domingo, 25 de mayo de 2025

Vidas en la vida


¿Cuántas vidas puedes vivir a lo largo de tu vida?

Te cuento cómo lo veo yo. 

Tenemos una única vida, eso no lo vamos a discutir, pero yo creo que cada cambio importante, cada etapa relevante es una nueva vida, dentro de nuestra gran vida, sobre todo si tienes que “volver a empezar”, “empezar de cero” o “volver a empezar a pesar de…”.  ¿Alguna vez has pensado en la profundidad y peso de estas frases? Mucho, mucho, muchísimo. Ya te lo digo yo, pesan mucho.

Bueno siguiendo con la idea, volver a empezar manteniendo las experiencias, aprendizajes y responsabilidades de las vidas pasadas, es como reiniciar tu vida, porque es un camino que probablemente no lo tenías previsto o pensado y tienes que descubrirlo sin saber muy bien cómo.

Estoy segura que sería más fácil decir “hasta aquí he llegado”, coger tus cosas y como dicen aquí “aquí os quedáis”.  Dejas todo decidido a empezar tu nueva vida, desde cero, haciendo un borrón y cuenta nueva, sin mayores responsabilidades, deudas ni compromisos. Debería ser posible empezar todas las veces que sean necesarias, pero sin cargas, con el equipaje ligero.  Llegas a ese punto de tu vida y decides conscientemente poner un punto y final a una etapa, empacar tus bragas / calzoncillos, salir por la puerta y hacer hacer un borrón y cuenta nueva y el resto “qué se apañe”.  Eso facilita todo, no? Pero, ¿es posible hacerlo así de fácil?


Hace unas semanas comentaba con mi psicóloga y me vas a permitir hacer una pausa y una reivindicación, recalcando la importancia de la salud mental, tanto como la salud física. Si gastas tiempo y dinero para ir al médico cuando te duele algo, al verte una mancha en la piel o un bulto donde sea o cualquier otro síntoma (físico), también tienes que prestar atención a tu salud psíquica y mental, a los cambios y cómo te afectan. Es tan importante el bienestar de tu cuerpo como el de tu mente. 

Llevo varios meses yendo a terapia porque necesito que me ayuden a entender mi vida, las cosas que me pasan y aprender a gestionarlas.  Además, no sólo se trata de entender, sino de ver qué cambios tengo que hacer en mí para evitar repetir patrones del pasado.

Muchas de las personas que vamos a terapia hemos tomado la decisión de tratar y curar el pasado para tener un futuro mejor.

Ahora, después de mi reivindicación por la salud mental, sigo con la idea que estaba. Le decía a la psicóloga, que cuál es o dónde está el límite entre el punto de tomar la decisión de dejarlo todo y llamarlo “amor propio”, “necesidad de cambio”, “hartazgo”, “derecho a una vida mejor” o lo que sea que se escucha por allí y, por otro lado, egoísmo, falta de compromiso, responsabilidad o abandono.

¿Dónde está esa línea que define una cosa de la otra?

Comentamos y profundizamos mucho en el tema, en los pros, contras desde un lado y desde el otro y al final me dijo que todos tenemos derecho y podemos hacerlo, dejar todo y volver a empezar cuando nos apetezca o sintamos la necesidad, ¡faltaba más, por favor! Sólo tenemos una vida y tenemos que aprovecharla. Pero entre pensarlo y hacerlo, lo que marca la diferencia es cómo lo hacemos.  Y lo que nos define, finalmente, son los valores, compromiso y sentimiento de responsabilidad de cada persona.

Volviendo a nuestro tema original, ¿cuántas veces a lo largo de la vida realmente puedes hacer borrón y cuenta nueva?  ¿Cuántas veces lo piensas? ¿Cuántas veces decides hacerlo? Y, ¿cuántas veces te toca y no te queda más que hacerlo?

