Cumplo con mi palabra, ahora les contaré como cambió mi vida con la llegada de Aitana hace poco más de un año y medio.
Justamente hoy cumple 20 meses.
Puedo empezar otra vez diciendo, que la llegada de un hijo te cambia la vida. Pero la llegada de Aitana no sólo nos cambió la vida, la puso de cabeza.
Desde el día que nació, demostró tener una energía y fuerza increíble. Se hizo esperar, en realidad pensé llegaría antes de la fecha probable de parto “FPP”, ya un mes antes empezaron las contracciones, pero bajé el ritmo de la rutina y decidió quedarse unas semanas más. Así que llegó exactamente el día de la FPP y con las justas llegué al hospital que después de 24 horas de trabajo de parto, estaba en la fila esperando para presentar la tarjeta de la seguridad social para que me atendieran y rompí aguas. Pedí la epidural pero me dijeron que ya era tarde, que el trabajo de parto ya estaba hecho y que sólo faltaba que Aitana saliera. En menos de una hora entrábamos al paritorio, en menos de 10 minutos ya teníamos a Aitana en nuestras manos, en nuestros brazos. Por fin pudimos verle la cara, conocerla después de haberla esperado con tanta ilusión por estos largos y a la vez cortos 9 meses. Hasta ahora no puedo describir esa sensación, esa emoción.
Ya saben, a pesar que Aitana es la segunda, durante el embarazo y los primeros meses de su vida me sentía una madre primeriza por segunda vez. Después de tantos años, cesárea vs parto natural, biberón vs lactancia materna todo me sonaba tan nuevo, tan lejano. Tenía tanto miedo a lo nuevo. Lo que esperaba era que el instinto maternal me guiara otra vez y bueno, lo importante es que se repetía el amor infinito.
Ella es una personita llena de energía y vitalidad. Ya muchos lo saben, si no duerme hasta las 11 de la noche! Pero es todo amor!
De pronto su llegada me hizo, otra vez reorganizarme, reinventarme, crear una nueva vida para ella, para sus necesidades.
Por más que digamos que no, siempre terminamos haciendo comparaciones. Yo pensaba o asumía que la vida con Aitana sería parecida a la vida con Alberto. Pero no! Mentira! Como les decía, con toda su vitalidad, es difícil seguirle el ritmo. Me hace recordar el comercial del “conejito duracell”? He llegado a pensar que ha sido una visión futurista de lo que es ella, como si se hubieran inspirado en ella cuando lo hicieron.
Agradezco a Dios, a la vida la oportunidad de haber tenido a mis dos hijos con condiciones tan diferentes. Ni mejor, ni peor, sólo diferentes pero cada uno con las mejores condiciones que el momento nos podía ofrecer para ser felices y seguir adelante.
Soy feliz teniendo la posibilidad de disponer de tiempo para que yo misma pueda hacerme cargo de ella, de los dos chicos. A diferencia que con Alberto que tuve que ir a trabajar pronto, con Aitana pude quedarme unas semanas más en casa, además mi regreso al trabajo fue más suave, primero 4 a 5 horas al día que realmente se hacían mentalmente saludables y luego pues, según el trabajo y las necesidades del trabajo y la casa, hago lo que sea necesario para cubrir todas las responsabilidades domésticas y laborales.
A diferencia de la vida en Lima, que ya sabemos que es más cómoda y la mayoría de las veces con asistencia en casa, nos da tiempo para hacer más actividades para nosotros mismos, para disponer del tiempo que queremos para “nuestras cosas”. La vida acá y en muchos otros lugares no es tan cómodo, pues hay que ser “uno mismo”. Hacer sus cosas, trabajar, casa, familia, todo!
No quisiera que nadie se sienta ofendido por mi forma de expresar o ver las cosas ahora.
Comparando vida acá y la vida en Lima hay muchas diferencias. Cada una con sus virtudes y defectos. Lo que yo he sacado como bueno y considero una virtud de la vida acá es poder disponer del tiempo para mi marido, mis hijos, mi familia, mi casa. He aprendido a valorar eso, a que mi hogar, mi casa sea “mi territorio”. Aprendí a ser más madre, más pareja, más mujer, más “espabilada”. Sí, sí! Para poder llegar a todo lo que una quiere, desea y se propone en tan solo 24 horas al día.
