Hace unos días fue un día de esos. De esos días en los que te despiertas viendo las cosas un poco más turbias que días anteriores y en los que te preguntas si todo irá bien.
Pero luego, por esas cosas que tiene la vida, todo cambió. Me sentí feliz y bendecida y ¡cómo no! Reflexioné y concluí ¡Qué malagradecida! Valoré mi vida, mi familia, salud, buenas amistades con muy buenas conversaciones y la tierra que premia el esfuerzo con una buena cosecha.
Entonces, ¿cómo no sentirme feliz un día de esos y todos los días?
Que disfrutes mucho de este día y todos los días.
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