sábado, 1 de marzo de 2014

Mi esencia



Dicen que durante la adolescencia tenemos una lucha interna e intentamos encontrar respuestas a todo.  Queremos identificarnos con nuestra familia y nuestro entorno, encontrar nuestro lugar.  Tener la convicción que todo tiene sentido sin siquiera saber que lo queremos en realidad.  Las preguntas claves ¿Quién soy?  ¿De dónde vengo?  ¿A dónde voy?  Parecen preguntas fáciles de responder, pero a la larga, se pueden complicar tanto.  Además si añadimos el hecho de no estar seguros de lo que buscamos, se convierte en una etapa complicada.
Según van pasando los años y gracias a las experiencias que vivimos, nos vamos conociendo y descubriendo.  Vamos forjando nuestra personalidad y nuestra forma de ser.  Nos adaptamos y evolucionamos durante toda nuestra existencia, como una carrera sin fin, porque siempre estamos teniendo diferentes experiencias.
Durante esta etapa de la adolescencia, en pleno auto descubrimiento y con una sed insaciable de información, todo cuenta en la formación de nuestro carácter y personalidad, como las costumbres familiares, los amigos, los requisitos sociales. Todo con el fin de tener una conducta adecuada.  Y según vamos madurando, vamos cambiando esa primera propuesta de personalidad que nos planteamos en la adolescencia.
Sin que nos demos mucha cuenta (o sí) vamos adaptando nuestros gustos, vestidos, costumbres y a veces hasta amigos para intentar encajar en ese círculo social que creemos correspondemos.  Pero ¿cuántas veces es verdaderamente el sitio correcto para nosotros y nos sentimos a gusto?  Cuántas veces dejamos de ser nosotros mismos, como en una espiral que una cosa nos lleva a otra, en la que hacemos lo que hay que hacer, sin que sea lo que más nos gustaría hacer.  Esto también aplica a los lugares donde ir, la ropa que usamos, como pasamos el tiempo libre y tantas cosas más.
Durante todos estos años he aprendido muchísimas cosas, he madurado gracias a las experiencias con las que me tropezado.  Aunque estoy siempre en la búsqueda constante, deseando que llegue el momento de decir “esta soy yo y punto, así como me ves”.  Pero como decía, siempre tenemos que adaptarnos al entorno, pareja, familia, amistades, trabajo y sociedad. Dejamos aparcado a un lado nuestros deseos íntimos y personales de ser y vernos como realmente queremos y pasamos a comportarnos como corresponde.  Con esto no quiero decir nada contra los valores, ni normas básicas de educación, convivencia y tolerancia.
Recuerdo que, cuando iba al colegio, veía a las chicas (era un colegio de mujeres) que ya terminaban secundaria con diecisiete años y parecían tan grandes, maduras, seguras y dueñas del mundo y de su vida.  Cuando me tocó llegar a esa edad, aunque me sentía con toda la vida por delante, me veía tan pequeña.  No sabía cómo afrontar tantas cosas “de grandes” y a su vez veía a los de veintitantos, tan grandes y seguros, hasta que me tocaba a mí y todo cambiaba y me preguntaba si llegará algún día llegaría el momento de sentirme segura y a gusto con lo que veía delante.  Imagino es parte de la búsqueda constante de la felicidad y de sentirme a gusto ahí donde estoy.
Después de muchos años y muchas vivencias, me encuentro otra vez en la etapa de repreguntarme: ¿Quién soy?  ¿A dónde voy?  ¿Cómo? ¿Por qué?  ¿Soy quién yo quiero ser?  Estoy segura que esta vez mis respuestas sean más reales y sinceras.
Después de muchos años en los que no me había detenido a valorar esto, me doy cuenta que me he alejando unos grados de esa “yo misma” que quiero ser.  Este año se me están planteando las cosas de diferente manera y están cambiando mi vida actual y la forma como la veo.  Hay algunas situaciones que no esperaba y otras, podría decir que las deseaba, pero se han adelantando.  Después de los primeros momentos, en los que cuesta adaptarme al cambio, todo empieza a fluir y empiezo a recordar que todos los cambios son para mejor.  Así tiene que ser.
Ahora, casi llegando a mi crisis personal de los cuarenta, con todas las preguntas, dudas e inseguridades, pienso que tengo la oportunidad de encontrar lo que busco para mi vida.  Aun no tengo claro cuál es el plan de ejecución exacto, pero tengo ya un par de borradores bastante adelantados.  Estoy segura que encontraré a terminaré de encontrar a persona que soy en realidad y que seré sincera conmigo misma.  Encontraré y recuperaré mi esencia para vivirla y disfrutarla.