Al no poder apoyarte, en principio, en asistentas para que soluciones algunas tareas en casa, encuentras el tiempo para hacer todo y seguir viviendo y seguir disfrutando de tu vida y de todo lo que tienes.
Sigo siendo gritona, claro y ansiosa y desesperada, como siempre, sigo siendo yo misma. Pero disfruto mucho de poder estar con los chicos en casa. Disfruto de ir a la guardería a recoger a Aitana, escuchar su reporte cada tarde, aunque todavía no logro descifrar por completo su dialecto. Disfruto mucho al verla disfrutar de la vida, de su vida. Además de verle la cara cuando vamos a recoger a Alberto al colegio y desde que nos vamos acercando al colegio ya va gritando “eyyyyyyy tatooooooooo” (entiéndase que “tato” se dice a los “hermanos”).
Momentos como estos son lo que ahora ya no podría cambiar. Son los momentos que, a pesar del cansancio físico, de la flojerita y de tantas otras cosas a las que el cuerpo no estaba acostumbrado, ahora con una sonrisa de los hijos se soluciona.
Pero hay que ser realista, esto cuesta mucho. Cuesta mucha paciencia, mucho esfuerzo físico y desgaste emocional y personal, pero como decía mi abuela “sarna con gusto no pica… y si pica te rascas…”
Así como les digo, Aitana está llena de energía, es la “alegría del huerto”. Va por toda la casa, habla todo el día y sólo necesita un poco de música para empezar a bailar. A Alberto lo tiene en línea, lo marca muy bien. Me llena de emoción cuando los veo juntos jugando a lo que sea, si le llamas la atención a Alberto, ella se pone al lado y te imita, pero eso sí, que otra persona se atreva a hablarle mal a su hermano o algo y salta! Es mi niña, que es puro corazón.
Esta nueva aventura recién se está cuajando. Cada día vamos conociéndola más, sabiendo que le gusta, que necesita. Pero tiene su genio y como padres tenemos que ir formándola, domando un poco su carácter, pero siempre intentando demostrarle todo el amor que le tenemos.
Somos hijos de los mismos padres, nos criamos con las mismas reglas, costumbres, pero cada hijo asimila las experiencias familiares y vivencias de una manera especial y diferente.
Soy consciente de eso, los primeros años de cada uno de los chicos ha sido completamente diferente, pero deseo de todo corazón que al final, sus sentimientos, recuerdos, experiencias, sean de amor, de unión, de recuerdos positivos que luego puedan transmitir a sus propias familias.
Gracias por seguirme una vez más. Espero te haya gustado.
Tan fluido...Excelente
ResponderEliminarJuly, July, Juuuly!!!
ResponderEliminarTú siempre tan especial, tan mujer, tan sensata, tan humana... termino emocionada, reconfortada y llena de paz al leer este retazo de tu vida... cada vez vas agregando uno más, hasta llegar a unirlos y terminar tu propia obra de arte... aunque esta obra nunca termina... es que no tiene fin... pero siempre envuelve, acaricia, derrite y acurruca...
Que Dios los siga bendiciendo, querida "escribidora", a Jorge, a Albertito y a Aitana.
La tía Meche
Hola querida mia, espero te acuerdes de mi, soy fanny, yo tambien soy mama, la diferencia que es la primera vez y cuando he leido tu blog me haces recordar muchas cosas, ahora estoy de vacaciones y disfrutando de mi hija llevandola a la estimulacion, recojiendola, conversando, mirandonos, moviendo sus manitos, su cuerpo y todo lo que va aprendiendo en la vida, ah, algo engreida, pero es parte de su crecimiento, en fin es una experiencia que no la cambiaria por nada en el mundo y basta con escuchar su sonrisa o ver su mirada la que me hace olvidar cualquier problema de indole familiar, amical, laboral.
