… y espero que sea por mucho tiempo.
Durante mucho tiempo he estado lejos del teclado, de mis notas y bloqueando mis pensamientos e ideas. En mi cabeza había demasiado ruido y no lograba descifrar qué me decían. Y no es que ahora se hayan callado, pero, por fin, puedo entender mejor lo que dicen y, sobre todo todo, ya no hablan todas a la vez y a gritos, ya hay armonía.
Cuando estás así y tienes tantas cosas en la cabeza, cuesta priorizar lo que hay que hacer en cada momento, cada día. Bueno, como a todos, se nos van presentando nuevos retos, algunos nos hacen apretar los dientes, tomar aire, secarte alguna lágrima, aceptar y actuar y el tiempo te va demostrando que algunas veces es lo mejor que te puede pasar.
Y, aunque decía que el ruido se ha organizado mejor, ya tiene un idioma que reconozco, un ritmo que a veces me permite bailar y disfrutar, aun me cuesta coger el boli otra vez y empezar a escribir, organizar las ideas con un orden lógico, que transmitan un poco de mi, de mi vida y mis experiencias.
La lluvia de ideas, a ratos, se hace tormenta, con rayos y truenos y es como intentar salir sin paraguas, no sabes cómo, pero hay que hacerlo.
Durante esta (larga) temporada alejada han pasado muchas cosas en mi vida, personal, familiar y profesional. Y enfrentando y asumiendo lo que toca con la mejor actitud, como siempre y para todo.
Algunos cambios son más fáciles de “implementar” que otros, unos cuestan algo más, hasta algunas lágrimas, pero lo bueno es el punto en el que ya estamos, cuando todo empieza a tener sentido, el agua vuelve a su cauce y vuelve la paz a la mente y al corazón.
Como toda etapa de cambio descubres a personas y otras se descubren.
Se cae ese filtro “embellecedor” con el que veías a algunas personas y ves con claridad lo que hay en verdad, la cara sin filtro, sin máscara, sin maquillaje.
¿No te ha pasado alguna vez que ves la foto de alguien y cuando la ves en persona no te queda claro si es la misma persona hace 20 años o su hermano/a pequeño/a o la vecina de enfrente? Pues algo así, se cayeron las máscaras y todos estamos sin maquillaje, tal cual.
Lo que sí hay que resaltar es que descubres a más personas increíbles, que sí valen la pena. Además, regresan personas de tu pasado, de alguna vida anterior, que te hacen retroceder emocionalmente a otras etapas más "fáciles" y valoras esas amistades verdaderas a pesar de los años.
Y, por otro lado, confirmas tristemente algunas de tus sospechas y aceptas que con algunas personas, “más lejos, mejor”.
Por ir resumiendo, así han sido mis últimos años en silencio, pero aquí estoy de vuelta, renovada y recargada, como una ExWoman (de los X-Men).
Mis propósitos para el 2025 aún los estoy escribiendo. Tengo varias ideas y propuestas, pero no quiero rellenar una lista a lo loco, quiero una lista que sea real y verdadera y que sea posible cumplir. ¿De qué me sirve una lista de imposibles, que sólo me causarán frustración y decepción al final del año?
Aquí estoy, de vuelta. Espero que quieras seguir acompañándome en esta aventura, como mi vida misma.
¡¡¡Feliz 2025!!!
Que no te falte salud, trabajo, mucho amor verdadero y lo que necesitas para ser un poco más feliz cada día.
... hasta la próxima.