Hace unos días leí el blog de una amiga, quién me
viene dando empujoncitos para seguir escribiendo y siempre tiene palabras de
apoyo para no dejar de insistir en este deseo personal. Además fue ella, con su tiempo y paciencia
que me ayudó a mejorar la imagen del blog.
El título de su publicación es “deja de
preocuparte”. Aquí comparto el link para
que puedan leerlo también http://yabajalos.blogspot.com.es/2012/11/deja-de-preocuparte.html. Al ver el título me llamó la atención. Sentí que iba dirigido a mí, que me lo estaba
diciendo a mí. Así que como esa tarde
estaba sola y tranquila lo empecé a leer.
Cuando tengo la oportunidad de leer algo que va
sobre la vida misma, sobre las cosas normales, de esas que pasan en realidad a
la gente normal, a la gente “de a pie” como dicen por aquí, aprovecho de pensar
un poco y hacer una equivalencia en mi vida y en mi momento actual para
aprovechar la experiencia de la persona que escribe y ver como la puedo aplicar
en mi vida. Siempre hay algo que
aprender, repetir o evitar.
Leí la publicación y la disfruté, luego me quedé
pensando cuántas cosas hemos visto de pequeños en nuestras casas como que son
“normales”, costumbres que nos han inculcado, casi sin darnos cuenta, en nuestras
familias y que a lo largo de nuestras vidas hemos ido repitiendo sin ser
conscientes del todo que lo hacemos, sólo porque es así. Otras, sin mayor problema las hemos olvidado
completamente. Hemos seguido nuestro
camino sin tenerlas en cuenta y casi ni nos acordamos tampoco. Y hay otras, unas pocas quizá, que queremos
olvidar, evitar, dejar atrás pero no podemos.
La vida se nos ha planteado de una manera diferente a lo que estaba
planeado cuando éramos pequeños y ahora tenemos que hacer las cosas de otra
manera. No me refiero a temas de valores
y moral, que eso es otro nivel y ya lo dejaremos para alguna otra publicación. Me refiero simplemente a costumbres o ideas
básicas de cada familia que ahora no podemos seguir manteniendo.
Tenemos que luchar contra nosotros mismos y nuestros
pensamientos y contra todo eso que llevamos dentro para hacer lo que ahora
tenemos que hacer. A veces, como dice la
publicación que les comento, uno siente como que va traicionando a su familia y
sus ideas, pero es que no es así. Es
otra vida, es otra época, es otra forma de vivir la vida. Son otras cosas por
las que hay que luchar y no tenemos que rompernos la cabeza y menos el corazón
pensando que traicionamos o que faltamos al esfuerzo de nuestros abuelos o
padres.
Ahora nos toca recuperar otros valores ni más ni
menos importantes que los de antes, pero más adaptados a esta época y nuestra
realidad. Quizá en la época de nuestras
abuelas, la lucha era más por los derechos e independencia de las mujeres, por
demostrar que somos tan válidas como los hombres y que tenemos los mismos
derechos y oportunidades. Hoy, después
de tantos años, cuando aún hay que seguir demostrando aptitudes y valías, ya
hemos alcanzado un nivel de igualdad y tanta que tenemos que meter muchas horas
trabajando y nos hemos visto obligadas a tener que dejar la vida doméstica a
cambio de un trabajo, desarrollo profesional y una nómina. Ahora y depende de lo que cada una queremos y
buscamos para nuestra vida y si la situación lo permite, queremos disfrutar más
de la vida doméstica y de nuestra familia.
Entonces vamos cambiando los parámetros y luchando por lo que ahora es
importante. Los tiempos cambian y lo
importante es que tengamos la flexibilidad para adaptarnos a estos nuevos
tiempos y sus sorpresas.
Lo del peso, pues que les puedo decir. Ahora mismo estoy en la lucha diaria de
controlar lo que como y como lo como para intentar seguir bajando de peso. Es un tema complicado y recurrente en mi
vida, así que seguiremos insistiendo pero sin que me quite más el sueño.
El otro punto es cuando tenemos que aceptar que
nuestra vida hoy no es como la imaginamos cuando soñábamos con una vida de
fantasía a los 20 años o antes. Hoy
tenemos una vida real, que es súper diferente a esa foto de color rosa que
imaginamos. Pero que tampoco que se
entienda que es una mala vida o peor.
Simplemente ahora es una vida real.
Con momentos y etapas súper felices, llevas de satisfacciones y otras
etapas un poco más duras y complicadas.
Normalmente son etapas en las que, si las aprovechamos bien a pesar de
las dificultades podemos aprender muchísimo para ser mejores personas.
Disfrutemos de la vida que tenemos tal cual es, a
pesar que no sea como lo imaginamos hace muchos años. También tenemos que ser conscientes que hace
muchos años nos faltaba mucha experiencia para valorar lo que realmente es
bueno y lo que es adecuado para nosotros.
Hemos tenido que vivir muchas experiencias, anécdotas, hemos tenido que reír
mucho y llorar también para ser lo que somos hoy. No vivamos pensando en que lo que nuestra
vida pudo ser, pensamos en lo que nuestra vida es ahora, en que tenemos que
hacer para que nuestros sueños se cumplan en realidad. ¡Sí! Sí es posible que se hagan realidad,
pero con mucho esfuerzo, pero siempre que nuestros sueños sean reales.
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