de agosto de 2012

Un mail para compartir


¿Qué es lo que realmente necesitamos cada día para seguir adelante?  A veces estamos confundidos buscando y persiguiendo las cosas o situaciones que queremos para nosotros mismos y nuestras familias que pensamos son indispensables para un futuro mejor, pero no nos damos cuenta de lo que tenemos ahora, lo que vale y representa para nosotros y nuestras vidas.
Hace unos días y haciendo uso de las facilidades que nos ofrece la tecnología pude conversar con una muy buena amiga del colegio.  Tenemos pocas oportunidades de coincidir y poder conversar un poco de todo, cómo nos va, hijos, trabajo, en resumidas cuentas, de la vida.  Hablar con ella siempre es una recarga de energías por su practicidad para darle vuelta a las situaciones, por encontrar las soluciones y seguir adelante.  La vida no es fácil para nadie, y para ella tampoco, pero siempre tiene el tiempo, la disposición y una sonrisa cuando la necesitas, o para cualquier cosa.  Siempre está dispuesta a ayudarte y hacer lo que sea que esté en sus manos por hacerte la vida más fácil, aunque esas situaciones complicadas y duras.  Realmente una muy buena amiga, de esas que no hay muchas.
Hablamos muy poco tiempo porque a media conversación se cortó la conexión y no pudimos recuperarla más.  El sentimiento que me quedó fue confuso, de contrariedad, de querer seguir hablando con ella, pues me resultaba reconfortante aunque con su claridad algunas cosas me hacían pensar en lo que le iba contando.  De esas conversaciones reales y sinceras.
Al rato vi un mail de ella, que alegría y lo empecé a leer con calma, lo he releído un par de veces y todavía no se lo he respondido, porque me ha hecho pensar mucho en las cosas que son realmente importantes.
Y como le dice su jefe, empezó por partes y cucharadas, me hizo algunas preguntas claras y directas sobre los posibles motivos de mi preocupación, dinero, crisis, que ideas tenía de vivir en otro país.  Como me dijo, eran preguntas aparentemente tontas, pero realmente importantes para identificar si mi preocupación es real y vale la pena preocuparse.  Me hizo analizar las cosas que estaban en mi mano hacer para solucionar el problema, para terminar con mi preocupación.  Sus palabras fueron “¿Puedes hacer algo para que las cosas mejoren? ¿Tú puedes cambiar en algo ahora mismo esta situación?  ¿Sí? Pues haz lo que debas hacer.  ¿No?  Pues entonces focaliza tu atención en otras preocupaciones o agradece por lo que te está tocando vivir pues esto te hará más fuerte y podrás decir el día de mañana…”.  Me hizo ver que las etapas duras y difíciles de la vida sólo nos hacen más fuertes, siempre que las aprovechemos, demos lo mejor de nosotros mismos y nos mantengamos unidos.
Me habló de una palabra clásica pero que muchas veces no tomamos real valor a su significado e implicancia o efecto en nosotros mismos.  Esa palabra (y en mayúsculas) es ACTITUD.  Y es que es verdad.  Todo tiene que ver con la actitud con la que afrontemos cada día, cada situación, cada problema.  Yo soy la única que puede ver el vaso medio lleno o medio vacío de la situación.  Nadie más que yo puede ver las cosas de la mejor manera o de la otra.  Es que está en mis manos, en mi mente.
Me aconsejo que no me deje llevar por el pánico, ni por la psicosis colectiva, ni por la crisis, ni por cosas externas que me sólo me angustien.  Me dijo que debería aceptar sólo cosas positivas y eso significaba tener a mi lado a las personas correctas, no saturarme de telediarios y noticieros que sólo enferman mi salud mental.  Me recomendó evitar las situaciones que me produzcan miedo o dolor y yo añadiría además, preocupación.
Finalmente, me dijo, todo es mental.
Me hizo ver que no es fácil, porque somos así, siempre nos vamos preocupando por algo y luego nos sentimos mal, pero si finalmente nos preocupamos, que sea por algo que valga la pena tanto agotamiento mental y desgaste emocional.
Me hizo darme cuenta que tengo que tomar todo lo que me toca vivir con optimismo, pero con un optimismo real, desde mi espíritu.  Realmente tenía miedo a muchas cosas sobre el futuro inmediato porque las cosas no iban saliendo como yo realmente esperaba o me gustaría.  Pero mi lado racional me hacía pensar que esta etapa no podía ser eterna, como dice la frase “no hay mal que dure mil años, ni cuerpo que lo resista”, pero realmente tampoco ha sido tan malo.  Realmente y si veo el vaso medio lleno, ha sido un año no tan malo, con algunas dificultades pero más psicológicas o mentales que reales.
Me hizo recordar que no estoy sola, no estamos solos.  Me hizo revalorar la familia que tengo, que no podía desaprovechar el tiempo que tengo para mi familia con angustias y sufrimiento.  Esta es una forma de enseñar a los chicos como afrontar los problemas de la vida, juntos, unidos, con mentalidad positiva y luchando todos juntos.  Además, ellos son niños y no tienen que vivir angustias y menos de dinero, no tienen porque tener ese tipo de preocupaciones.  Tienen que ver lo mejor de la vida que le podemos ofrecer.
Mi hizo pensar y valorar lo que tengo y no pensar en lo que me falta.  Tengo una familia maravillosa.  Tengo que disfrutar con ellos el tiempo y todo lo bueno que tenemos.  Agradecer a Dios que tenemos salud, que tenemos fuerza para luchar cada día, los niños para reír y ser felices cada día, que no estamos solos porque siempre hay quienes nos cuidan desde el cielo y los que nos apoyan desde la tierra.
Gracias G.O.L. por tu mail, ha sido realmente renovador, me hiciste cambiar el switch y pensar en lo que realmente vale la pena, me hiciste ver que estaba perdiendo energía en las cosas que no puedo cambiar y no estaba disfrutando de lo que tengo hoy.
Durante estos últimos días y tendrá que ver también con el cambio de actitud, veo las cosas diferentes y como la buena energía atrae cosas buenas, pienso que por eso las cosas empiezan a cambiar y a mejorar.  Este nuevo mes es un nuevo inicio de una etapa para mi familia y seguro todo irá a mejor.

