domingo, 23 de septiembre de 2012

Replanteando


Septiembre, este mes está siendo tan intenso, me está costando cada día y que parece que tiene más de 30 días, aunque todavía queda una semana más.  ¡Qué largo es setiembre!
Unos días antes esperaba este mes con mucha ilusión y esperanza, realmente pensaba que sería un mes de cambios positivos.  Tenía algunos temas pendientes de respuesta que se desarrollarían durante septiembre y estaba segura que de una u otra manera los resultados serían positivos, como yo quería o creía que necesitaba.
Pues nada, ninguna de las dos respuestas que yo esperaba fueron como esperaba, sino exactamente, todo lo contrario.
Luego que pasaron los sentimientos de desilusión y frustración, me quedé con una sensación de, no perdí nada, todo sigue igual.  Con lo cual empiezan a aparecer mis miedos y temores por el futuro.  A pesar que sigo recordando que la ACTITUD es la llave del éxito y lo he comprobado en persona.  Tomé las cosas diferentes, asumí que hay que cosas que no puedo cambiar, pero si puedo cambiar yo, en mi interior, para ver las cosas diferentes y afrontar los problemas desde otras perspectivas.
He sentido que ha llegado el momento de hacer cambios.  Tengo miedo.  No sé por dónde empezar, para donde mirar, hacia qué dirección girar y por donde seguir.  Sólo sé que los cambios son buenos para poder seguir avanzando.  Hay momentos en la vida que parece que todo se detiene, que pesa más arrastra la mochila llena de responsabilidades, metas y sueños frustrados.  Para esos momentos, pienso que es momento de valorar lo que tenemos, ver lo que necesitamos, lo que realmente es prioritario  y quedarnos minimalistas.
Es el momento de plantear y replantear el camino y las metas a las que queremos llegar reinventarnos uno mismo, desde lo más profundo de nosotros mismos, de nuestra propia intimidad hasta lo más obvio.  Sólo así podremos tomar el rumbo necesario para seguir adelante.
Sigo creyendo que este año, por duro que se vea, a pesar de la incertidumbre, dolor, stress, contracturas y migrañas será positivo, porque seguiré avanzando con mi familia.  Ahora estoy avanzando más lento de lo que me hubiera gustado o es que quizá siento que el tiempo está pasando más rápido de lo que ahora necesito y por lo tanto puedo controlar.
Es necesario parar para tomar aire cuando sentimos que el cansancio nos va ganando.  Tomar aire para no pensar en nada, aunque seguimos pensando en todo.
Esta semana iba en el coche, rumbo al trabajo, orando pidiendo una señal, pero una señal para tontos, es decir ver con claridad que tengo que hacer.  Cuando termino escucho por la radio “Y ahora los dejamos con la canción RELAX, para que estén tranquilos y disfruten”.  Sólo me podía reir y aceptar que quizá era la respuesta inmediata que esperaba.  Estar tranquila y seguir teniendo FE que vendrá lo adecuado en el mejor momento.
Pero, claro, luego pienso, ¿Y yo qué tengo que hacer?  ¿Sentarme y esperar que las cosas pasen?  O tengo que hacer algo por mi misma para avanzar y ser consciente que mi futuro depende de mí ahora, de lo que haga hoy, de mi esfuerzo de hoy.
No tengo el carácter para sentarme y ver pasar cada día hasta que me caigan las cosas del cielo.  No puedo.  Como canta la frase “a Dios rogando y con el mazo dando”.  Tengo la responsabilidad de luchar cada día para cumplir con mis propias responsabilidades, ante mí misma y mi familia, que tengo que esforzarme cada día por intentar alcanzar mis metas y lograr cumplir algunos de mis sueños.  Ya luego acepto con fe lo que viene.
Hace unos días pensaba que algunas decisiones del pasado no fueron las adecuadas.  Y esa suerte que tengo yo de tener muy buenas amigas con la inspiración divina para decirte justo lo adecuado, me dijo: “Pero recuerda no hay decisiones equivocadas… salir de tu esquema y abrirte,  por lo tanto fue adecuado.  Que ahora tengas que tomar otro camino, eso es vivir.  Espero que todo salga bien. Pero decidas lo que decidas, hagas lo que hagas, suceda lo que suceda, al final todo será como tuvo que ser y va a ser adecuado.  Ahora depende de ti, de aceptarlo”.
Ahora tengo más claro que nunca que mucho influye la actitud con la que tomamos las cosas, acepto también que sólo me tengo que angustiar por lo que yo puedo cambiar.  Pero también me he dado cuenta que si veo el problema desde otra perspectiva, hay otras cosas que sí se pueden hacer.
La vida es un constante mirar hacia adelante, tirar del carro lleno de metas e ilusiones y tener la mejor ante la vida y las dificultades, siempre con la voluntad, responsabilidad y decisión de ser cada día mejor y querer lo mejor para uno mismo y para su familia.