martes, 27 de diciembre de 2011

Propósitos para el nuevo año

Ya pasó Navidad y vamos recuperando nuestros estándares de sentimientos, quiero decir, dejamos de estar tan sensibles, tan reflexivos y volvemos a ser como siempre.
Ya ahora sólo pensamos que el 28 será el día de los Santos Inocentes, como se llama formalmente por aquí.  Yo hace mucho hice una broma de los inocentes y me regresó.  Les cuento, ese día mandé por mail diciendo que estaba embarazada y blah blah.  Mi plan era que al cabo de unas horas enviar un segundo mail con letras enormes poniendo “FELIZ DÍA DE LOS INOCENTES” y listo!  Según yo, la gran broma.  Pero lo que no calculé es que en estas fechas hay mucha gente de vacaciones y que leyeron el mail varios días después, que mi segundo mail casi no le hacían caso o no entendían de que iba porque como habían pasado lo días… En fin, un caos, para luego en un par de semanas más tener que decir que en realidad sí estaba embarazada, sólo que no lo sabía ni tenía idea que podría ser así y que la inocente, finalmente fui yo misma.  Así que ya ahora me cuido de las bromas que hago y considerando esa experiencia, intento, si realmente hago algo, que sea algo súper positivo, por si regresa, que regrese bien, ¿no creen?

Y después según va pasando la semana vamos afinando los planes porque falta menos para celebrar el año nuevo.  ¿Qué haremos?  ¿Cómo queremos terminar este año y empezar el nuevo año con la ilusión y esperanza que sea mejor que el año que termina?  Nos llenamos de una felicidad eufórica.  Queremos que los días pasen rápido para ir a alguna fiesta, reunirse con los amigos y dejar atrás todo lo malo del año que termina.
Pero de verdad ¿es tan malo el año que termina?  O simplemente vemos con tanta ilusión el nuevo año y pensamos que todos los problemas se solucionarán como por arte de magia, cumpliremos, como en ningún año anterior, los famosos “propósitos del año” que nos planteamos para ser mejores personas, alcanzar metas personales o laborales y tantas cosas más.
Igual yo siempre termino cada año pensando que el que termina ha sido un año muy duro.  Cada uno es duro en un aspecto de mi vida.  Es decir, como que cada año se me prende por algún tema que tengo que trabajar y madurar.  No es que para el año siguiente se arreglen o solucionen completamente los problemas, pero por lo menos he aprendido algo y puedo controlar mejor la situación o cambiar de estrategia para superarlo.
Este año que termina me ha enseñado mucho en el aspecto emocional.  Los primeros meses del año iban pasando tranquilos, con buenas vibras, a pesar que Jorge fue despedido de su trabajo a causa de la famosa crisis española.  Tuvimos que valorar y llegamos a pensar que era positivo, pensar que era una oportunidad para que se actualice, estudie y pueda aplicar a trabajos que no sólo sea dinero, si no también satisfacción personal, que es muy importante cuando tenemos que hacer algo tantas horas al día.
Pero para la mitad del año recibimos una noticia muy dura, la enfermedad de la madre de Jorge que nos sacudió mucho y tiró todo lo que podíamos haber pensado para ese año y tuvimos que, sobre la marcha replantear muchas cosas.  Ya saben que viajamos a Lima.  Pasamos unos buenos días con familia, amigos, aprovechamos de iniciar algunos trámites y gestiones pendientes.  Dios me dio la oportunidad de despedirme de mi abuelo que pocas semanas que regresamos falleció.
Van pasando los meses de tanta agitación emocional.  Nos enteramos de los nuevos bebés que nos acompañarán el próximo año y que siempre son una ilusión y alegría, recordar el milagro de la vida y lo (más) guapas que se ponen las mamás.
El año va terminando, las guapas madres están más guapas y más embarazadas, contando los días que faltan.  Tanto sobrino nuevo al caer me llena de ilusión.  Además la madre de Jorge va lidiando con la enfermedad y cada día, que esto es lento, va ganando pequeñas batallas, aunque sabemos que hay días duros y eso también es una tranquilidad.
Durante este año he conocido a mucha gente.  He tenido que hacer una limpia emocional.  Ver y analizar a las personas que son “mi gente” de verdad y mantenerla cerca para los días difíciles y recordarles que yo siempre estoy ahí para sus días difíciles.
Entonces, ¿este año ha sido realmente tan malo?  Pues ¡no!  Ahora tenemos nuevos planes, nuevos sueños.  ¿Propósitos?  Pues no sé, nunca he sido de “propósitos para el nuevo año”, salvo el año pasado que en estas fechas decidí que no pasara enero sin empezar con este blog.  Lo hice.  Me siento satisfecha porque lo logré.  En estos días pienso en algún nuevo proyecto para el 2012.  Algo racional y real que me pueda plantear y realmente esté preparada para cumplirlo.  Lo que sea será con esfuerzo, que en esta vida, nada nos cae del cielo, nada es gratis.  Aún me quedan días para definir mi “propósito del 2012” y algunos días más para empezar a ponerlo en marcha.
Entonces, ¿el nuevo año será tan bueno como lo imagino?  O en realidad ¿es mi deseo que este año termine y con él ciertas cosas para que el nuevo año, me sorprenda con algo nuevo que aprender y lo que este año me resultó ser “piedritas en el zapato”, el año próximo vea como todo, con esfuerzo se vaya desarrollando de la mejor manera?
Sí! Estoy segura que el 2012 será un mejor año.  Tendré un poco más de experiencia, las personas que están ahora a mi alrededor, están ahí porque yo significo algo en sus vidas, porque de alguna manera soy una de sus prioridades.  Y porque hay muchas personas que significan mucho para mi y son una prioridad en mi vida y me resulta importante tenerlas cerca.  Eso es algo que le debo a este año que termina.
Empezaré el nuevo año con mucha ilusión y el deseo de ser mejor persona.  Quiero celebrar el 31, sentirme alegre y feliz.  Brindar por el año que termina con todo lo bueno que me deja, por las lágrimas derramadas y las carcajadas hasta que me falte el aire.  Feliz por la familia que tengo a mi lado y con quieren podré compartir unos lindos días en el Pirineo.  Transmitir alegría e ilusión a los chicos y que sepan que por más difícil que se vea la situación en determinado momento, siempre, siempre tenemos que tener FE y creer que todo siempre será mejor.
Sigamos contando los pocos días que nos quedan, hagamos repaso del año que se va y los propósitos para el nuevo año, que siempre es bueno tener nuevas metas en nuestras vidas para recordarnos que seguimos vivos y con sueños y proyectos, que sacar adelante.
Ser felices, disfrutar de cada día y pasarlo muy bien.
Feliz 2012!!!! Recibirlo de la mejor manera posible para ser felices y esa sensación la recordemos durante todo el año, sobre todo en los días difíciles.
FELIZ 2012!!!