martes, 28 de agosto de 2012

Buena gente


Desde hace unas tres o cuatros semanas llevo intentando terminar esta publicación y es que se me atraganta la inspiración y la fluidez al escribir.
La he empezado ya unas tres veces y he planteado mi idea de varias formas y por último me he sentido muy frustrada al tener el mensaje que quiero transmitir, ahí, listo y no poder encontrar las palabras y frases adecuadas para expresarlo.
Ahora lo empiezo una vez más, pensando que si digo lo que quiero decir de una forma directa será mejor expresar lo que tengo atragantado.
Este tema lo vengo analizando y pensando desde hace algún tiempo que empecé a prestar atención.  Sigo observando mi vida, mi entorno y las personas que tengo cerca.
Tomé consciencia que, a pesar que pasamos etapas duras y con más dificultades de las habituales, finalmente y gracias a buenas personas nos pasan cosas buenas que nos alivian el día a día, nos ayuda a recargar energías y a seguir en la lucha diaria hasta superar lo que nos está tocando vivir hoy.
Y es que esto no tiene que ver con el dinero, ni con lo que tenemos,- Esto tiene que ver con las buenas personas que tenemos cerca y su disponibilidad para tener siempre con una sonrisa, una palabra de apoyo y listos a tender la mano.
Los amigos, las buenas relaciones, las buenas personas son las que nos ayudan a salir adelante.  Es verdad que hoy somos la consecuencia de nuestras decisiones de ayer, que somos los únicos responsables, pero es verdad también que no siempre podemos seguir solos.  Siempre necesitamos de otras personas para avanzar y más cuando necesitamos ayuda.
Yo tengo mucho que agradecer a Dios, a la vida y a las personas que tengo cerca.  En los momentos más duros y difíciles es cuando realmente me doy cuenta que no estoy sola.  Ya decía que no tiene que ver con el dinero, es sólo con el tiempo, con el cariño, con la disponibilidad de revisar entre lo que somos, lo que tenemos y lo que podemos hacer por los demás.  Muchas veces da más la persona que menos cosas tiene.
Es como este año, que si no hubiera sido por un buen amigo, no hubiéramos podido disfrutar de las buenas vacaciones que hemos tenido, tengo muchos más ejemplos que dar de personas y situaciones que si no hubiera sido por una mano amiga, no lo hubiéramos superado, o quizá sí, pero nos hubiera costado mucho más tiempo, stress y quién sabe qué más.
Y es que lo veo en otras personas que tengo cerca, que también están pasando momentos duros y complicados.  Es agradable ver que de pronto cosas se le van aclarando, solucionando, van logrando las cosas del día a día para seguir adelante gracias a otras personas, porque son personas que siempre están dispuestas a dar de lo que tienen con una sonrisa.
Y es que la vida es así, todos dependemos de todos, es como una cadena de favores.  Todos tenemos algo que dar y muchas veces es tiempo o simplemente una llamada al amigo de mi amigo para ayudar a otro amigo.  Siempre y cuando lo demos con buenos sentimientos y desinterés, nos regresará con la misma intensidad.  Es lo que se conoce como “el efecto boomerang”.
Mi mensaje está vez es simple y básico “a la gente buena le pasan cosas buenas”.