Con todas estas preguntas dando vueltas en mi cabeza, pensé cómo aplicarlas en mi misma.  Todas las situaciones que resultaron ser cambios radicales, unas fueron decisiones conscientes de “volver a empezar” y otras simplemente llegaron a mi vida, me la pusieron de cabeza, algunas veces me tocó llorar y otras reir y, en todos los casos, a continuación,  seguir adelante.

Voy a enumerar esos puntos de quiebre que me parecen los más relevantes a lo largo de mis 50 años de vida:

  • Vida 1: 1975 → Nacimiento

  • Vida 2: 1998 → Matrimonio 1

  • Vida 2: 2000 → Viudez

    • Vida 2.1: 2000 → Maternidad 1

  • Vida 3: 2005 → Matrimonio 2

    • Vida 3.1: 2005 → Mudanza a España

    • Vida 3.2: 2009 → Maternidad 2

  • Vida 4: 2022 → Divorcio

  • Vida 5: 2025 → Mis 50 años


Entonces, al parecer llevo unas 5 vidas en estos 50 años, de las cuales, mis matrimonios, mis embarazos y el viaje a España han sido decisiones conscientes.  Con otro matiz, mi viudez, mi mudanza a España y el divorcio considero que fueron puntos finales, puntos de quiebre, de readaptación y resiliencia, pero el nacimiento de mis hijos, por ejemplo, los considero puntos seguidos, son cambios importantes, pero, a pesar de los cambios que implica, estaba preparada o eso pensaba.

Los que me conocen, saben que siempre digo que el cumpleaños es el año nuevo personal de cada uno. Una oportunidad para revisar los propósitos del año, establecer nuevas metas y objetivos personales. Asi que, como hace un par de semanas he cumplido 50 años, estoy aprovechando la oportunidad para tomar la  decisión consciente de volver a empezar.  Me tomo ese derecho de vida, no como un borrón y cuenta nueva, porque así tampoco lo puedo hacer, pero sí como una nueva etapa en mi vida, con nuevas metas personales y profesionales, nuevos límites y sobre todo valorando la energía de las personas que me rodean, con la que me relaciono en todas las formas y con las que mantengo un contacto real y verdadero. 


Ahora pienso, ¿cuántas vidas más me quedarán por vivir?

Sean las que sean espero que sean algo más tranquilas. Pediría que sean más fáciles, aunque no estoy segura si es la palabra exacta para lo que quiero transmitir.  Estas primeras vidas me han resultado algo intensas, drásticas, ahora podría venir una etapa más relajada, con sus subidas y bajadas que si no me aburro, pero ya me entiendes, sin tanto golpe inesperado.


Y, tú, ¿cuántas vidas consideras que has tenido a lo largo de tu vida?


¡Gracias por seguir leyéndome!

Y a todos los que me han escrito preguntando por una siguiente publicación ¡Muchas gracias! No se pueden imaginar la motivación y empuje que siento en sus palabras.

lunes, 13 de enero de 2025

Una despedida a la distancia

Desde lejos, las cosa se sienten de una manera muy diferente. 

Cuando tomas la decisión de dejar tu país y buscarte la vida en otro lugar, tienes que asumir que desde el momento que te subes al avión, o lo que sea, justo desde ese momento te perderás muchas cosas y muchas otras no las volverás a vivir como antes: bodas, nacimientos, celebraciones, muertes y festividades como la Navidad, entre otras.

Hoy me centro más en la muerte.




Estos últimos años he tenido que despedirme de varias personas importantes para mí. Lo que ha sido diferente es la distancia.

Esta es una de las publicaciones que tenía en el tintero desde finales del 2023, esperando darle una vuelta y que vea la luz. Y finalmente ha llegado su momento.

Una amiga muy especial murió en noviembre del 2023. Todo fue rápido, muy rápido, demasiado rápido. Me hubiera gustado tener más tiempo, ser más consciente de lo que estaba pasando y de lo que pasaría. Todos deseamos tener un rato más con esas personas que se nos han adelantado. 

