jueves, 27 de marzo de 2014

Suerte u oportunidad

Cuantas veces deseamos tener otra vida en vez de la que tenemos.  Intento recordar lo que creía que era la vida cuando tenía unos veinte años.  ¡Qué recuerdos!  ¡Cuántos planes!  ¡Qué simple parecía todo!  En esa época los planes eran muy básicos.  La idea era encontrar un compañero para la vida y formar una familia, vivir la vida y ser feliz.  Por otro lado, estudiar y encontrar “el” trabajo que me permitiera desarrollarme profesionalmente.

Luego vives y te das cuenta que la vida es mucho más que eso, todo es más complicado.  Consigues el compañero de tu vida y, aunque estás bien y te sientes feliz, no todo es tan maravilloso como en “el mundo de mi pequeño pony”, según dice mi hijo.  Mientras estás estudiando y buscando trabajo, pero ¿tienes una idea real de lo que quieres y estás buscando?  Después de mucho esfuerzo, encuentras “un” trabajo y es que, es lo que hay en ese momento y hay que cogerlo, porque la vida es así, no hay que desaprovechar las oportunidades.

Todo es así, una cosa nos lleva a otra.  Gracias a ese trabajo que conseguimos pudimos encontrar otro que parece mejor y de esta manera seguimos avanzando y superando los obstáculos que se nos presentan.  Vamos luchando por lo que (creemos que) queremos, una y otra vez.  Pero ¿cuándo tenemos la oportunidad de parar un momento y mirar a nuestro alrededor para reflexionar sobre lo que tenemos ahora y averiguar si es eso lo que queremos.

Siempre escuchamos historias de personas que vivieron de una manera, como la vida se fue presentando o como se dieron las cosas, pero su vida dio un vuelco, se puso de cabeza y en ese momento todo cambió.  Algo que parecía ser negativo se convirtió en el punto de partida de una nueva vida llena de ilusión y color.  Una nueva etapa que renueva y hace que uno se sienta feliz y más cerca del objetivo.

Desde fuera, los demás vemos con envidia la suerte que esa otra persona ha tenido y como la vida le sonríe.  Pero no es sólo eso, no es únicamente esa oportunidad, bien aprovechada.  También es la creatividad, la capacidad de reinventarse y, sobre todo, mucho esfuerzo.

Ahora pienso que esa oportunidad la tenemos todos en algún momento , pero que muchas veces no la vemos porque nos sentimos tan mal por esa “mala suerte” que nos ha cambiado todo o por temor a lo desconocido, por no ver más allá de lo que ya conocemos, simplemente por no arriesgar.

Quiero arriesgar, quiero jugármela por una oportunidad de encontrar “eso” que me ponga de cabeza pero me haga ver la vida con más color.  No reniego de la vida que tengo, ¡no, por favor!  Pero sí que creo que puede ser mejor.


¿Te atreves a aprovechar tu oportunidad y convertirla en suerte?