domingo, 12 de agosto de 2012

Las vacaciones

Cuando éramos niños las vacaciones de verano del colegio eran geniales, eran eternas.  Tanto tiempo para hacer tantas cosas con los amigos, ir a la playa y más, pero a pesar de durar poco más de dos meses siempre nos parecían cortas y se nos quedaban muchas cosas por hacer.
Ahora pienso lo que mis papás tenían que hacer cada año para planificar nuestras vacaciones y ver que hacían con nosotros tanto tiempo.  Y es que es una pena ver a tus hijos en el sofá día tras día viendo sólo televisión.  Hay que buscar actividades que sean productivas, algún ejercicio, aprovechar el tiempo para aprender algo, no sé tantas cosas que en época de colegio es más difícil.
Un verano me tocó ir a clases de mecanografía.  Nunca lo olvidaré, porque era dos veces a la semana de 2 a 4 de la tarde.  Cuando más quemaba el sol.  Esos días tenía que comer especialmente pronto para llegar a tiempo a las clases, sentía que me cortaba el día en el mejor momento.  Pero hoy tengo que agradecerlo.  Sí, mami, lo sabes… estoy súper agradecida de ese verano.
Otros veranos nos dejaban en el club todo el día.  Íbamos muy pronto por la mañana y nos recogían por la tarde.  Pasábamos el día con los amigos, entre la playa y la piscina y además teníamos clases de algún deporte para mantenernos en forma.  ¡Cuántos recuerdos!  ¡Cuántos buenos amigos de esa época que hasta ahora están!
Ahora ya como adulto veo las vacaciones diferentes, desde otra perspectiva, desde otro punto de vista.
Y no me refiero a las vacaciones que vamos tomando de uno en uno, a veces algún día libre para hacer trámites, alguna actividad del colegio o simplemente por tener un fin de semana más largo.  Me refiero a las vacaciones largas que tomamos para desconectar realmente del trabajo, para descansar la mente, porque al cuerpo le exigimos otro tipo de esfuerzo.
Antes de venir a vivir aquí mi concepto de vacaciones era otro.  No sé muy bien como describirlo o explicarlo.  Por ejemplo, en Perú no necesariamente tomas las vacaciones largas en verano, realmente aprovechas cuando las necesitas o si tienes algún plan y como todo, tiene que ver con el trabajo que realizas y cuando es mejor época para tomarlas o no.
Sin embargo, aquí es costumbre que en agosto (algunos en julio) tomen las vacaciones largas de unas 2 o 3 semanas y realmente en este tiempo desconectas del trabajo y renuevas energías.
Siguiendo las frases y costumbres “donde fueses, haz lo que vieres” empezamos a coger las vacaciones en verano y aprendimos a organizarlas, planearlas y disfrutarlas.
Este año las vacaciones tenían un sentido especial.  Y es que después de dos años tendríamos otra vez vacaciones en familia para disfrutar del tiempo libre.  En el 2010 nuestras vacaciones coincidieron con el campamento de verano del grupo Scout de Alberto y él no pudo ir con nosotros a la playa.  Además fuimos pocos días porque teníamos que regresar para ir a la montaña, donde estaba el campamento de Alberto para pasar el día de padres.  El año pasado tuvimos que viajar a Perú por un tema de salud familiar y claro, aunque estuve ausente del trabajo, realmente no tuvimos vacaciones reales.  Estuvimos en Lima y pasamos unos lindos días viendo a la familia y amigos, pero como el motivo del viaje era otro, tuvimos que priorizar nuestro tiempo.  Los chicos estaban la mayor parte del tiempo con los primos y otras personas para que nosotros podamos disponer del mayor tiempo posible para hacer otras cosas que en ese momento requerían nuestro tiempo y atención.  Al final del viaje, regresamos a casa pero con una sensación diferente.  No habíamos descansado ni el cuerpo ni la mente, ni el espíritu, pero había que retomar la vida, la rutina otra vez.
Estos años se me han hecho largos y la verdad es que tenía muchísima ilusión en esperar estas vacaciones.  Volveríamos a la playa.  Alberto estaría con nosotros, estaríamos los cuatros juntos y completos.  Aitana disfrutaría realmente de la playa, el mar y arena por primera vez.  La última vez era muy pequeña y dudo que tenga recuerdos.
