¿Qué es la felicidad? Varias
veces he oído que la felicidad, como tal, no existe. Simplemente es el camino que recorremos con
ilusión para alcanzar alguna meta que nos hemos propuesto. Una vez que lo conseguimos, nos sentimos
satisfechos, los efectos de esa felicidad alcanzada duran una temporada, con el
tiempo se van desvaneciendo y volvemos a empezar. Pero cada vez que lo recordamos sentimos otra
vez esa sensación de felicidad.
Estos últimos días he ido varias veces a la misma papelería. La chica que atiende es muy amable y nos trata,
a todos sus clientes, de la misma manera, siempre es muy cariñosa, como si nos
conociera de toda la vida, aunque sea la primera vez que vas a su establecimiento. Hace unos días entré una vez más y bromeando
le dije: “ya parece que vendes pan, porque paso casi todos los días por
aquí”. Ella se sonrió y me dio lo que le
pedía comentando que se me veía alegre.
Finalmente le dije que sea como sea mi vida hoy, estoy feliz, me siento
muy feliz con lo que tengo.
Al salir de la papelería y regresar a casa pensaba en esa frase que le
había soltado, así, sin procesarla antes, sólo desde el sentimiento y con mucha
sinceridad. Es verdad, ahora mismo no
tengo un trabajo de esos de estar fuera de casa muchas horas al día, con un
sueldo al final del mes, pero hago muchas cosas más. Estoy en casa, intento llevarla de la mejor
manera posible, aunque tengo que reconocer que “no soy una señora de su casa”,
como se dice. Cada día es un reto. Al principio me agobiaba mucho intentando
hacer todo a la vez, hasta que llegué al punto, casi de locura, en el que me di
cuenta de que tenía que tomarlo todo con más calma, no mucha, pero la
suficiente para disfrutar de lo que tenía que hacer poco a poco. También me di cuenta que tengo la gran
oportunidad de estar
y disfrutar a mis hijos, compartir y acompañar en esta
etapa de la vida de cada uno, que no es fácil.
Ambos tienen necesidades diferentes, así que en cada situación hay que
cambiar el chip e intentar hacer lo mejor posible. También tengo la oportunidad
de realizar otras actividades que me hacen sentir mucha satisfacción
personal. Esta es una etapa de mi vida para
conocerme, descubrirme y aprender muchas cosas a nivel emocional. Podría parecer menos importante pero, para ir
creciendo como personas, también tenemos que alimentar el alma.
Entonces resumí, hoy tengo lo que necesito para ser feliz, tengo la
oportunidad hacer cosas que me satisfacen a nivel personal y emocional, y que
me van acercan a mi proyecto de vida, tengo a mi familia, todos tenemos salud,
tenemos la posibilidad de vivir dignamente y de seguir soñando. Es verdad que quisiéramos tener algo más y
decir “llegamos a fin de mes sin problemas”.
Siempre digo que quisiera un trabajo que, junto con el de mi esposo, nos
permita vivir dignamente y sin problemas, no riquezas, sólo tranquilidad. Eso irá llegando.
¡Hoy soy feliz y lo estoy disfrutando mucho!
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