lunes, 5 de noviembre de 2012

Aparentando por la vida voy


Llevo ya varias semanas con la idea de empezar y terminar esta nueva publicación.  La verdad es que tengo varias en el tintero, todas medias empezadas y a medio terminar.  Me decido y elijo una de estas medias publicaciones con la intensión de terminarla y publicarla finalmente, pero como estas últimas semanas he vivido de una manera “espontánea”, según con lo que la vida nos iba sorprendiendo, íbamos viviendo.  No hemos tenido oportunidad de hacer planes, de organizarnos ni nada, hemos vivido, como se dice, a salto de mata, un poco apagando incendios y afrontando la vida, intentando siempre, con la mejor cara.
Entro pues en el tema que les quiero contar esta vez.
Hace unas semanas aprendí o realmente fui consciente que vamos por la vida aparentando.  Unos hacen un esfuerzo real por demostrar ser lo que en realidad no son o demostrar tener lo que no tienen, simplemente por aceptación o presión social o complejos personales o yo que sé tantas cosas que se cocinan en las cabezas.  También me he dado cuenta hay otras personas que hacen ese mismo esfuerzo por aparentar también ser lo que no son pero al revés, es decir personas que aunque tengan cierta posición, estudios y posibilidades, siempre va aparentando una vida especialmente dura y con carencias, como para ir dando pena por el mundo.  Esto de las apariencias planeadas son cosas complicadas.
Y como tercera alternativa, están o estamos las personas que vamos viviendo lo que nos toca cada día según vaya llegando, mejores etapas, otras más duras, pero lo que toca, que aunque tenemos días oscuros y que no vemos la salida a lo que nos agobia vamos intentando seguir sonriendo y seguir viviendo de la mejor manera que la situación puede ofrecernos.
Al parecer vamos aparentando por la vida una vida sin problemas, sin carencias, sin dificultades.  Una vida donde todo es felicidad y digno de tomarse una foto.  Y es que así es a veces.  Vamos disfrutando de las cosas que se nos presentan, de las oportunidades bien aprovechadas, sin querer decir que somos unos aprovechados.
Como canta la frase “Dios aprieta pero no ahorca”.  En las etapas duras, de pronto nos toca alguna alegría para recuperar fuerzas y seguir adelante.  Cuando estamos en una etapa complicada tenemos el defecto de no valorar ni ver las cosas buenas que nos pasan.  Nos sentimos, con todo derecho, dentro de una nube gris, tormentosa, llena de truenos que nos asustan.  Vamos tomando nota de las cosas malas que se nos acumulan y las cosas buenas casi ni las valoramos.
A veces tenemos la mala costumbre de ir comparando nuestra vida con la de otras personas que tenemos alrededor.  Vamos comparando lo que otros han alcanzando en sus vidas, los trabajos, casas, viajes, vacaciones y más y nosotros no lo podemos alcanzar.  Pero, y ¿Por qué otros sí y nosotros no?  Analizamos y nos torturamos más buscando los errores que hemos cometido en las decisiones de nuestra vida para que las cosas nos hayan salido tan mal.  Y claro, como nos está tocando una mala etapa, pues no nos cuesta mucha encontrar más de una mala decisión y en lugar de encontrar sentirnos mejor, seguimos cayendo en el agujero oscuro que nos quita la fuerza y energía para recuperarnos y seguir luchando.
No nos detenemos a pensar que lo que vemos de otras personas, es lo que ellos quieren que veamos.  Los súper viajes que hacen, que tienen los mejores trabajos del mundo, que tienen la familia más linda que uno se puede imaginar y que su vida es maravillosa y sobre todo que la palabra “problema” no existe en su vida ni en su vocabulario.
Pero la verdad es que vemos sólo apariencias y es que muchas veces y sobre todo ahora en este mundo de la globalización y del facebook, sólo vemos lo obvio, lo que se ve a simple vista, pero no vemos lo que hay detrás o por decirlo claramente, la verdad de las cosas.  Quizá vemos un súper viaje, pero no sabemos cuál es el motivo del viaje, cuánto les costó ahorrar el dinero necesario para hacerlo y que sacrificios tuvieron que hacer para conseguirlo o mejor aún, si quizá fue un regalo de alguien y lo han podido disfrutar a costo cero.  Sí, sí! Eso existe.
Esta cara de las fotos me la hizo ver una amiga hacia ya un tiempo.  Me decía que no vea lo que otros tenían porque no sabía la verdad, que quizá ella misma vivía en una casa linda, que uno piensa que es su casa, lo obvio pero no sabes las condiciones en las que vive ahí, quiero decir si es de ella o alquila, condiciones del alquiler y demás que quizá haya sido una buena oportunidad que se le presentó en algún momento y que aprovechó o que, como les contaba en una publicación anterior, a la gente buena le pasan cosas buenas y simplemente la vida le da devolviendo un poco del esfuerzo que va pasando.
O es como mis vacaciones de este año.  Resulta que como muchos saben, este año tuvimos la oportunidad de irnos unos 10 días y alguno más a la playa.  Pudimos disfrutar de una casa linda, con todas las comodidades, cerquísima a la playa.  Pasamos unos días inolvidables.  Esa casa fue una suerte y un regalo divino.  Un gran amigo nuestro nos prestó esa casa, como en alguna otra oportunidad, para que podamos pasar las vacaciones ahí.  Son las buenas oportunidades que vamos aprovechando en la vida para que la dura etapa que nos toca vivir sea un poco más llevadera y nos recargue las energías para seguir adelante.
Y así muchos ejemplos más.  Hace unos meses, recuerdos, cuando empezaron las rebajas de verano nos fuimos a una tienda de oportunidades a ver qué conseguíamos de ropa de verano para los chicos.  Había muchísima gente y la fila era interminable.  En algún momento Jorge tomó una foto e hizo un comentario, algo así como “de compras”.  Y claro, nunca falta la persona que creen tener autoridad y conocimiento para dar su opinión como si fuese la única verdad, y decía “¿Pero, no dicen que están en crisis?  ¿Cómo pueden gastar tanto dinero?” o algo así.  Claro, igual porque no teníamos caras tristes y además estábamos de compras aparentábamos estar “de shopping” gastando y gastando hasta en lo que no necesitamos, pero es verdad, las cosas no son como las fotos lo presentan.  Siempre hay algo más detrás.
Llegué a la conclusión que las apariencias engañan.  Ya! Eso es una teoría antigua, ya lo sé.  Y también tenemos que ver siempre más allá de lo que parece obvio.  Como decían los dibujos animados de hace muchos años “ver más allá de lo evidente”.  Darle una vuelta más a las cosas.  No guiarme sólo de lo que veo a simple vista y menos cuando yo misma no me siento bien o estoy pasando por una etapa más complicada.  Eso no significa que no creeré que las personas podamos ser felices y pasar mejores etapas y desear de corazón querer compartir nuestros buenos momentos.
También me hizo pensar que hay muchas personas que se toman la libertad y el derecho de opinar como si todo lo que vieran sea tan simple como lo que se ve.  Que muchas veces hay gente que tiene envidia y simplemente además de no saber nada opina sin medir si lo que te dice que puede herir o lastimar.  Pero bueno, de todo vamos aprendiendo en la vida y todo nos ayuda a ser mejores.
Así que aparentando por la vida voy, aparentando que no tengo problemas, que las dificultades no existen en mi vida porque siempre voy sonriendo y aprovechando las oportunidades que se presentan en mi camino.
Y ya para terminar, quería compartir una frase, de esas que ruedan por facebook, que hace un tiempo leí y que decía “Una sonrisa en mi rostro no significa la ausencia de problemas, sino la habilidad de ser feliz por encima de ellos”.  Así que me la he tomado muy en serio, así que no me queda más que seguir sonriendo y ser feliz que será lo que verán de mi y sí! Creerlo!

