sábado, 17 de marzo de 2012

Invirtiendo en uno mismo

Como muchos saben o deducen, este es un año de cambios para mí, de toma de decisiones, de revisar todo lo que se puede cambiar y hacer un esfuerzo adicional, como decimos, un empujoncito más para que las cosas se salgan de la mejor manera posible.  Sé que suena complicado o parece que es mucho trabajo y que hay mucho por hacer o aunque quizá no sea tanto, pero ya estamos en marzo.  De pronto yo misma me creo ansiedad viendo que el tiempo pasa y las cosas no se concretan tan rápido como mi vehemencia quisiera.  Sí, sí, soy vehemente, una vez que se me ocurre una cosa o tengo me propongo un plan o nueva meta soy vehemente con los resultados, quiero verlos ya y pronto y disfrutar y así emprender un nuevo reto.  Como alguna vez me dijeron, mi enfermedad es el stress y la ansiedad.  Darle vueltas y vueltas a las cosas, buscando soluciones, posibles consecuencias e intentando adelantarme a los hechos, haciendo planes alternativos.  Será por eso mi vehemencia, para poder contrarrestar el stress de los procesos.  Lo sé, tengo que aprender a disfrutar con paciencia cada etapa y no adelantarme a los hechos, sólo esforzarme, ver los resultados y disfrutar.

Siguiendo con el tema de hoy, cuando las personas decidimos hacer cambios externos, es porque a nivel interior también hemos hecho cambios, que según se van concretando requieren una expresión externa.  Es como hemos asumido cosas y cuando nos sentimos seguros de los cambios o decisiones vamos exteriorizando.  Esa es mi forma de ver las cosas, como todo en esta vida, cada uno puede tener su opinión o su fórmula personal para ir avanzando en la vida.  Lo importante es que cada uno encuentre su fórmula y pueda avanzar cada día.
Este año, después de mucho esfuerzo logré concluir un trámite que me tenía en etapa de “stand by gracias a la ayuda de un par de personas, a su tiempo, insistencia y paciencia, ya que sin ellas no hubiera sido posible lograr nada.  Finalmente concluyó positivamente y me he sentido mejor al saber que es algo menos que hacer, sobre todo porque había durado mucho tiempo y durante ese tiempo sentía mucha incertidumbre sin saber cómo terminaría todo, stress y preocupación.  Finalmente terminó todo y ahora me siento mejor y más tranquila.  Es increíble ver ahora como al haber tenido ese trámite pendiente me haya estado quitando tanta energía, paz interior y tranquilidad.  Ahora me siento bien.  Ya no tengo tantas migrañas, duermo mejor.
Entonces esta nueva etapa y sensaciones me han abierto otras puertas para sentirme mejor conmigo misma, aceptar que tenía que hacer cambios para seguir adelante.  Decidí invertir en salud, invertir en mí.  Ojo que no digo “gastar”, lo que digo es “invertir”.  Tomé la decisión de hacer dieta.  Está claro que tenía que bajar varios (muchos!) kilos, pero yo sabía que para empezar y mantenerme en la dieta tenía que tener mi mente organizada.  Ya voy casi 2 meses y he perdido ya varios kilos.  Me siento motivada cada semana que veo que voy perdiendo peso, que mi ropa ya no me queda, me he tenido que comprar cinturones para que no se me caigan los pantalones y terminen la temporada.  Es lo que necesitaba, invertir en mí, en mi salud, en sentirme mejor conmigo misma.
Consecuencia adicional a mi stress y ansiedad, tenía un par de buenas contracturas en la espalda.  También me habían dicho hace casi 3 años que tenía ciática y que así me quedaría.  Llevo una larga temporada medicándome para el dolor, además de los malos ratos y malestar.  Otro cambio en pro de mi salud fue ir a un fisioterapeuta.  Mi dolencia principal era la contractura en la espalda que me afectaba el hombro derecho y algunos días casi no podía girar la cabeza como si tuviera tortícolis.  El fisioterapeuta me revisó y se centró más en la ciática, que al final resultó otra cosa y después de 3 años y mucho dolor, me ha quitado la famosa ciática que me dijeron que la tendría para el resto de mi vida ya que también era otra contractura en otro músculo que afectaba parte de la espalda y de la cintura para abajo.  Luego de 3 sesiones estoy muchísimo mejor, la ciática ya es un recuerdo y los dolores de espalda también.  Ahora tengo que hacer unos ejercicios para evitar el dolor.  Valió la pena.
He valorado no tener más migrañas, comer sano, no tener dolores, dormir bien.  Está valiendo la pena invertir en salud, en uno mismo.
Esto me hizo pensar que muchas veces gastamos dinero en cosas que realmente no necesitamos.  Cuando tenemos problemas, nos sentimos angustiados, desesperado, o tristes salimos a comprar, porque, no sé la explicación, pero es real, comprar es algo que hace sentir bien.  Pero, lo que compramos muchas veces son cosas que no necesitamos, sólo comprar por comprar, entonces esa satisfacción o sentimiento de sentirnos mejor es temporal porque luego nos sentimos doblemente mal.  Nuestro problema inicial sigue ahí, tal cual lo dejamos y además hemos gastado en cosas superfluas y no necesarias.
He aprendido que mejor que eso es invertir en nuestra salud, en que el sentimiento de sentirnos bien sea más sostenible en el tiempo y sobre todo que nos ayude a estar mejor nosotros mismos, más satisfechos con nuestro cuerpo.
Para la dieta todavía me queda un rato, espero seguir teniendo la fuerza de voluntad y motivación necesaria para cumplir cada día, que realmente cada día es un reto.  Así de a poquitos ir alcanzando las metas y la espalda, ahora me la cuido más, hago los ejercicios y me siento mucho mejor.
Ya sabemos que muchas enfermedades las tenemos porque nuestra cabeza no está organizada, porque tenemos muchas ideas revueltas que según las vamos organizando y vamos resolviendo lo que nos quita el sueño podemos ir tomando decisiones saludables para nosotros mismos.
Si nosotros mismos no nos cuidamos, entonces quién más cuidará de nosotros?

1 comentario:

  1. JULY,
    te felicitó por esta decisión de invertir en ti misma, en tu salud, en buscar sentirte mejor contigo misma y por ende reflejar eso en tu vida familiar. Durante el tiempo que hemos trabajado juntas, te he visto un par de veces haciendo dietas y en aquellas veces, perceveraste y lograste rebajar kilos. Qué bien se te veía! Solamente puedo animarte a no bajar la guardia esta vez, llévalo hasta el final, hasta la meta que te hayas propuesto, y luego mantente. No es solo el aspecto físico sino principalmente es la salud y el quererse a uno mismo. Además que tienes un lindo rostro, te aseguro que esta decisión te hará rejuvenecer, quizás más rápido de lo que la crema de noche pueda lograr. Beso grandote! Norma

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