jueves, 22 de diciembre de 2011

Tiempo de Navidad

Van pasando los días y sigo sin poder elegir la foto ni la  frase para nuestro saludo de Navidad.  Pero ¿Por qué este año se hace tan difícil?
Hoy por la mañana en el camino al trabajo iba escuchando la radio y hablan del stress navideño, las reuniones familiares y tantas cosas alrededor de lo que es en sí la propia festividad.  Básicamente hablaban en general, de las cenas con colegas del trabajo, reunión de amigos.  Es gracioso que tienes tus amigos todos los días del año, pero los últimos días de diciembre quieres verte con todos, reunirte, salir a comer o de copas como si no hubiera un mañana, como si no hubiera otra oportunidad después de la Navidad para poder reunirte y pasarla bien.
Luego comentaban también sobre la cena de Noche Buena y la comida de Navidad y decían un poco en tono de broma “hay dos formas de pasar la Navidad… bien o en familia”.  Comentaban sobre las reuniones familiares en las que compartes la mesa con personas, a veces extrañas, a las que sólo las ves un par de veces al año o quizá con otras personas con las que no te lleves bien y claro decían que considerando los momentos de cada uno, más el stress propio de esos días, no faltan las discusiones y los malos ratos.  Entonces esas grandes reuniones familiares en algunos casos se convierte en una película de terror o suspenso.
Son tantas cosas que influyen en que la Navidad sea una fiesta de alegría.  Podríamos decir que es una presión social o psicológica que nos empuja a ser felices sí o sí a pesar de las preocupaciones del día a día, del stress que nos causa planificar estos días, las compras, los preparativos, tanto, tanto por hacer, tantos deseos por cumplir y a la vez, tanta frustración cuando no podemos conseguir lo que queremos.  Es cierto que muchas veces la frustración es causada principalmente por un tema económico, lo que no podemos tener, hacer.
Además se suma que estamos más sensibles y recordamos de una manera especial a nuestros familiares y amigos que se nos han adelantado y ya no están con nosotros.  Recordamos momentos, escenas, personas, deseamos algún milagro de Navidad y poder compartir con ellos una vez más la noche de Navidad.
Tantas circunstancias para que estos días sean especialmente complicados, pero a la vez, tantas otras cosas para recordar que estamos aquí, que estamos vivos, que no estamos solos, aunque son sintamos un poco de soledad, tenemos muchas personas que están con nosotros.  Nunca olvidaré la Navidad del 2006 en España.  En realidad era nuestra segunda Navidad acá, la primera el año anterior habíamos llegado unas semanas antes.  Pero para el siguiente año ya trabajábamos y conocíamos más gente.  Fue emocionante que para el día 25 tuvimos un par de invitaciones a casa de compañeros para compartir con ellos un poco de su Navidad.
Tenemos que agradecer también por lo que nos cuidan desde el cielo, agradecer que tenemos salud y que nuestras familias están unidas.  Tantas cosas que agradecer y que nos recuerda que podemos ser feliz.
Pasaremos las fiestas de Navidad de la mejor manera.  Recordar que la Navidad es recordar el nacimiento de Jesús, pero bueno si tienes alguna otra creencia, siempre hay tantas cosas que recordar, que celebrar.  Y como decían en la radio hoy por la mañana, puedes pasarla bien o en familia… aunque yo pienso que estos días los pasaremos bien de todas maneras porque simplemente queremos pasarla bien.  Disfrutar de las personas a las que tenemos cerca, de la familia, de los amigos, que muchas veces son tan especiales que son ya nuestra familia.
Agradeceremos por los bebés que están por llegar a nuestras familias, que nos harán más felices a todos y compartiremos esos buenos momentos, de cerca o a la distancia, pero nuestros corazones estarán unidos compartiendo la felicidad.

