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La vi tan segura, se creía eso de que tenía poderes y que con su
varita podía hacer magia, que me di cuenta que tenía razón. Lo importante es creernos que somos capaces
de hacer las cosas y seguir adelante.
Tengo la certeza que todos tenemos un don. Tenemos que trabajar mucho para
identificarlo, para aprender a usarlo y, sobre todo, para disfrutarlo. Cada uno de nosotros tenemos ese regalo
divino que nos hace diferentes. Están
los que escuchan mejor, los que dan los consejos exactos, los que son la mejor
compañía, los que saben callar y tantas otras características que nos hacen ser
especiales.
Si todos creemos que tenemos un don y que con él podemos hacer que las
cosas sean mejores, ¿por qué no hacerlo?
Descubre tu don y disfrútalo.