domingo, 9 de octubre de 2011

Los trámites continúan

Para los que se han quedado con curiosidad por saber cómo van mis trámites y si se van resolviendo o no, los pondré al día.

Con relación a Aitana, les conté que luego de estar un año indocumentada y ser ciudadana del mundo porque no tenía documentos ni nada, logramos inscribirla en el Consulado Peruano en Barcelona.  Regresamos y teníamos que esperar un mes a que llegue su pasaporte para poder regularizar su situación de residencia.  Tardó aproximadamente 5 meses.  Justamente una semana antes de recibir su Tarjeta de Residencia, recibimos una carta del Ayuntamiento recordándonos que ya se nos acababa el plazo para regularizar sus documentos y situación.
Así que ni bien recogimos su nueva tarjeta de residencia fuimos al Ayuntamiento y ya está perfectamente empadronada y legal en España.  Para que se hagan una idea, eso ha sido en abril de este año, 2 meses antes que cumpla dos años.

Por otro lado, seguíamos esperando la ciudadanía italiana.  Cada mes llamando por teléfono para ver si, por fin, aparecía en la lista del mes, pero nada.
Cuando ya decidimos que viajábamos a Perú y a pesar de tener el pasaporte peruano, quería tener el pasaporte italiano también.  Así que sin perder tiempo, fuimos al Consulado Italiano en Zaragoza y solicitamos el pasaporte.  Nos aceptaron la solicitud, a pesar de no tener aún ninguna información sobre la ciudadanía y que teníamos que esperar, igual que con el pasaporte de Alberto, llegaría a casa.  Un par de semanas antes de viajar (un mes después de la solicitud) recibí un mail del Consulado Italiano en Barcelona, en el cual me decían que como ya me habían informado en Febrero, para que a mi hija le dieran la ciudadanía italiana antes yo tenía que regularizar mi situación civil, es decir, si estaba casada o no.  ¡Es que no me lo puedo creer!  En Febrero, cuando me preguntaron eso, les adjunté documentación demostrando que sí me había casado y había solicitado la inscripción de mi matrimonio de manera oportuna (octubre del 2005) y la historia es que según las leyes italianas, aunque yo, como madre tengo la ciudadanía italiana y quiero inscribir a mi hija, no lo pueden hacer si es que no estoy casada.  Pero como el mundo ha cambiado mucho, digo yo, seguramente hay muchos casos de mujeres u hombres que quieren inscribir a sus hijos sin necesidad de haberse casado.  Entonces para esos casos tienen que firmar un papel que diga que es un hijo “fuera de matrimonio”.
Desde Zaragoza me recomendaron que aprovechara el viaje a Lima y reclamara que es lo que pasó con la inscripción del matrimonio.  Bien, un trámite más que anotar en la agenda de Lima.
Luego de estar unos días en Lima, preparé papeles, documentos, a Aitana y Jorge y nos fuimos al Consulado.  Hable con la señora y le expliqué mi problema, le dije que mi hija, aquella niña vivaz que ve corriendo por ahí, no la puedo inscribir porque dicen que no está mi inscripción.  La señora revisó su ordenador y me dijo: “Todo está correcto, un momento por favor”.  Al cabo de unos minutos apareció con mi expediente, en papel y me entregó una fotocopia y me dijo con tranquilidad y seguridad: “Con este documento no le pueden decir nada, su matrimonio está inscrito desde octubre del 2005”.
Salí con mi fotocopia y al llegar a España de regreso envié ese documento por correo electrónico, explicando que esperaba me informen si ya estaba conforme o algo.
Pues como siempre no recibí ninguna información adicional, hasta que los primeros días de septiembre recibo otro mail desde Barcelona informándome que como ya había regularizado mi situación, se había otorgado la ciudadanía a Aitana y se había emitido su pasaporte el 30 de agosto y que en cualquier momento lo recibiría por correo en casa.  ¡No lo podía creer!  ¡Por fin!  El martes 13 de septiembre recibí el pasaporte italiano de Aitana.  Finalmente estaba todo aclarado.
Lo que luego me hizo pensar es como cuando es un trámite regular, la ciudadanía tarda “unos” dos meses, aunque en mi caso 8 meses y la emisión del pasaporte “unos” (otros) dos meses más, pero en mi caso fueron unos días.  Imagino que ya todo lo tenían preparado para cuando se aclarara todo, digo yo…

Así que bueno, ese era el trámite que les había contado antes que aún estaba pendiente.  Ahora sólo nos queda avisar a la policía y cambiar los papeles de Aitana en España y listo.

Un trámite más que hemos terminado y gracias a Dios, a la paciencia e insistencia, todo terminó muy bien.