Estoy segura que voy a pasar la Navidad muy bien, con mucha ilusión viendo la cara de felicidad de mis hijos, porque ya dicen que la Navidad es de y para los niños, además compartiendo con mi familia y algunos buenos amigos.  Sé que también pensaré en lo que no he podido conseguir, pero intentaré valorar más lo que realmente tengo, que finalmente es lo que vale.  Tendré presente a mis hermanos, cuñadas, sobrinos y a toda mi familia, a mis familias políticas que están al otro lado del charco y a mis amigos que están por todo el mundo.  A todos deseo que sean sumamente felices.
También recordaré a los que ya partieron y desde el cielo me cuidan y acompañan.

Les deseo una feliz Navidad y todo lo mejor para el 2012.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Época de Generosidad

En esta época del año, en la que la palabra “generosidad” o “compartir” se repite hasta el cansancio, estaba pensando de qué manera se mide la generosidad de las personas y ese deseo de compartir que en muchos casos dura unas pocas semanas en el año.
Según Wikipedia, la generosidad del ser humano es el hábito de dar y entender a los demás. Comparado a menudo con la caridad como virtud, la generosidad se acepta extensamente en sociedad como un hábito deseable.
¿Se mida la generosidad sólo en el desprendimiento material?  Yo pienso que no debería de ser así.  O no sólo así.  Según mi opinión, es tan importante desprenderse de cosas materiales como desprenderse de cosas que no se pueden valorar, lo que no se pueden tocar, que simplemente no tienen precio.  Son otras “cosas” que sólo las puedes sentir, vivir, disfrutar como una agradable brisa en la frente. Las personas también podemos ser generosas cuando comparte su tiempo con calidad, dar un abrazo en el momento exacto, ser la palabra de apoyo o simplemente el silencio que acompaña.
Por otro lado, en mi casa siempre he escuchado una frase con la que he crecido, “caridad empieza por casa”.  Es algo así como, no puedes preocuparte y desvivirte por cubrir las necesidades de otras personas, cuando tus propias necesidades no están cubiertas o las de tu propia casa.  Sé que puede sonar egoísta o individualista, pero si analizamos la frase un poco es cierto.  Si no estamos en condiciones de ayudarnos a nosotros mismos, de cubrir nuestras propias necesidades entonces que podemos dar al resto?
Muchas veces no somos conscientes de eso o tenemos una escala de prioridades en la que nos resulta más importante ser generosos con terceras personas, y no nos damos cuenta que nosotros mismos o en nuestro entorno más cercano existen las mismas necesidades.
Soy consciente que cada persona tiene unos valores y prioridades en la vida y que mientras no sea robar o matar gente (entre otras cosas horribles) pues es totalmente válido como estilo de vida.  Pero también tenemos que reconocer que muchas veces estamos más preocupados en que nos vean como “buenas personas”, que otros nos admiren, pero luego cuando llegamos a casa, que vemos?  Qué encontramos?  Repito, no se trata sólo de generosidad dando cosas materiales, se trata también de compartir nuestro tiempo, tiempo de calidad, de dar nuestra mejor cara, para nosotros mismos al vernos en el espejo y a los nuestros.
Aprovechemos esta época de generosidad, no olvidemos escribir unas líneas a esa persona que necesita una muestra de cariño, hagamos esa visita que venimos posponiendo desde hace tiempo, hagamos alguna llamada.  Demostremos el cariño que sentimos por los nuestros, pero sobre todo pongámonos frente al espejo y veamos lo que se refleja y pensemos que es lo que realmente queremos reflejar, miremos en casa que podemos hacer para cada día ser mejor y estar más felices.  Disfrutemos este tiempo previo a la Navidad siendo felices y compartiendo con todos nuestra felicidad.