domingo, 25 de noviembre de 2012

Acción de gracias


Aunque las ideas vienen a mi mente, sigo sin poder organizar mi cabeza del todo y todavía me resulta un poquitín difícil poderlas plasmar en blanco y negro.  Pero ahora que siento que todo va encauzándose otra vez, me puedo dar el tiempo con algo de tranquilidad para seguir escribiendo y retomando temas que tenía ya empezados.
Estos últimos días se celebró el Día de Acción de Gracias en EE.UU.  Hasta este año nunca me había detenido a pensar en lo que celebran, en lo que representa y nada de eso.  He pedido ayuda al señor Wikipedia para contarles un poco de la historia y ahora que lo reviso, me doy cuenta que también se celebra, aunque en otro día, en Canadá.
El día de Acción de Gracias en América del Norte tiene sus orígenes en una mezcla de tradiciones europeas y aborígenes.  En Europa, los festivales se llevaban a cabo antes y después de los ciclos de cosecha para agradecer por una buena cosecha, y para celebrar después del duro trabajo junto con el resto de la comunidad.  En esa época, los nativos americanos también celebraban el final de la cosecha.  Cuando los europeos llegaron a lo que sería América por primera vez, llevaron sus propias tradiciones (fiestas de la cosecha) desde su continente, celebrando el final de su viaje, la paz y la buena cosecha.  Los orígenes del día de Acción de Gracias son similares en Canadá y en los Estados Unidos.
Hace unos meses pensaba que quería celebrar una fiesta enorme.  Quisiera hacer una gran fiesta e invitar a todas las personas que son importantes para mí.  Invitar a aquellas personas que durante mi vida y en especial en este último año siempre están ahí.  Es una fiesta para compartir con todos, en realidad para agradecer el cariño, apoyo, paciencia, palabras de aliento, silencio, amistad y tantas cosas más.
Ya lo ven, que es un deseo que tengo.  Me encantaría que no existieran los problemas de tiempo, ni de distancia y menos de dinero para poder estar todos juntos en el mismo lugar y al mismo tiempo.  Quisiera agradecer a todas aquellas personas que son parte de mi vida y quiero creer que yo soy parte de sus vidas también.
En esta fiesta quisiera agradecer y celebrar cada pequeño detalle que he vivido a lo largo de toda mi vida, cada logro obtenido y cada lágrima derramada.  Y es que hoy soy lo que soy gracias a cada experiencia que he vivido durante estos años.  Todo, por más pequeño que sea, me ha marcado y ha formado mi carácter para ser como soy hoy, con virtudes y defectos.  Tanto, tanto, tantísimo que agradecer.
Pero ahora, bajo de mi nube, regreso al mundo real, al momento actual y pienso que realmente, aunque las cosas no están saliendo como las deseaba, están saliendo.  Tengo que agradecer la familia que tengo, mis padres que siempre están a mi lado.  Mis hermanos, que a nuestro estilo muy particular estamos los unos pendientes de los otros, respetando cada uno de su espacio; mi familia, mi esposo, mis hijos que son lo más grande que tengo.  Y cada persona, los buenos amigos que tengo, los amigos de siempre, de toda la vida, los nuevos amigos, los amigos de antes y los amigos de ahora.  Agradecer por cada día, por cada aliento, por la salud y la de los míos.
A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos y todo lo que podríamos agradecer cada día.  A veces y sin querer, un cambio de actitud, un cambio interior en la forma como vemos las cosas, nos hacen ver las cosas de otra manera.
Así que empiezo por casa, doy gracias por todas las cosas buenas que tengo, por las personas que me quieren, por la salud y por la vida.  Prometo disfrutar lo que tengo y ser feliz.

martes, 20 de noviembre de 2012

De los sueños y rollos de ayer



Hace unos días leí el blog de una amiga, quién me viene dando empujoncitos para seguir escribiendo y siempre tiene palabras de apoyo para no dejar de insistir en este deseo personal.  Además fue ella, con su tiempo y paciencia que me ayudó a mejorar la imagen del blog.