Finalmente llegó el día y salimos rumbo a Cartagena donde haríamos la primera parada y luego una media hora más de camino hasta Puerto de Mazarrón donde pasaríamos los siguientes 12 días.
Realmente ha sido genial.  He disfrutado de buenos días de con mi familia.  Compartir más tiempo con mis hijos.  Es verdad que en la rutina del día a día queremos ser padres ejemplares y llegar a todo, pero no siempre podemos hacerlo.  El cansancio físico, mental y los problemas diarios no nos dejan ser y hacer lo que realmente desearíamos para y con nuestros hijos.
Al estar de vacaciones, tenemos otro estado de ánimo, no digo más permisivos, pero como nosotros mismos nos sentimos mejor, con  más tiempo, más descansados, menos presionados por la rutina, tenemos mejor y mayor disponibilidad para las cosas de cada día.
He disfrutado cada día durmiendo cuando tenía sueño, despertándome cuando ya se me acababa el sueño, que no es lo mismo que se me acabaran los sueños.  Comíamos cuando teníamos hambre.  ¿Rutina? ¿Qué es eso?  Nos levantábamos cada día y según estábamos listos salíamos a la playa, con la mochila con bebidas y algo de comer.  Pasamos así las horas, picoteando y descansando, tomando sol y bañándonos en el mar.  ¿Qué más podíamos pedir?  Ya cuando teníamos hambre nos íbamos a casa a comer y descansar un poco más y luego pues, lo que surja.  Más tarde cenar y luego salir a pasear con el triciclo y bicicleta.
He disfrutado de mis hijos, me he sentido feliz de tener el tiempo, la energía y paciencia para disfrutar cada día.  He olvidado los problemas de cada día, lo que me espera al volver a casa.  No he pensado en eso.  No he contado los días que iban pasando y menos los que faltaban para volver.  Ha habido días que ni sabía que día era, sólo disfrutaba del día a día, de cada hora, de cada momento.
Necesitaba estas vacaciones para recuperar mi alma y mi espíritu que estaba cansado.  Regreso recargada, con otra energía y respirando profundamente para lo que vendrá.  Sabemos que los tiempos no son los mejores.  Como familia tenemos suerte o como dicen “oportunidades bien aprovechadas” y la suerte de tener a nuestro alrededor personas muy especiales que nos ayudan a tener estos buenos y especiales momentos, como estas vacaciones.
Sé que la vida real sigue y que todo pasará cuando tenga que pasar.  No gano nada angustiándome desde ahora, vendrá lo que tenga que venir.  Espero todo sea mejor, esta pausa en la rutina nos ayude a todos a ver las cosas diferente y a retomar la vida y la situación de otra manera.
He visto el mar otra vez.  Parece tonto.  Hasta esta vez no lo había terminado de valorar.  Y como se decía mi Papapa Dante de sí mismo “Yo soy hombre de mar”.  Esta vez he llegado a la conclusión que “yo soy mujer de mar”.  Alberto me decía que en Zaragoza tenemos el Río Ebro y las playas fluviales para compensar la falta de “agua”.  Pero le decía, que no se trata de ser “acuática”, se trata de ser “marina” y más específicamente “mediterránea”.  Sí, esto es nuevo, porque el mar me ha gustado siempre y me ha sido suficiente tener el Pacífico al lado y no lo he valorado hasta ahora.
Espero poder volver con más frecuencia para ver su inmensidad y recargar mis baterías emocionales.  Tengo FE  que la vida dará las vueltas necesarias y me dará la oportunidad de tenerlo más cerca y disfrutarlo.
Ya me tengo que ir a dormir, mañana empiezo a trabajar otra vez, como corresponde.
Agradezco a Dios y a la vida la oportunidad, la suerte y los buenos días que he pasado, tener a mi familia unida, ver a mis hijos disfrutar, conocer a una linda familia, pasear, conocer y pasarla bien.
Disfrutemos cada día o mejor, cada hora, valoremos lo que tenemos y pasemos bien, esta vida es lo que hoy tenemos, no sabemos mañana, quizá mejor, quizá no, pero es lo que hoy tenemos y es lo que hoy vale la pena.