martes, 28 de agosto de 2012

Buena gente


Desde hace unas tres o cuatros semanas llevo intentando terminar esta publicación y es que se me atraganta la inspiración y la fluidez al escribir.
La he empezado ya unas tres veces y he planteado mi idea de varias formas y por último me he sentido muy frustrada al tener el mensaje que quiero transmitir, ahí, listo y no poder encontrar las palabras y frases adecuadas para expresarlo.
Ahora lo empiezo una vez más, pensando que si digo lo que quiero decir de una forma directa será mejor expresar lo que tengo atragantado.
Este tema lo vengo analizando y pensando desde hace algún tiempo que empecé a prestar atención.  Sigo observando mi vida, mi entorno y las personas que tengo cerca.
Tomé consciencia que, a pesar que pasamos etapas duras y con más dificultades de las habituales, finalmente y gracias a buenas personas nos pasan cosas buenas que nos alivian el día a día, nos ayuda a recargar energías y a seguir en la lucha diaria hasta superar lo que nos está tocando vivir hoy.
Y es que esto no tiene que ver con el dinero, ni con lo que tenemos,- Esto tiene que ver con las buenas personas que tenemos cerca y su disponibilidad para tener siempre con una sonrisa, una palabra de apoyo y listos a tender la mano.
Los amigos, las buenas relaciones, las buenas personas son las que nos ayudan a salir adelante.  Es verdad que hoy somos la consecuencia de nuestras decisiones de ayer, que somos los únicos responsables, pero es verdad también que no siempre podemos seguir solos.  Siempre necesitamos de otras personas para avanzar y más cuando necesitamos ayuda.
Yo tengo mucho que agradecer a Dios, a la vida y a las personas que tengo cerca.  En los momentos más duros y difíciles es cuando realmente me doy cuenta que no estoy sola.  Ya decía que no tiene que ver con el dinero, es sólo con el tiempo, con el cariño, con la disponibilidad de revisar entre lo que somos, lo que tenemos y lo que podemos hacer por los demás.  Muchas veces da más la persona que menos cosas tiene.
Es como este año, que si no hubiera sido por un buen amigo, no hubiéramos podido disfrutar de las buenas vacaciones que hemos tenido, tengo muchos más ejemplos que dar de personas y situaciones que si no hubiera sido por una mano amiga, no lo hubiéramos superado, o quizá sí, pero nos hubiera costado mucho más tiempo, stress y quién sabe qué más.
Y es que lo veo en otras personas que tengo cerca, que también están pasando momentos duros y complicados.  Es agradable ver que de pronto cosas se le van aclarando, solucionando, van logrando las cosas del día a día para seguir adelante gracias a otras personas, porque son personas que siempre están dispuestas a dar de lo que tienen con una sonrisa.
Y es que la vida es así, todos dependemos de todos, es como una cadena de favores.  Todos tenemos algo que dar y muchas veces es tiempo o simplemente una llamada al amigo de mi amigo para ayudar a otro amigo.  Siempre y cuando lo demos con buenos sentimientos y desinterés, nos regresará con la misma intensidad.  Es lo que se conoce como “el efecto boomerang”.
Mi mensaje está vez es simple y básico “a la gente buena le pasan cosas buenas”.