El título de su publicación es “deja de preocuparte”.  Aquí comparto el link para que puedan leerlo también http://yabajalos.blogspot.com.es/2012/11/deja-de-preocuparte.html.  Al ver el título me llamó la atención.  Sentí que iba dirigido a mí, que me lo estaba diciendo a mí.  Así que como esa tarde estaba sola y tranquila lo empecé a leer.
Cuando tengo la oportunidad de leer algo que va sobre la vida misma, sobre las cosas normales, de esas que pasan en realidad a la gente normal, a la gente “de a pie” como dicen por aquí, aprovecho de pensar un poco y hacer una equivalencia en mi vida y en mi momento actual para aprovechar la experiencia de la persona que escribe y ver como la puedo aplicar en mi vida.  Siempre hay algo que aprender, repetir o evitar.
Leí la publicación y la disfruté, luego me quedé pensando cuántas cosas hemos visto de pequeños en nuestras casas como que son “normales”, costumbres que nos han inculcado, casi sin darnos cuenta, en nuestras familias y que a lo largo de nuestras vidas hemos ido repitiendo sin ser conscientes del todo que lo hacemos, sólo porque es así.  Otras, sin mayor problema las hemos olvidado completamente.  Hemos seguido nuestro camino sin tenerlas en cuenta y casi ni nos acordamos tampoco.  Y hay otras, unas pocas quizá, que queremos olvidar, evitar, dejar atrás pero no podemos.  La vida se nos ha planteado de una manera diferente a lo que estaba planeado cuando éramos pequeños y ahora tenemos que hacer las cosas de otra manera.  No me refiero a temas de valores y moral, que eso es otro nivel y ya lo dejaremos para alguna otra publicación.  Me refiero simplemente a costumbres o ideas básicas de cada familia que ahora no podemos seguir manteniendo.
Tenemos que luchar contra nosotros mismos y nuestros pensamientos y contra todo eso que llevamos dentro para hacer lo que ahora tenemos que hacer.  A veces, como dice la publicación que les comento, uno siente como que va traicionando a su familia y sus ideas, pero es que no es así.  Es otra vida, es otra época, es otra forma de vivir la vida. Son otras cosas por las que hay que luchar y no tenemos que rompernos la cabeza y menos el corazón pensando que traicionamos o que faltamos al esfuerzo de nuestros abuelos o padres.
Ahora nos toca recuperar otros valores ni más ni menos importantes que los de antes, pero más adaptados a esta época y nuestra realidad.  Quizá en la época de nuestras abuelas, la lucha era más por los derechos e independencia de las mujeres, por demostrar que somos tan válidas como los hombres y que tenemos los mismos derechos y oportunidades.  Hoy, después de tantos años, cuando aún hay que seguir demostrando aptitudes y valías, ya hemos alcanzado un nivel de igualdad y tanta que tenemos que meter muchas horas trabajando y nos hemos visto obligadas a tener que dejar la vida doméstica a cambio de un trabajo, desarrollo profesional y una nómina.  Ahora y depende de lo que cada una queremos y buscamos para nuestra vida y si la situación lo permite, queremos disfrutar más de la vida doméstica y de nuestra familia.  Entonces vamos cambiando los parámetros y luchando por lo que ahora es importante.  Los tiempos cambian y lo importante es que tengamos la flexibilidad para adaptarnos a estos nuevos tiempos y sus sorpresas.
Lo del peso, pues que les puedo decir.  Ahora mismo estoy en la lucha diaria de controlar lo que como y como lo como para intentar seguir bajando de peso.  Es un tema complicado y recurrente en mi vida, así que seguiremos insistiendo pero sin que me quite más el sueño.
El otro punto es cuando tenemos que aceptar que nuestra vida hoy no es como la imaginamos cuando soñábamos con una vida de fantasía a los 20 años o antes.  Hoy tenemos una vida real, que es súper diferente a esa foto de color rosa que imaginamos.  Pero que tampoco que se entienda que es una mala vida o peor.  Simplemente ahora es una vida real.  Con momentos y etapas súper felices, llevas de satisfacciones y otras etapas un poco más duras y complicadas.  Normalmente son etapas en las que, si las aprovechamos bien a pesar de las dificultades podemos aprender muchísimo para ser mejores personas.
