Después de tantos años viviendo en España, aunque lo de “tantos” es muy relativo. Para algunas personas 6 años les puede parecer como “sólo 6 años” y a otras les puede parecer una eternidad, esto es como todo, depende quien lo mire y con qué ojos. Pero como decía, llevo tantos años por aquí que he tenido la oportunidad de aprender muchas cosas, aprender de las personas, de la vida, del trabajo, de la sociedad, creo que no es posible terminar de enumerar todo lo que uno aprende sólo con cambiar de país y eso que España es bastante latino, de algún sitio hemos heredado muchas costumbres.
He tenido que aprender otro idioma, “español de España”. He dejado de utilizar el “ok” como conformidad y empezar a usar el “vale”. Al caerme sentada, ya no me caigo de “poto” si no ahora me caigo de “culo” aunque me duele la misma zona del cuerpo. También he aprendido a expresarme diferente sobre todo sin esa forma tan latina que tenemos de enrollarnos como persianas para dar una respuesta, ahora intento ser más concreta “sí” o “no” sin dar muchas explicaciones, salvo que sea estrictamente necesario. Me he topado con algunas personas tiene una manera muy clara de demostrar que con una respuesta clara y concreta les es suficiente y que el rollo siguiente no les interesa. Me he tenido que acostumbrar a que los domingos no abren los centros comerciales, tiendas, bancos ni nada. Más aún, que los bancos sólo están por las mañanas, salvo un banco en algún centro comercial que también está por las tardes. Para lo demás tienes que organizarte bien o dejarlo para el sábado. Por otro lado, ahora conduzco con mayor tranquilidad y menos agresividad. No tengo que ir a la defensiva intentando que un taxi o combi me cierre el paso de pronto o evitar caer en algún hueco. Vas más tranquila, aprendí el significado real de las líneas en las pistas, cada uno en su carril y hay que respetarlo. También voy más tranquila por la calle, aunque la paranoia es difícil de perderla. Cuando siento que alguien viene detrás inmediatamente me giro, mis sistemas de seguridad y autoprotección se ponen en alerta y mi paranoia se activa, bajo la velocidad al andar, me hago a un lado y simplemente dejo pasar a la persona, respiro profundo y sigo andando. Es una pena que esas cosas no las podamos apagar con un switch de la cabeza y estar relajada.
También he podido conocer muchas personas y con una forma de pensar diferente a la nuestra, está claro que todos pensamos diferente, pero a pesar de ser de cultural similares hay muchas cosas que nos diferencian. Cuando recién llegué, a las personas que conocía llamaba mucho la atención o a algunas personas les costaba entender cómo había podido dejar mi país, mi familia, mis amigos, mi entorno para viajar al otro lado del mundo y empezar una nueva vida aquí. Intentaban plantearlo como una alternativa para ellos mismos, pero no lo veían posible. Luego entendí que los latinos tenemos siempre la idea y posibilidad de migrar en la cabeza, es algo que viene con nosotros, en nuestro sistema operativo, es una alternativa que siempre tenemos, como un plan B. Es algo que lo llevamos dentro, no sé por qué, quizá tenga ver con la situación política-social-económica de nuestros países y que se transmite de generación en generación y siempre tenemos esa puerta abierta. Aquí en España se escucha ahora a más personas que ya consideran salir de España en busca de trabajo y mejores alternativas, como nosotros. De todas estas personas, hay tantas que son tan abiertas y amablemente te permite entrar en su entorno y así empezamos a hacer nuevos amigos. Todos tenemos que estar abiertos a conocer nuevas personas y de todas estas personas nos quedaremos con pocos nuevos amigos.
Puedo decir rápidamente que la vida fuera de nuestro país es dura o difícil porque necesito de mi familia o amigos en determinados momentos, pero también me ha enseñado a buscar dentro de mí la fuerza necesaria para salir adelante, para intentar hacer realidad los sueños y metas que me voy planteando en lo que llevo de vida y poder afrontar todos los problemas y dificultades que se han ido presentando a lo largo del camino. Me ha enseñado a estar y mantenerme más unida a Jorge y los chicos. Agradezco también a Dios y a la vida que mis padres también están acá. Somos una familia y finalmente nos tenemos los unos para los otros y eso se aprende sólo viviendo la vida.
He aprendido mucho, muchísimo de la sociedad, de la particular forma de ser y llevar la vida, además he aprendido mucho de las personas de su forma de ser. He aprendido el valor de la lealtad y amistad verdadera.
Todavía queda tanto por aprender. Nunca terminaré de aprender de cada situación que vivo y de cada persona con quien me topo. De las personas intento sacar lo mejor, lo que me puede servir como ejemplo para intentar ser mejor cada día, pero tristemente también nos topamos con personas que nos sirven de ejemplo de las cosas que no debemos hacer, que no debemos repetir. También tenemos que agradecer por encontrarnos con estas personas porque también nos enseñan de qué manera no debemos ser o de qué manera no debemos actuar.
De las situaciones aprendo cada día la causa, su efecto y las consecuencias. Aprendo que me afrento día a día a muchas situaciones y muchas veces voy superando problemas que en un inicio pienso que no seré capaz o dude de mi propia fuerza interior. No dejo de luchar y seguir planeando y teniendo planes, pero también pienso que si las cosas no salen como yo quiero o pienso será lo mejor, es porque Dios tiene preparado algo mejor para mí y tengo que tener paciencia y seguir luchando por mis sueños que todo se irá acomodando para que todo fluya como tiene que ser para tener una vida tranquila.
No dejaré de tener planes, de aprender de la vida y las personas que conozco, de vivir cada día disfrutando como si fuese el último e intentar que mañana sea mejor que hoy.