sábado, 18 de junio de 2011

Sensatez vs. Sentimiento

Sensatez: cualidad de las personas que muestran buen juicio y prudencia en sus actos.
Sentimiento: parte afectiva o emotiva del ser humano, por oposición a la razón o el intelecto // disposición emocional que una persona tiene hacia una cosa, un hecho u otra persona.

De por sí, es muy difícil tomar alguna decisión.  Valoramos los pros, los contras, posibles consecuencias, si hacemos o dejamos de hacer, lo que queremos, lo que sentimos, lo que debemos.  Tantas cosas influyen en una decisión final.
Más aún se hace complicado tomar decisiones importantes, determinantes para uno mismo y que además influye en las personas que nos rodean.  Además cuando de por sí tomamos a consideración nuestros sentimientos y emociones.

Hace muchos, muchos años uno de mis hermanos, que aún era pequeño, tenía que tomar una decisión.  No recuerdo muy bien de que se trataba, pero nunca olvidaré la sencillez con la que evaluaba sus pros y contras.  La verdad es que era pequeño, un niño todavía.  Escuchó con atención la propuesta, hizo un par de preguntas y mientras pensaba que responder tenía las dos manitos extendidas, de pronto una subía y la otra bajaba y luego al revés.  No quisimos interrumpirlo.  Así por un rato, hasta que finalmente dio su respuesta.
Luego le preguntamos que estaba haciendo con sus manitos extendidas y con mucha naturalidad nos respondió “estaba poniendo todo en una balanza lo que me habían dicho, para saber que hacer”.  Una lección para toda la vida.

Normalmente tenemos una lucha interna entre la “sensatez” y el “sentimiento” en el momento que tenemos que tomar alguna decisión.  Es difícil elegir encontrando un punto intermedio entre cabeza y corazón, entre lo que debemos y podemos hacer contra lo que queremos y deseamos hacer.

En estos días estoy pasando por esta encrucijada.
Sé lo que quiero hacer, sin pensar en consecuencias, sin preocupaciones, sin dar tantas vueltas a las cosas.  Como quien dice, quiero coger mis cosas y salir, coger el avión contigo y estar a tu lado para acompañarte.  Además ir, visitarte y verte y que nos veas a todos.  Esta es mi decisión basada en el sentimiento.
Pero por otro lado, hay tanto que pensar, que hacer, que disponer que me limita.  Entonces entra en juego la sensatez.  Pensar y reflexionar para optar por la mejor decisión.

Desde mi punto de vista y momento actual, pienso  que decidir actuar guiada netamente por el “sentimiento”, me traerá luego consecuencias que me podrían agobiar y quitar el sueño de algunas noches.  Pero como “recursera” o “apañadica” que a veces soy, pienso que de todo podemos salir y luego todo lo material se puede superar, rehacer a pesar de la propia angustia que puede causar en una etapa, pero quizá tenga un poco de tranquilidad interior.

Por otro lado, si decido actuar con “sensatez” tengo la impresión que me quedaré con una sensación de frustración e impotencia por mucho tiempo.  Quizá pase mejores noches y sin angustias, pero con otro tipo de sentimiento que también, a la larga, me quitará el sueño.

Tenemos tanto que pensar, que analizar para decidir.  Sé que no estamos solos, pero reconozco que es muy difícil según las circunstancias actuales.  Quisiera poder cerrar los ojos y ver la mejor solución y tomar la mejor decisión.

Ahora sólo le pido a Dios que me ilumine y guíe mis pensamientos y pasos.  Realmente sólo Dios es quien sabe que lo que es mejor hacer para mi y para todos los que esta decisión afectará.
Yo por mi parte, seguiré buscando el equilibrio entre la sensatez y el sentimiento para encontrar la mejor respuesta, que a la larga se traducirá en paz interior en las próximas noches.