Disfrutemos de la vida que tenemos tal cual es, a pesar que no sea como lo imaginamos hace muchos años.  También tenemos que ser conscientes que hace muchos años nos faltaba mucha experiencia para valorar lo que realmente es bueno y lo que es adecuado para nosotros.  Hemos tenido que vivir muchas experiencias, anécdotas, hemos tenido que reír mucho y llorar también para ser lo que somos hoy.  No vivamos pensando en que lo que nuestra vida pudo ser, pensamos en lo que nuestra vida es ahora, en que tenemos que hacer para que nuestros sueños se cumplan en realidad.  ¡Sí! Sí es posible que se hagan realidad, pero con mucho esfuerzo, pero siempre que nuestros sueños sean reales.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Aparentando por la vida voy


Llevo ya varias semanas con la idea de empezar y terminar esta nueva publicación.  La verdad es que tengo varias en el tintero, todas medias empezadas y a medio terminar.  Me decido y elijo una de estas medias publicaciones con la intensión de terminarla y publicarla finalmente, pero como estas últimas semanas he vivido de una manera “espontánea”, según con lo que la vida nos iba sorprendiendo, íbamos viviendo.  No hemos tenido oportunidad de hacer planes, de organizarnos ni nada, hemos vivido, como se dice, a salto de mata, un poco apagando incendios y afrontando la vida, intentando siempre, con la mejor cara.
Entro pues en el tema que les quiero contar esta vez.
Hace unas semanas aprendí o realmente fui consciente que vamos por la vida aparentando.  Unos hacen un esfuerzo real por demostrar ser lo que en realidad no son o demostrar tener lo que no tienen, simplemente por aceptación o presión social o complejos personales o yo que sé tantas cosas que se cocinan en las cabezas.  También me he dado cuenta hay otras personas que hacen ese mismo esfuerzo por aparentar también ser lo que no son pero al revés, es decir personas que aunque tengan cierta posición, estudios y posibilidades, siempre va aparentando una vida especialmente dura y con carencias, como para ir dando pena por el mundo.  Esto de las apariencias planeadas son cosas complicadas.
Y como tercera alternativa, están o estamos las personas que vamos viviendo lo que nos toca cada día según vaya llegando, mejores etapas, otras más duras, pero lo que toca, que aunque tenemos días oscuros y que no vemos la salida a lo que nos agobia vamos intentando seguir sonriendo y seguir viviendo de la mejor manera que la situación puede ofrecernos.
Al parecer vamos aparentando por la vida una vida sin problemas, sin carencias, sin dificultades.  Una vida donde todo es felicidad y digno de tomarse una foto.  Y es que así es a veces.  Vamos disfrutando de las cosas que se nos presentan, de las oportunidades bien aprovechadas, sin querer decir que somos unos aprovechados.
Como canta la frase “Dios aprieta pero no ahorca”.  En las etapas duras, de pronto nos toca alguna alegría para recuperar fuerzas y seguir adelante.  Cuando estamos en una etapa complicada tenemos el defecto de no valorar ni ver las cosas buenas que nos pasan.  Nos sentimos, con todo derecho, dentro de una nube gris, tormentosa, llena de truenos que nos asustan.  Vamos tomando nota de las cosas malas que se nos acumulan y las cosas buenas casi ni las valoramos.
A veces tenemos la mala costumbre de ir comparando nuestra vida con la de otras personas que tenemos alrededor.  Vamos comparando lo que otros han alcanzando en sus vidas, los trabajos, casas, viajes, vacaciones y más y nosotros no lo podemos alcanzar.  Pero, y ¿Por qué otros sí y nosotros no?  Analizamos y nos torturamos más buscando los errores que hemos cometido en las decisiones de nuestra vida para que las cosas nos hayan salido tan mal.  Y claro, como nos está tocando una mala etapa, pues no nos cuesta mucha encontrar más de una mala decisión y en lugar de encontrar sentirnos mejor, seguimos cayendo en el agujero oscuro que nos quita la fuerza y energía para recuperarnos y seguir luchando.
No nos detenemos a pensar que lo que vemos de otras personas, es lo que ellos quieren que veamos.  Los súper viajes que hacen, que tienen los mejores trabajos del mundo, que tienen la familia más linda que uno se puede imaginar y que su vida es maravillosa y sobre todo que la palabra “problema” no existe en su vida ni en su vocabulario.
