Se buscan personas estimulantes, de esas que su
presencia te motiva a tener una mejor postura, una mejor actitud y más cuidado y
dedicación en cada cosa que uno se proponga hacer.
Se requiere que sean personas positivas y que una
sonrisa decore su expresión, a pesar de las dificultades del día a día.
Además, es conveniente, que tenga claro lo que quiere
en su vida y que, aunque con mucho esfuerzo y dolor, haya aprendido de sus
propias experiencias para que tenga una vida más rica y que sepa compartir sus
conocimientos, animando y motivando a las personas de su alrededor a aprender y
a darle una vuelta más a cada tuerca o como varias veces he escuchado “rizando
el rizo” y estar seguros que siempre se puede dar un paso más en cada tarea que
nos toque desarrollar.
Es imprescindible que sepa como transmitir confianza
a las personas, analizándolas y sacando lo mejor de cada una. Que sepa como resaltar las virtudes y mejorar
los puntos flojos.
Se busca una persona de alma libre, capaz de
compartir su vida, sus riquezas (no siempre son materiales) y sus ganas de
vivir la vida.
Me he dado cuenta que, aunque los requisitos parecen
muy exigentes, no lo son tanto. Personas
así existen y yo he tenido la suerte de conocerlas. Tú, que te identificas, mantén esta actitud
que es la mejor manera de disfrutar de la vida y de las personas con las que te
encuentras en este largo camino. Ten la
seguridad, que hagas los caminos que hagas, siempre dejarás huella.
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