ResponderEliminarLa llegada de un hijo es una bendicion para una mujer, hombre, familia, Dios es tan maravilloso que por algo nos creo. Cariños, amiga, me da mucha alegria que nos cuentes tus experiencias cuando uno los lee se siente bien y sobre todo inspira tranquilidad. saludos
Lindo relato, ...como siempre!
ResponderEliminarA albertito lo llegué a conocer pero a Aitana todavía... pero leyendo tus líneas me puedo imaginar cómo podría ser.
Gracias otra vez por darnos un día de alegría.
Y gracias otra vez por compartir tu felicidad con nosotros!
yo también ya quiero uno (a)..... o mejor dicho tres.
saludos a la familia!
July, recién leo tu último escrito, excelente!!! te felicito por la forma como transmites tus sentimientos, sensaciones, experiencias, sé que las cosas y las situaciones con el nacimiento de Aitana han sido totalmente distintas a las vividas en Lima con el nacimiento de Albertito, pero como dices ni mejor ni peor solo diferentes, un abrazo muy grande, sigue adelante, tienes muuuucho camino por andar con la crianza de tus dos hijos, sé que lo harás bien, eres una excelente madre!!!FELICITACIONES!!! un beso Pilar martínez
ResponderEliminarAy mi Digna!!!! que te puedo decir yo.... yo primeriza con una nena que ya cumplió dos y con toda la energia, que te puedes imaginar... como tu dices es una experiencia inolvidable, incomparable, increible, inedita, llena de emociones y que cada dia descubres algo, que para nuestra edad es normal pero a través de ellos "nuestros hijos" entendemos y aprendemos de nuevo.... lo que dices es muy cierto con relacion de tener a tus hijos en Espana y no es por menospreciar ni alagar la vida en el Peru, simplemente son dos tipos de vida diferente. Aqui también es igual como describes, la vida te hace organizarte de otra manera, poniendo en primer plano a tu familia y amigos y despues el "resto" para poder salir adelante y darles lo mejor y lo que se merecen a tus seres queridos... sigue adelante mi amigucha, que estas experiencias nos hacen cada dia mas fuerte y nos dan fuerza, apesar de que a veces nos faltan.....un abrazo muy fuerte... un besote, LA digna del Ovalo Gutierrez...
ResponderEliminarHola belleza: Sigues bien y con mucho amor.
ResponderEliminarLa verdad es que tus hijos Alberto y Aitana, son muy especiales.
Relatas tan bien, que ya estas animando a otras seguidoras a embarcarse en la aventura de tener niños/as. Si, no hay nada más hermoso que ver esas caritas "ñatas" y ojitos cerrados la mayoría de las veces, que uno desea que crezcan rápido, por el temor de no saber agarrarlos, de no saber que les duele cuando todavía no hablan y de querer que no se enfermen nunca.
Pero, como decían en esa serie de TV: "La vida continúa" y vas a seguir disfrutando/compartiendo el crecimiento de Aitana y Alberto y esa relación de hermandad, que ya se revela fuerte y con amor.
Que Dios los bendiga ahora y siempre y se mantenga la sabiduría y amor de madre para conducirlos y lograr tus metas.
Besos
Delma
Las sensaciones que uno tiene con cada uno de sus hijos son diferentes, pero cada hijo nos enriquece
ResponderEliminarla vida y como siempre he dicho "los hijos nos enseñan mucho" y por tal motivo te dijo, "hija, sigue escribiendo porque me enseñas mucho".
Besitos
July querida, no sabes las ganas que tengo de conocer a Aitana, verla en las fotos con ustedes me hace imaginar la vida de tu nueva familia. Se le ve como dices "llena de energía", super viva, una bandida con esos ojos tan lindos!!!
ResponderEliminarMe encanta la forma que tienes de escribir, de transmitir tus sentimientos y vivencias. Realmente los hijos son un tesoro y una madre da todo por ellos, una sonrisa y una mirada nos conecta de una forma tan especial con ellos.... realmente son una bendición de Dios. Moni Ros
July,
ResponderEliminarmuy inspiradora tu experiencia con Aitana, y me gustó mucho la fluidez de tu narración.
Sigue escribiendo, siiii
Besos
Norma