miércoles, 16 de febrero de 2011

La familia política

En estos días recordaba de una manera especial una conversación que tuve con mi Papapa Dante (mi abuelo materno) hace muchísimos años.  El, con su humilde sabiduría, me decía “Hijita, tienes que pensar que la familia política es así, política.  Su propio nombre lo explica.  Tu familia es tu familia, siempre, te toca.  Sólo eliges a tu pareja, que viene con su familia que también le toca y desde ahora a ti también te toca.  Entonces, con la familia política hay que ser así, POLÍTICO, DIPLOMÁTICO, para que las cosas funcionen bien”.

Recordaba esta parte de alguna de nuestras conversaciones y este recuerdo vino acompañado de emociones y sensaciones de lo bien que lo pasábamos juntos.  ¡Cómo lo extraño!  Pero bueno, ahora este tema no será para contarles que tan importante eran (SON) mis abuelos, que ahora me cuidan y guían desde el cielo.

Ahora pienso.  ¿Dónde puedo encontrar el manual con las instrucciones para ser una buena familia política?  Y desde la otra posición ¿Cuál es la actitud, comportamiento adecuado para encajar bien en una familia política?

Sigo pensando en estas preguntas y sigo sin encontrar una respuesta adecuada, acertada o por lo menos, medianamente correcta.

Todos los que tenemos pareja finalmente somos parte de la familia política de alguien y a la vez somos el “agregado” -como dice una compañera de trabajo “desde el cariño, eh! No te enfades!”- en otra familia.  Es interesante saber que le pides tú, siendo un miembro de la familia política, al agregado que vas a acoger en tu familia.  Y que das tú a la familia de tu pareja cuando eres el agregado?  Es interesante, no?  Es interesante cuando lo miras todo desde las dos posiciones.

Al no haber nada escrito y al ser las familias tan diferentes, por más que parezcan que son muy parecidas, las cosas no siempre son fáciles.
Cada uno llegamos, al iniciar una relación, con nuestra propia “carga emocional” que nos hace tomar una actitud u otra, dependiendo de nuestras experiencias pasadas.
Por otro lado, cada familia, tiene también su propia carga emocional y hace lo mismo.  Además mucho influye “la impresión a primera vista”, como vemos a la persona la primera vez y muchas veces sólo nos basamos en nuestra cargar emocional y esa primera vez para hacer pre-juicio.
Pero realmente no es cierto, no tenemos una imagen real de las personas, ni de de sus sentimientos, ni sus intensiones.
Siempre tenemos que darnos más oportunidades, todos, mutuamente para darnos a conocer y conocer al agregado o a la familia política.

En fin, pienso que sería todo más fácil si tomamos ese dicho de “no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti” y sobre todo, dándonos oportunidades de conocernos tal como somos realmente y dejar la carga emocional que llevamos de experiencias pasadas, en el pasado, en un lugar donde no afecte nuestra relación de pareja, relación familiar y relación con la familia política.
Tenemos una pareja para estar con ella, disfrutar el tiempo y sobre todo, para pasarlo bien y estas pequeñas incomodidades (aunque a veces son un poco más significativas) no hacen más que dañar la propia relación.

Espero que recordar la conversación con mi Papapa Dante “la familia es política es así y hay que tratarla con diplomacia” los haga reflexionar tanto como a mi y buscar la fórmula de como hay que “llevar la fiesta en paz”.
AMEN!