domingo, 3 de marzo de 2013

La Misión


Hace unas semanas recordaba que cuando mi hermano menor era pequeño, no sé cuántos años tenía, quizá unos 10 ó 12 años o quizá menos, un día tuvo un chispazo, unas de esas frases que sueltas de pronto, que parecía no tener sentido y que además por un tiempo nos burlamos.  Luego y con el tiempo esta frase empezó a tener sentido y cada vez es su significado era más claro y obvio.  Él, en su chispazo filosófico me preguntó cuál era mi misión en la vida.  Yo lo miré sorprendida. ¿Mi misión?  ¿De qué me está hablando?  ¿De qué misión me habla?  Si él tenía unos 10 ó 12 años yo tenía 4 años más y en ese momento sabía lo que quería, pero ¿Cuál es mi misión en la vida?  No tenía idea.  Con la seriedad y seguridad con la que él siempre habla, me explicó que todas las personas tenemos una misión en la vida, y que tenemos que descubrirla para saber hacia dónde vamos y así ir viendo qué camino tomar, que nuestras vidas tienen que tener un sentido, que no podemos pasar por la vida sólo por pasar, que es por algo.
Tengo que aceptar que en ese momento no entendí nada.  Y no creí que yo podría tener alguna misión especial en la vida.  Eso me sonó muy grande.  Pensaba que en realidad vivía por vivir, que según las metas que me planteara y las que iba logrando y así tenía que ser.  Pero pensar en alguna misión, no y menos sabía cuál podría ser.
Y siguieron pasando los años y mientras yo seguía en lo mío y ya este tema lo tenía olvidado, fui un día con mi mami a un lugar de interpretación de la carta astral y cuál fui mi sorpresa que aquella persona, entre las cosas que me decía, me preguntó si conocía mi misión.  ¡Oh, sorpresa!  Pero entonces es verdad, existe eso de tener una misión.  Le pedimos nos explicara un poco y prácticamente nos explicó lo mismo que muchos años antes mi hermano había dicho.  Y además de explicarnos nuestra misión, la mía y la de mi mami, nos dijo que además mi mami y yo, en ciertos casos “trabajamos” juntas, pues una complementa a la otra.
Al salir, sentía una sensación extraña pues, es verdad que recordé lo que dijo mi hermano, pero también era verdad que durante esos, muchos años, había olvidado ese tema por completo y de pronto escuchar de un extraño todo eso con ejemplos y datos, pues, hasta el más incrédulo siempre le da una vuelta más, y como yo no soy incrédula, pues le di más de una vuelta al tema.  Me quedé sorprendida y muchas cosas, según lo que dijo tenían cierto sentido o explicación.
Así fue pasando el tiempo y empecé a prestar más atención a este tema.  Sentía una mezcla entre curiosidad y ganas de comprobar si realmente podría ser verdad o una mera coincidencia lo que me habían dicho.  No faltó mucho para que aquella frase de mi hermano de muchos años atrás y lo que dijo aquel intérprete empezara a tener cierto sentido.  Me di cuenta que realmente todo estaba relacionado y que aunque las situaciones eran diferentes, mi posición siempre era similar.  Es decir, cambiaba la forma pero no el fondo.  Entendí que había algo especial que teníamos que hacer para que nuestra vida realmente tenga sentido.  Entendí que no pasamos por la vida sólo como un paseo sin rumbo.  Comprendí que la vida y el destino nos van poniendo en los lugares adecuados, en los momentos exactos y con las personas idóneas para intercambiar experiencias, enriquecernos mutuamente y que cada uno pueda estar más cerca de completar su misión. Pasamos por la vida para conseguir algo importante para uno mismo para las personas que están a nuestro alrededor.
A lo largo de nuestra vida vamos conociendo muchas personas.  Hay muchas que se quedan con nosotros a lo largo de toda la vida, pero hay otras que sólo nos acompañan por una temporada o como a veces pienso, sólo para un hecho puntual.  Pero de todas, siempre aprendemos algo, siempre nos enriquecemos y siempre nos acercan a nuestra meta.
Sea como sea este tema de la misión y según lo que cada uno crea, pienso que realmente es mucho más que un paseo espontánea.  Creo que el ideal de cada uno es llegar a su punto final, completar su misión.  Dar lo mejor de uno mismo para dejar una huella positiva por donde vamos pasando.
Revisemos cuál puede ser nuestra misión, pero no una misión material o mundana.  Busquemos nuestra misión a otro nivel.  Aquella que nos haga ser mejores personas, dar ejemplo de vida, ayudar a las personas.  Y como me preguntó mi hermano hace unos 25 años, ahora te lo pregunto a ti: ¿Cuál es tu misión en la vida?