3 comentarios:

  1. July, que buena publicación.
    Esto de las aparencias o las mascaras que nos ponemos dan mucho para pensar. Estoy de acuerdo que no todo lo que brilla es oro y a veces hay que saber ver mas alla.
    Caro

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  2. Querida sobrina,
    Muy cierto lo que escribes. Como ese dicho "la procesión va por dentro" , nadie sabe lo de nadie.....uno puede tener mil y un problemas pero eso no significa que pares de vivir, que te quedes viviendo en el problema con cara de pocos amigos.......no! (aunque eso es lo que esperan los demás). Uno se pone una careta y sale adelante porque esa es la manera de enfrentar los problemas que no está en tus manos solucionar. Como dice tu dicho, es la habilidad de ser feliz por encima de los problemas.
    Algo que viene con los años que se viven es la sabiduría para no criticar a los demás, pues uno nunca sabe por lo que pueda estar pasando esa persona. Tenemos que centrarnos en vivir nuestras vidas y tratar de ser mejores personas cada día. Veo con mucha alegría que esa sabiduría ya te llegó.........adelante querida July y sigue enriqueciéndonos con tus vivencias!!!!!
    Un beso grande,
    Carola

    Comparto contigo un pensamiento de Charles Chaplin, con el cual me identifico plenamente:

    Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

    Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.

    Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.

    Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

    Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

    Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.

    Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

    Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

    Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es … sabiduria!

    No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

    Charles Chaplin

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  3. Hola July, Me ha gustado mucho el artículo...un beso

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