La verdad es que ésta es una de esas publicaciones
que las empiezo y se me quedan a la mitad.
Esta publicación la empecé en mayo del 2012. Hoy quería terminar otro artículo que empecé
hace unas semanas, pero este se me cruzó y al recordar de qué iba, pensé que
está muy adecuado a mi hoy.
Hace unos días leí un artículo con el cual me
identifiqué mucho. Aunque contaba la
historia de una chica de Brasil, que buscando mejores oportunidades dejó su
país y vino a vivir a España hace muchos años. El fin de la historia no era lo que yo imaginaba o esperaba, para
mi gusto quedó como “colgando el final”, pero luego me hizo pensar como hace
unos años sentía la misma desolación y angustia al ver que mi país no me
ofrecía las oportunidades que deseaba y buscaba para mí y mi familia.
Si les interesa
leer el artículo, aquí les paso el link: http://elpais.com/elpais/2012/03/12/opinion/1331551469_452982.html
Un día después, mientras todavía meditaba y
flexionaba con el artículo. Daba vueltas
a la cabeza, tanta gente como la chica de la historia que ahora mismo estarán
ya de vuelta en su país o planeando otra migración en busca de las
oportunidades, quizá alcanzadas en un momento, pero ahora seguramente perdidas.
Es una pena, ahora ya no se puede ver el telediario
ni leer los periódicos. Todos son
noticias negativas sobre el futuro, sobre cómo sobrevivir los próximos 2 ó 3
años. Estamos hablando a corto,
cortísimo plazo. Es un sentimiento de
desolación al no saber que va a pasar con nosotros en el futuro inmediato y
luego en un futuro a medio y largo plazo con los chicos. Los telediarios o noticieros son como
portadores de malas noticias, es una depresión escucharlos cada mañana.
Luego reviso mi vida y en general la de tantas
personas, y pienso todo el esfuerzo tanto esfuerzo en los últimos años, pero no
sólo de las personas que hemos migrado sino también de tantos locales que
ahora, a pesar del esfuerzo y ganas de que las cosas salgan bien, ahora las
cosas no se ven mejor de lo que se veían antes y lo más triste o preocupante es
que con menos oportunidades, con lo cual hace más difícil plantearse el futuro
a mediano y largo plazo.
Después de dar muchas vueltas a todo, plantear,
replantear, pensar, discutir, descartar, decidir y volver a empezar, llegué a
la conclusión que estos últimos años han sido como un paréntesis, con sus cosas
buenas, muy buenas y otras no tanto, pero que, como todo en la vida, me ha
permitido aprender muchísimo de la vida misma, de las personas, de las
situaciones reales y de cómo seguir adelante.
Llegué a la conclusión, una vez más, que todo es cuestión de actitud
ante todo y ante todos, que el gran cambio está justamente dentro de nosotros mismo
y de la actitud con la cual enfrentemos el día a día.
Por conclusión lógica, entonces ahora toca
reinventarme (otra vez) y volver a empezar. Reinventarse suena fácil y hasta moderno. Pero no es así. Para saber cómo reinventarnos, es decir, a
qué reinventarnos, hay tantas cosas que analizar, valorar, aceptar, descartar y
asumir. Claro, tenemos que empezar por
saber cuáles son nuestras prioridades reales, las que cuentan y valen de verdad,
las que son coherentes a mis planes y metas.
Por otro lado, descartaremos lo que ya no es relevante ni importante en
los nuevos planes y metas.
Hasta ahí todavía suena fácil, no tanto como al
inicio, pero todavía hablamos de una lista de intensiones por hacer o dejar de
hacer, por nuevas actitudes y acciones para cada día. Pondremos prioridades y orden real y adecuado
a cada mini menta para intentar llegar a la meta. Aunque no quita que a la mitad del camino la
vida nos obligue a reinventarnos otra vez.
Ya ahora tenemos que pasar a la acción. Tener la fuerza de voluntad para no dejarnos
caer en el agujero de la desolación, tristeza o impotencia. Al contrario, sacar la fuerza de estos
sentimientos para cumplir con nuestra lista.
Como dicen en las disciplinas de artes marciales, usar la fuerza de tu
enemigo a tu favor. Tenemos que intentar
cumplir cada día con una parte de nuestros planes, porque cada pequeño paso que
demos cuenta para llegar a la meta. No
importa lo lento que sintamos que avancemos, lo importante es avanzar cada día,
aunque sea un poquito.
No dejemos que las dificultades de cada día, esas
que nosotros mismos no podemos controlar, evitar o hacer que pasen, nos desanimen. Empecemos cada día con la ilusión y la
actitud adecuada para afrontarlo.
Además recordemos que, aunque hoy no veamos lo bueno
de lo que nos está pasando, en un futuro cercano lo veremos con claridad,
porque las cosas siempre nos pasan por alguno y en el momento adecuado y si
tenemos FE y claridad para creerlo, lo veremos sin problemas y nos sentiremos.
Así que revisar la lista de planes y metas, sacar lo
que ya no es importante en nuestra vida actual, resaltar lo que vale la pena y
añadir las cosas nuevas que queremos lograr.
Seamos flexibles con la vida para que cuando nos toque reinventarnos sea
todo un poquito más fácil.
Disfrutemos del momento actual, de lo que nos toca
vivir, que algo bueno sacaremos, para nosotros mismos y los que nos rodean.
En un buen resumen!
ResponderEliminarNunca desesperes, desfallezcas o te deprimas!!!
Sigue adelante y vive la vida de la mejor manera!
Saludos?
En el devenir del mundo atravez del tiempo, siempre se han presentado épocas de crisis, que el hombre a provocado, tratando de conseguir un exagero bienestar propio sin interesarle la consecuencia que puedan acarrear por la política económica que puedan emplear, como el mercantilismo,el capitalismo, el liberalismo , y el neoliberalismo. Pero los que pagan siempre los platos rotos son la clases que no manejan el capital, o sea los pobres y las clases medias, como esta sucediendo en estos momentos.
ResponderEliminarPor eso hay que tener conciencia, de que la crisis son creadas por el hombre capitalista y sus secuaces que están en el poder del estado, y la única forma de re inventarnos es comprendiendo que algún día la democracia sea un modo correcto de gobernar en el mundo, y que nosotros podamos exigir que esta democracia emane del pueblos
jvc