Busco trabajo, uno que me permita continuar con mi desarrollo
profesional y conciliar con mi vida familiar.
Que además que tenga la misma flexibilidad y buena disposición que yo
voy a tener con él. Un trabajo en el que
pueda compaginar mi responsabilidad de madre y de esposa, me deje continuar con
mi vida laboral y cumplir mis metas personales.
Busco un trabajo que me permita llevar a mi casa un salario justo y
adecuado para cubrir las facturas del día a día. Me comprometo a cumplirlo con la mayor
responsabilidad posible y a esforzarme por cumplir con los objetivos que me
planteen y, si es posible, superarlos.
Hace varios meses y luego repetí hace unas semanas, fui a una
entrevista de trabajo, en la que mi interlocutor me comentaba que prefería
saber las necesidades básicas de sus trabajadores para intentar apoyarlos y
solucionarlas juntos. Si todos dan,
todos reciben y, con flexibilidad de las dos partes, se pueden organizar y
cumplir con las responsabilidades laborales sin problemas. Y concluyó: así trabajarán más felices,
satisfechos y tranquilos con los cual trabajarán mejor, que es lo que se
necesita en una organización. Él busca
personas que se involucren en su empresa, en sus planes y proyectos y los hagan
suyos también. Esta es mi filosofía
laboral.
Cuando comentaba con mi esposo qué tal había ido la entrevista, me
preguntó si yo creía que poniendo tantas pegas o condiciones me
iban a llamar, porque había comentado que necesitaba una jornada reducida,
indicando la hora de inicio, aunque si era necesario podría trabajar desde
casa, que eso no sería ningún problema. Luego él me aclaró que había
visto en un reportaje a una mujer, con un excelente currículum, que había
estado fuera del mundo laboral durante un par de años para cuidar a sus hijos
pequeños. Cuando iba a las entrevistas y
le preguntaban por qué había dejado de trabajar y lo comentaba, no la volvían a
llamar más. Entonces decidió no decirlo más y en cambio decir que había
dejado de trabajar para continuar con su formación, hacer algún cursillo, pero
nada de nada de la familia, como si no existiera, se dio cuenta que los
entrevistadores mostraban más interés y hasta la contrataron. En este caso, no sé si es mentir o
simplemente intentar sobrevivir. No he
visto el reportaje, si realmente le dio el tiempo para hacer algo más que criar
a sus hijos, pero es verdad que hay algunos representantes de empresas de hoy a
los que sólo le interesan personas que no tengan problemas, ni familia, ni
nada, sólo lo que vayan a trabajar. ¡Discrepo! Somos un pack, venimos con nuestra carga
personal, que al decir “carga” no significa que sea negativa, recordemos que
existe la carga positiva, y que muchas veces es lo que nos da la ilusión y el entusiasmo
para trabajar mejor. Todo va
relacionado. No podemos decir que una
persona que no tiene pareja e hijos no tiene problemas, tendrá otros.
Va pasando el tiempo y sigo mirando mi móvil por si me llaman otra vez,
aunque quizá no sea así, no lo sé.
Siendo sincera, en estas situaciones, cuando no tengo noticias y pienso
que la respuesta será negativa, lo que más duele es mi orgullo, aunque esta vez
estoy tranquila. Si es para mí, será y
si no, no.
Pero seguí pensando en eso de poner pegas o condiciones para encontrar
un trabajo. Y es tampoco es eso. Yo soy de las personas que cuando me he presentado
a alguna plaza laboral, he siempre con la verdad y con lo que realmente podía
ofrecer. No me parecía (ni me parece)
correcto mentir, ¿para qué?, si tarde o temprano me iban a pillar. ¿Cuánto tiempo puedes mantener una
mentira? Cuando me preguntaban si sabía
algo que no conocía, respondía “pero puedo aprender, tengo la disposición y
ganas de hacerlo”. Así he ido y con esta
filosofía he aprendido muchísimas cosas y lo agradezco muchísimo.
Yo no pongo pegas, pero no me puedo comprometer a jornadas largas, que
signifiquen estar fuera de mi casa unas doce horas diarias. Un día decidí ser madre, tener hijos, y lo
asumí con mucha responsabilidad y entrega, más que cualquier otra cosa. Hoy, mis hijos están ahí y necesitan a sus
padres. Mi esposo tiene un trabajo que
lo obliga a estar fuera de casa algunas noches a la semana, entonces tengo que
organizar mi familia y mi casa de tal manera que funcionen sin que se quede mi
alma y mi salud en el camino entre la casa y el trabajo.
Entiendo que, para que un trabajo funcione, la organización y
estructura tiene que ser de buenos cimientos, pero tiene que ser “asísmica”. Tiene que tener la flexibilidad suficiente
para aguantar lo que venga sin caerse.

Una persona con la que trabajé decía que todos trabajamos por
necesidad. Por esa necesidad que tenemos
de llevar dinero a casa, pero que era un lujo, que es posible tener, que ese
trabajo o actividad nos satisfaga, nos llene de orgullo y sea un placer
realizarlo. Hay días buenos y otros no
tantos. Cuando los malos días son la mayoría y ya no te sientes feliz con lo
que haces y llegas a perder el respeto a lo que haces, lo tienes que revisar,
hay algo que va mal.
Yo no pongo pegas, necesito trabajar.
Es la vida que me toca y disfruto trabajando, cumpliendo metas y
esforzándome por ser mejor y realizándome como persona. Me gusta mucho asumir riesgos y aprender
cosas nuevas. Si otros pueden, ¿por qué
yo no? Ahora mismo no puedo ofrecer la
misma disponibilidad que hace unos años, pero sí puedo ofrecer madurez,
experiencia, flexibilidad y muchas ganas de trabajar.
Y tú ¿cómo lo llevas?