miércoles, 14 de diciembre de 2011

Época de Generosidad

En esta época del año, en la que la palabra “generosidad” o “compartir” se repite hasta el cansancio, estaba pensando de qué manera se mide la generosidad de las personas y ese deseo de compartir que en muchos casos dura unas pocas semanas en el año.
Según Wikipedia, la generosidad del ser humano es el hábito de dar y entender a los demás. Comparado a menudo con la caridad como virtud, la generosidad se acepta extensamente en sociedad como un hábito deseable.
¿Se mida la generosidad sólo en el desprendimiento material?  Yo pienso que no debería de ser así.  O no sólo así.  Según mi opinión, es tan importante desprenderse de cosas materiales como desprenderse de cosas que no se pueden valorar, lo que no se pueden tocar, que simplemente no tienen precio.  Son otras “cosas” que sólo las puedes sentir, vivir, disfrutar como una agradable brisa en la frente. Las personas también podemos ser generosas cuando comparte su tiempo con calidad, dar un abrazo en el momento exacto, ser la palabra de apoyo o simplemente el silencio que acompaña.
Por otro lado, en mi casa siempre he escuchado una frase con la que he crecido, “caridad empieza por casa”.  Es algo así como, no puedes preocuparte y desvivirte por cubrir las necesidades de otras personas, cuando tus propias necesidades no están cubiertas o las de tu propia casa.  Sé que puede sonar egoísta o individualista, pero si analizamos la frase un poco es cierto.  Si no estamos en condiciones de ayudarnos a nosotros mismos, de cubrir nuestras propias necesidades entonces que podemos dar al resto?
Muchas veces no somos conscientes de eso o tenemos una escala de prioridades en la que nos resulta más importante ser generosos con terceras personas, y no nos damos cuenta que nosotros mismos o en nuestro entorno más cercano existen las mismas necesidades.
Soy consciente que cada persona tiene unos valores y prioridades en la vida y que mientras no sea robar o matar gente (entre otras cosas horribles) pues es totalmente válido como estilo de vida.  Pero también tenemos que reconocer que muchas veces estamos más preocupados en que nos vean como “buenas personas”, que otros nos admiren, pero luego cuando llegamos a casa, que vemos?  Qué encontramos?  Repito, no se trata sólo de generosidad dando cosas materiales, se trata también de compartir nuestro tiempo, tiempo de calidad, de dar nuestra mejor cara, para nosotros mismos al vernos en el espejo y a los nuestros.
Aprovechemos esta época de generosidad, no olvidemos escribir unas líneas a esa persona que necesita una muestra de cariño, hagamos esa visita que venimos posponiendo desde hace tiempo, hagamos alguna llamada.  Demostremos el cariño que sentimos por los nuestros, pero sobre todo pongámonos frente al espejo y veamos lo que se refleja y pensemos que es lo que realmente queremos reflejar, miremos en casa que podemos hacer para cada día ser mejor y estar más felices.  Disfrutemos este tiempo previo a la Navidad siendo felices y compartiendo con todos nuestra felicidad.