Si alguien muere y estás allí, durante unos días tu vida se detiene, cambia de ritmo, te mueve desde los cimientos y te recuerda, otra vez, que sólo estamos de paso. Vas al velatorio o tanatorio, ves a la familia, otros amigos en común, lloran y recuerdan juntos a esa persona que ya no está.

Pero, ¿qué pasa si estás lejos? Esos días se convierten en momentos intermitentes que avanzan y se detienen, te paras, respiras y piensas. Piensas y recuerdas que estamos de paso, recuerdas a esa persona y que no le podrás dar un último abrazo, aunque unos días antes hablaste con ella y le dijiste muchas cosas. Ahora ya no está más entre nosotros, como otras personas que se nos adelantaron.

Todos buscamos la manera de sentir menos dolor ante estas situaciones. Soy consciente que en estos momentos me vuelvo más racional de lo habitual. Intento ver el lado bueno, que si lo piensas, siempre lo hay. Se acaba el dolor físico para esa persona y su familia y tantas otras cosas más.

Eso en los momentos racionales, pero,  y el resto de esos momentos intermitentes que interrumpen tu rutina diaria y estás a solas o en silencio?

Recuerdo su vida, su esfuerzo, su dolor, sus alegrias, sus logros, sus metas y todo eso que ya pasó. Pienso lo que es justo o injusto y desde mi punto de vista, todo debió ser diferente y se resume en un ¡NO ES JUSTO! A veces, la vida es un caca.

Ella siempre fue una gran luchadura porque la vida no le dio otra opción y después de varios meses luchando contra el cáncer, su cuerpo, finalmente descansó. Nunca se dejó vencer, luchó cada día, día a día, sin perder la esperanza y la sonrisa. Cuando le dijeron que ya no había más que hacer, tampoco se rindió, yo creo que ella no sabía como hacerlo. Se resignó y aceptó que su hora estaba cerca. Preparó y arregló todo. Al hablar con ella te dabas cuenta que ya había aceptado su destino, una vez más, que le tocaba ser (aún más) fuerte.

Prepararse emocionalmente para algo así, si lo piensas bien, tiene que ser muy fuerte preparar a tus hijos, amigos y a ti misma para algo tan definitivo.

A la distancia percibía que se estaba preparando. Recordaba a otra amiga que una vez me dijo que cuando sabes que tu hora está cerca, hay que prepararse. No se trata de perder la esperanza, se trata de aceptar una realidad y aprovechar la oportunidad de hacer y decir lo que es realmente importante, de aprender a despedirse.

Ella aprovechó esa oportunidad y, tengo la sensación que las cosas fueron como ella quería, como lo expresó y organizó.

Aquí comparto una canción que “robé” del perfil de una amiga 2 o 3 semanas antes. La escuché y presté atención a la letra, aunque también tiene un ritmo pegajoso. Te pido escuchar la letra con atención. Quizá conoces ya esta canción, quizá no. Quizá te llamará a la atención hablar del día de la muerte con un ritmo tan alegre. No está mal pensar en eso.

Luego me enteré que durante el velorio de mi amiga pusieron esa canción “porque era la canción de su mamá”.

Dale al volumen, escucha la letra, sigue el ritmo.


Me faltó ese último abrazo en persona, aunque nos lo dimos en las últimas llamadas, videollamadas, audios y mensajes. Esto calma un poco el dolor, pero no es suficiente.

Querida M.K. te recordaré siempre como esa mujer guerrera y luchadora hasta el último dia. Una gran amiga, con un gran corazón. Nunca olvidaré los Zigarrettenpause para hablar un poco y cortar la rutina del día a día en la oficina.

Gracias por tu amistad y ejemplo, siempre estarás en mi mente y en mi corazón.  Miles de besos al cielo!

¡Mientras vivas en los recuerdos de los que te queremos no mueres!