Pero la verdad es que vemos sólo apariencias y es que muchas veces y sobre todo ahora en este mundo de la globalización y del facebook, sólo vemos lo obvio, lo que se ve a simple vista, pero no vemos lo que hay detrás o por decirlo claramente, la verdad de las cosas.  Quizá vemos un súper viaje, pero no sabemos cuál es el motivo del viaje, cuánto les costó ahorrar el dinero necesario para hacerlo y que sacrificios tuvieron que hacer para conseguirlo o mejor aún, si quizá fue un regalo de alguien y lo han podido disfrutar a costo cero.  Sí, sí! Eso existe.
Esta cara de las fotos me la hizo ver una amiga hacia ya un tiempo.  Me decía que no vea lo que otros tenían porque no sabía la verdad, que quizá ella misma vivía en una casa linda, que uno piensa que es su casa, lo obvio pero no sabes las condiciones en las que vive ahí, quiero decir si es de ella o alquila, condiciones del alquiler y demás que quizá haya sido una buena oportunidad que se le presentó en algún momento y que aprovechó o que, como les contaba en una publicación anterior, a la gente buena le pasan cosas buenas y simplemente la vida le da devolviendo un poco del esfuerzo que va pasando.
O es como mis vacaciones de este año.  Resulta que como muchos saben, este año tuvimos la oportunidad de irnos unos 10 días y alguno más a la playa.  Pudimos disfrutar de una casa linda, con todas las comodidades, cerquísima a la playa.  Pasamos unos días inolvidables.  Esa casa fue una suerte y un regalo divino.  Un gran amigo nuestro nos prestó esa casa, como en alguna otra oportunidad, para que podamos pasar las vacaciones ahí.  Son las buenas oportunidades que vamos aprovechando en la vida para que la dura etapa que nos toca vivir sea un poco más llevadera y nos recargue las energías para seguir adelante.
Y así muchos ejemplos más.  Hace unos meses, recuerdos, cuando empezaron las rebajas de verano nos fuimos a una tienda de oportunidades a ver qué conseguíamos de ropa de verano para los chicos.  Había muchísima gente y la fila era interminable.  En algún momento Jorge tomó una foto e hizo un comentario, algo así como “de compras”.  Y claro, nunca falta la persona que creen tener autoridad y conocimiento para dar su opinión como si fuese la única verdad, y decía “¿Pero, no dicen que están en crisis?  ¿Cómo pueden gastar tanto dinero?” o algo así.  Claro, igual porque no teníamos caras tristes y además estábamos de compras aparentábamos estar “de shopping” gastando y gastando hasta en lo que no necesitamos, pero es verdad, las cosas no son como las fotos lo presentan.  Siempre hay algo más detrás.
Llegué a la conclusión que las apariencias engañan.  Ya! Eso es una teoría antigua, ya lo sé.  Y también tenemos que ver siempre más allá de lo que parece obvio.  Como decían los dibujos animados de hace muchos años “ver más allá de lo evidente”.  Darle una vuelta más a las cosas.  No guiarme sólo de lo que veo a simple vista y menos cuando yo misma no me siento bien o estoy pasando por una etapa más complicada.  Eso no significa que no creeré que las personas podamos ser felices y pasar mejores etapas y desear de corazón querer compartir nuestros buenos momentos.
También me hizo pensar que hay muchas personas que se toman la libertad y el derecho de opinar como si todo lo que vieran sea tan simple como lo que se ve.  Que muchas veces hay gente que tiene envidia y simplemente además de no saber nada opina sin medir si lo que te dice que puede herir o lastimar.  Pero bueno, de todo vamos aprendiendo en la vida y todo nos ayuda a ser mejores.
Así que aparentando por la vida voy, aparentando que no tengo problemas, que las dificultades no existen en mi vida porque siempre voy sonriendo y aprovechando las oportunidades que se presentan en mi camino.
Y ya para terminar, quería compartir una frase, de esas que ruedan por facebook, que hace un tiempo leí y que decía “Una sonrisa en mi rostro no significa la ausencia de problemas, sino la habilidad de ser feliz por encima de ellos”.  Así que me la he tomado muy en serio, así que no me queda más que seguir sonriendo y ser feliz que será lo que verán de mi y sí! Creerlo!