miércoles, 12 de octubre de 2011

Y ahora, ¿sobre qué…?

Hace un tiempo, alguien me dijo que debería escribir sobre cosas más amenas, más mundanas, igual si fuesen menos filosóficas y más de actualidad.  Me sugirió quizá algo del día a día, de política o de cualquier cosa.
Me quedé con ese gusanillo dentro, entonces pensaba ¿Y ahora qué?, ¿Sobre qué debería de escribir ahora?  Pensando que igual, mis temas podrían resultar, como dicen por acá, algo “cansinos”.
Quisiera lograr un blog ameno, que no se aburran al leerme o de seguirme, al contrario que se enganchen y esperen una nueva publicación, que no es otra cosa que un poco de mi y mi vida.  No puedo negar que me hace sentir muy bien y me motiva mucho, además de la alegría que me causa cuando veo o hablo con alguien y me hace algún comentario sobre una de las publicaciones o que me digan que me siguen y me leen y que les gusta.  De verdad, es una recarga de energía, una alegría y motivación que no se pueden imaginar para seguir adelante.  Antes ya les había contado que escribo este blog para compartir un poco mi vida y considerando que estoy lejos de la mayor parte de la familia y amigos, pienso que es una buena forma que sepan de mi, de mi familia, de nosotros, de cómo va transcurriendo nuestra nueva vida por el viejo continente y las nuevas personas que voy conociendo, para que ellas me conozcan un poco más y mejor.  Ya saben que los temas van sobre de mi vida, de lo que siento y de mis emociones, de las cosas que me pasan, sin analizar mucho más.  Lo más importante es que sepan de mi, que nos mantengamos en contacto y que también les parezca ameno de leer y un rato para pasarla bien, cambiando un poco de tema.
No piensen que si ahora escribo menos es porque vivo menos o que mi vida anda aburrida y sin acción.  Ya saben que me gusta mucho responder a los mensajes que recibo después de cada publicación, es una manera de agradecer, comentar, saludar y mantenernos comunicados, pero estas últimas semanas me he retrasado con algunas respuestas a los comentarios que me han dejado en el blog.  Bueno, a los que lo han firmado, porque los “anónimos” me cuesta un poquito identificarlos, y es que mi “bolita mágica…”
Muy por el contrario, los últimos meses han pasado muy rápido entre noticia y noticia, entre idas y vueltas, vacaciones, inicio de clases y vuelta a la rutina y más.  Cuesta retomar el ritmo otra vez.
Seguimos pendientes de tener buenas noticias sobre la salud del familiar que no anda del todo bien.  Va costando la recuperación y a veces seguir adelante.  Nos recuerda que no somos ni súper man o súper woman y que venimos a este mundo con una fecha de “caducidad” irrevocable.  Me recuerda que tenemos que vivir el ahora con mucha pasión y entusiasmo, no ir dejando para mañana o “para más adelante” cosas importantes, porque a veces ese día se nos vuelve cada vez más lejano o simplemente nos quedamos con las ganas, a pesar de haber tenido los medios, oportunidades y hasta las posibilidades, pero por motivos muy nuestros vamos anteponiendo otras prioridades, quizá no tan importantes o valiosas, si las vemos desde otras perspectiva y simplemente se nos fue pasando el tiempo y no siempre podemos recuperarlo.  Tenemos que disfrutar a todas las personas que tenemos al lado, porque no sabemos cuándo volveremos estar juntos otra vez.  Ya les había contado en alguna publicación anterior mi alegría porque durante el viaje a Lima pude ver y disfrutar a mi familia y amig@s pero en especial a mis abuelos, que tenía la suerte estaban aún con nosotros.  Qué me iba a imaginar que poco más de un mes después de regresar de Lima, mi abuelo “Perdigón” falleció a los 91 años.  Otra vez, recordar la oportunidad que Dios me dio de verlo y abrazarlo una última vez.  A los diez días el tío Mañuquín también se nos adelantó.  No tuve la suerte de verlo en Lima, pero estoy segura que ahora los dos descansan en paz con ellos mismos, con sus familias y con la vida.
Durante estas últimas largas semanas, también hemos tenido noticias alegres, felices, noticias de nacimientos, embarazos, que espero a todos les siga yendo súper bien.  Ya saben que desde acá estoy esperando noticias, ecografías, que voy compartiendo su alegría y felicidad.
Ya ven, esta última temporada ha sido muy intensa a nivel emocional y mi silencio “literario” no ha sido más que falta de tiempo y un poco de organización emocional.  Por ratos siento que no tengo como expresar tantos sentimientos y en algunos casos hasta opuestos.  Son tantas cosas, que todas quieren salir por el mismo sitio, a la vez, pero la salida es muy estrecha.
Van pasando cosas que este año lo en mi memoria y corazón de una manera especial.  Ha sido un año que mes a mes ha traído noticias.  Algunas buenas, otras duras y difíciles de aceptar, embarazos, fallecimientos, enfermedades, trabajo, en fin, tantas cosas.  Pero al final todas y cada una con una enseñanza, que es lo que no quiero dejar pasar y es por lo que pienso es un año tan especial.  Casi lo podría resumir como el “Año de la Verdad y la Transparencia”.  Ya parece un slogan político, pero no, así va siendo mi año 2011.  Ha sido un año que me ha permitido conocer más a las personas.  Algunas porque directamente decidieron quitarse la máscara que tenían y finalmente decir y aceptar la verdad de muchas cosas, dejando enredos y mentiras, algunas ya curtidas por los años y dejarse ver tal como son, que al final es lo que cuenta.  Y otras no se han quitado la máscara, pero al parecer por el uso se está desgastando y ya llegas a ver lo que hay debajo y eso también enseña.
Este es un año de aprendizaje, como un cursillo intensivo sobre la vida y las  personas.  No puedo decir que este año es inolvidable por tanta cosa difícil que ha pasado y que además ha afectado nuestra vida familiar, es inolvidable porque nos hace ver y valorar tantas cosas que cada uno de una manera especial asimila y aprende de cada cosa que pasa.
Y ahora pienso, no es que no pueda escribir sobre temas más mundanos y ligeros.  Aunque no sé si mis temas sean muy “pesados”, pero por ahora, lo que está en blanco y negro soy yo.
Hasta la próxima…